La mala señalización enfrenta a bicis y peatones en el centro

Los ciclistas desoyen la prioridad del paseante en la Avenida y San Fernando

17 ago 2015 / 09:18 h - Actualizado: 17 ago 2015 / 09:29 h.
"Movilidad"
  • Ciclistas en la difícilmente diferenciable zona para peatones o ciclistas de la calle San Fernando. / Javier Díaz
    Ciclistas en la difícilmente diferenciable zona para peatones o ciclistas de la calle San Fernando. / Javier Díaz

Poco importa que algunas tímidas señales ordenen a los ciclistas dar prioridad al peatón en lugares como la avenida de la Constitución, la calle San Fernando, el Prado y otras vías céntricas. Aunque la Ordenanza de Circulación de Peatones y Ciclistas lo deje claro –en las zonas peatonales los ciclistas deben llevar una velocidad por debajo de los 10 kilómetros por hora y respetar, en todo caso, la prioridad de paso de los peatones–, la falta de respeto a esta norma es una práctica habitual en dichas zonas a todas horas, sin que la autoridad lo impida.

La mayoría de transeúntes, tanto ciclistas como peatones, que pasan por la avenida de la Constitución o la calle San Fernando consideran como carril bici convencional el trozo de calle delimitado por bandas señalizadas –esas pequeñas tachuelas plateadas pegadas al suelo–, y allá que se lanzan de forma, en ocasiones, temeraria y desaprensiva. Pero se equivocan. Estos carriles con tachuelas se denominan itinerarios ciclistas con prioridad de paso peatonal, por lo que las bicis deben ir a una velocidad moderada y respetando siempre la preferencia que se le concede al peatón. Así lo recoge el artículo 40 de la citada ordenanza, cuyo incumplimiento conlleva hipotéticas multas de entre 30 y 70 euros.

«La verdad es que no tenía ni idea de que esto no fuera un carril bici normal, creía que las tachuelas eran para no afear la Avenida», comenta Juan José Martos, usuario habitual de la bicicleta y que suele moverse con ella por el centro. «Sí es cierto que siempre suelo aminorar por esta zona porque suele haber mucha gente, además de los veladores y el tranvía».

Se puede ver que reina el desconocimiento sobre la normativa y, en consecuencia, en estas arterias del tráfico peatonal sevillano no es extraño presenciar o protagonizar controversias entre los viandantes y los usuarios de las dos ruedas. «Es raro no ver una bronca todos los días. Normalmente los ciclistas tocan el timbre para que los peatones se aparten, pero no sería la primera vez que llegan a las manos», apunta Luis Miguel Casado, que trabaja de camarero en una heladería de la Puerta de Jerez.

Esta zona, además, tiene el agravante de que muchos de los usuarios son turistas a los que, de un tiempo a esta parte, les alquilan bicicletas para recorrer la ciudad haciendo turismo, por lo que suelen encontrarse despistados admirando los diferentes monumentos y no se percatan de las pocas señales verticales que hay.

La confrontación entre peatones y ciclistas no ocurre solo en estas dos avenidas. La calle Tetuán, centro neurálgico del comercio y una de las zonas más concurridas de la ciudad, no se libra de estos enfrentamientos a pesar de que el uso de las bicis en esta vía está prohibido en horario comercial, es decir, entre las 10 de la mañana y las 10 de la noche.

Muchos ciclistas siguen la normativa y se apean de su vehículo al pasar por esta calle, un trecho que no debería llevarles más de cinco minutos. Mención especial merecen los usuarios del servicio público Sevici, que acarrean con los más de 20 kilos que pesan estas bicicletas y que tienen que pasar por esta calle para dejarlas en alguno de los aparcamientos que la empresa tiene por la zona. Pero no todos lo hacen, como salta a menudo a la vista.

«Es una cuestión de civismo», comenta María Ruiz, usuaria de Sevici. «Aunque no hubiera nadie por la calle me bajaría de la bici porque jugarse una multa de 60 euros por cinco minutos de más es una tontería».

Sevilla, ciudad amiga de la bicicleta de un tiempo a esta parte, necesita aún educarse para esta convivencia sin humos. Como siempre, ponerse en el lugar del prójimo ayuda a comprender la situación y favorece el entendimiento. También lo favorecería el que hubiera más señales y más multas.