«La muerte se produjo por un golpe fuerte en la cara»

El fallecido tras una pelea en la Bachillera tenía un «extensísimo hematoma» en el cerebro

28 mar 2017 / 17:22 h - Actualizado: 28 mar 2017 / 18:27 h.
"Tribunales"
  • El acusado, el primero en el estrado, junto a su abogado en una sala, repleta de público. / Jesús Barrera
    El acusado, el primero en el estrado, junto a su abogado en una sala, repleta de público. / Jesús Barrera

«Un hematoma subdural extensísimo es el que le causó muerte» como consecuencia «de un golpe contundente» compatible «con un puñetazo». Así de contundentes han sido los médicos forenses que le realizaron la autopsia al cadáver de Luis Alfonso V. J, el hombre de 48 años que falleció el 17 de agosto de 2015, una semana después de haber recibido varios golpes en una pelea en la Bachillera. La familia recalcó el mal estado de salud que presentaba la víctima, «no podía hacer esfuerzos, no podía hacer frente a una pelea», dijo su hermana.

En la segunda jornada de la vista, en la que el acusado se enfrenta a los 12 años de prisión que le solicita la Fiscalía, han declarado los dos forenses que realizaron la autopsia que han explicado que el cadáver, además de diversas «contusiones por el cuerpo compatibles con el día de los hechos», presentaba dos grandes lesiones en la cabeza. La primera de ellas, que «inicialmente era menos llamativa» porque no había herida exterior, era en el lado derecho superior de la cara y extendía hasta la zona alta de la cabeza. «Tenía un hematoma en toda esa zona», pero los mayores daños eran a nivel interno, ya que se había producido «una hemorragia» que le había causado «un hematoma subdural extensísimo». Una lesión que según los forenses debió ser producido «por impacto directo de un golpe fuerte» y «absolutamente compatible con un puñetazo».

La segunda estaba situada en el lado izquierdo, muy próxima al cuello, «justo en el lado diametralmente opuesto a la otra», consistente en una contusión encefálica y que creen que puedo ser causada por el efecto «contragolpe». Es decir, una lesión ocasionada por el propio «impacto del cerebro» con la cavidad craneal que lo protege debido al movimiento causado por un golpe. No obstante, precisaron que este tipo de contusión también puede ser «compatible con una caída en el suelo».

En cualquier caso para ambos médicos del Instituto de Medicina Legal (IML) «no hay duda que la lesión más importante es la del golpe en el lado derecho» porque «es esa hemorragia la que le produce la muerte». En este sentido, desmotaron el argumento del informe elaborado por los peritos propuestos por la defensa del acusado, quienes afirman que el golpe más grave es el que presenta el cadáver en la parte trasera de la cabeza. Ellos en cambio indicaron que de ser así y esa contusión encefálica fue provocada por un golpe «es extraño que no se produjera ninguna rotura ni fisura en el cráneo», por eso ellos se inclinan por el «contragolpe».

Por su parte, uno de los agentes del Grupo de Homicidios que llevó la investigación afirmó que «el golpe en la cabeza estaba muy arriba y era complicado que se lo hiciera al caer al suelo». Además, añadió que «no podemos decir que voluntariamente quisiera matarlo, pero cuando golpeas en la cabeza asumes el riesgo de que pueda provocar la muerte».

En la sesión también declararon dos médicos que atendieron a la víctima en Urgencias, quienes explicaron que llegó «conscientes» hasta que perdió el «conocimiento» debido a la hemorragia y al hematoma que fue detectado gracias a un TAC. También declararon la madre y las tres hermanas del fallecido quienes explicaron que su hermano presentaba un delicado estado de salud pues estaba enfermo de «hepatitis B», tomaba metadona y tenía «problemas de circulación» que le impedían casi desplazarse. «Estaba mal».

Una carta de perdón que se quedó en el sumario del caso

Muy afectadas la madre y las tres hermanas de la víctima declararon en la jornada de este martes. Las cuatro decidieron luego seguir el juicio entre el público, junto con la hija de Alfonso, sin que pudieran evitar los sollozos en varias ocasiones. Las cuatro conocieron ayer mismo que en el sumario hay una carta del acusado, Jorge M., pidiendo perdón a la familia. «Nadie me ha pedido perdón por quitarle la vida a mi hijo», dijo la madre. El abogado de la defensa les preguntó entonces si su letrado les había hecho llegar la carta entregada en su día en el juzgado. «No», contestaron las cuatro.

La Policía tiene que traer esposado a un testigo

A las 7.30 horas de la mañana tenía a la Policía Nacional llamando a la puerta de su casa y sacándolo de la cama para llevarlo detenido a declarar como testigo al juicio. Y a las once estaba declarando ante el jurado y la magistrada que preside el juicio, pese a que nada más entrar en la sala dijo «no tengo que declarar, es que no quiero declarar».

Un minuto antes, toda la sala le vio entrar escoltado por dos agentes que le quitaron los grilletes ante la abarrotada sala, donde una clase de estudiantes de Periodismo está siguiendo la vista. El joven, de solo 19 años, había sido citado el primer día pero no acudió, así que la magistrada ordenó su detención. Este chico tenía 16 años cuando ocurrieron los hechos y presenció la riña, tal y como detalla en una grabación de voz que envió a su hermana cuando esta le preguntó qué había visto para contárselo a una amiga, que era una de las hermanas del fallecido.

En la grabación, que fue reproducida, el chico explica que la víctima le decía «algo de métetelo en el culo» y que el agresor le contestaba «te estás equivocando». Luego le propinó un golpe, «el otro cayó, se levantó» y tras intentar Alfonso darle con «un litro», el acusado le dio otro golpe seco, le dejó KO en el suelo».

Poco más aportó este chico, que estaba durmiendo pero que salió a la calle cuando escuchó los gritos, que con una evidente falta de respeto hacia el tribunal –actitud que le fue recriminada por la jueza– se limitó a decir que «era una pelea entre dos hombres». «Qué quiere qué le diga si yo no me acuerdo de ná», repitió.