La población de Sevilla cae a niveles de antes de la Expo

La capital pierde habitantes por quinto año consecutivo y se sitúa en 693.878 empadronados. El desplome contagia a la provincia: 58 municipios tienen números demográficos negativos

Iñaki Alonso @alonsopons /
17 dic 2015 / 21:16 h - Actualizado: 19 dic 2015 / 11:24 h.
"Demografía"
  • Numerosos sevillanos pasean por la avenida de la Constitución con el alumbrado navideño encendido. / Inma Flores
    Numerosos sevillanos pasean por la avenida de la Constitución con el alumbrado navideño encendido. / Inma Flores

Sevilla se acostumbra a perder población. La capital hispalense encadena su quinto año de desplome demográfico consecutivo y, lo que es peor, arroja cifras jamás vistas desde principios de los noventa. Para ver registros similares, hay que remontarse a los prolegómenos de la Expo 92, un acontecimiento que no solo fue un revulsivo económico sino también un atractivo para residir en la capital.

El Instituto Nacional de Estadística (INE) fijó el padrón de la capital en 693.878 personas con fecha de 1 de enero de 2015. La caída, por tanto, se cuantifica en 2.798 sevillanos menos, algo inferior a hace un año y en consonancia con el ritmo de descenso demográfico del resto de capitales del país –la media es del –0,4 por ciento–. Pero el lastre de Sevilla, además de por la crisis económica –ese cóctel de menor llegada de inmigrantes más la caída de la natalidad influye y mucho–, tiene una base histórica: lleva coqueteando en las mismas cifras desde hace casi un cuarto de siglo.

El último lustro ha sido desalentador. Ya no solo es que en 2010 sumaba 10.320 habitantes más, sino que, tirando de estadísticas, la ciudad no tenía tan poca población desde los albores de la Expo 92, donde se contabilizaron –como «poblaciones de derecho», según el INE– con 683.028 sevillanos. Un año después, con la exposición universal amortizada, el salto fue a 707.438, cifra ahora impensable.

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Cuarta capital española

El único consuelo es que la capital mantiene su condición de la cuarta ciudad más poblada del país, tras Madrid (con 3.141.991 habitantes, 23.244 menos), Barcelona (con 1.604.555 y 2.169 más) y Valencia (786.189 empradronados y una leve caída de 235 personas). Zaragoza, la antaño gran competidora por la cuarta plaza, vuelve a perder población y se aleja de Sevilla.

El desplome no parece que tenga el calado político que tuvo la actualización del padrón del año pasado. Ni influye en el número de ediles ni se puede computar la caída al nuevo gobierno, porque es con fecha del 1 de enero de 2015. Hace un año, el PSOE y el PP se enzarzaron en un debate sobre la responsabilidad de esos datos. De hecho, se criticó la pérdida de «esa cifra de referencia de gran población» que es estar por encima de los 700.000 habitantes, como señaló el alcalde, Juan Espadas, cuando estaba en la oposición. En ese sentido, el Gobierno local ha trasladado su deseo de reactivar el padrón sevillano, con una campaña integral que atraiga a aquellos que residen en Sevilla pero no están censados. A ellos se les quiere informar de las ventajas de empadronarse. Algo similar, en la práctica, a lo que ha realizado este año Alcalá de Guadaíra para superar los 75.000 habitantes –que no se refleja en la última actualización del INE pero que parece garantizada para la próxima de 2016–.

Pero, ¿a dónde ha ido la población? Este año no vale la hipótesis de la ciudad dormitorio y el trasvase de población al área metropolitana y, en especial, al Aljarafe. No es válido porque la provincia certifica su crecimiento cero. Si hace un año perdió 800 habitantes –lastrado por la evolución de la capital– esta vez ha ganado 125 habitantes. ¿Eso supone que se ha reavivado el ritmo en la provincia? No. Si se excluye a la capital, en estos dos años se crece en menos de 3.000 empadronados por año. Nada que ver con épocas de bonanza –de 2008 y 2009, con el baby boom de protagonista–, cuando crecía a más de 25.000 habitantes/año. La locomotora demográfica, el Aljarafe, ha gripado definitivamente y prueba de ello es que hay un buen número de municipios de la comarca, caso de Castilleja de la Cuesta, La Puebla del Río, Sanlúcar la Mayor, Pilas o Benacazón, entre otros, que acabaron el 2014 en negativo. Pese a la ratificación del cambio de tendencia, quedan feudos aljarafeños que aún siguen en la senda del ascenso como Bormujos –consolidado como pueblo grande de más de 20.000 habitantes–.

La caída de habitantes sigue igual que hace un año. El medio rural es el principal damnificado pero, como ya ocurriera en 2014, la tendencia a la baja es generalizada. Más de la mitad de los municipios (58 de 105) no ganan habitantes. Sí siguen creciendo, aunque a ritmo moderado, las grandes poblaciones. Tras la capital, Dos Hermanas se mantiene como segunda ciudad con 131.317 personas (948 más); Alcalá de Guadaíra con 74.845 habitantes (441 más); y Utrera, que se consolida como ciudad al mantenerse sobre los 50.000 empadronados.