La Sevilla más allá del Barroco

La actividad de galerías, ferias o el CAAC son muestras de que hay vida más allá de lo clásico

17 nov 2016 / 08:14 h - Actualizado: 17 nov 2016 / 08:21 h.
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  • Actualmente, el CAAC acoge una muestra sobre Luis Gordillo. / Pepo Herrera
    Actualmente, el CAAC acoge una muestra sobre Luis Gordillo. / Pepo Herrera

Uno de los falsos mitos sobre el sevillano es que es clásico también en su gusto por el arte. Bien es cierto que en esta ciudad hay de todo, como en botica. Pero en ese todo también se incluye y con fuerza el sector del arte contemporáneo. En la capital hispalense no solo se encuentra uno de los centros andaluces de referencia, que saca petróleo de su cada vez más escaso presupuesto como el CAAC, también hay galerías, como Rafael Ortiz, que cumplen 32 años ni más ni menos promocionando a los artistas locales y trayendo a Sevilla muestras de autores de referencia, y otras más recientes como Delimbo que trabajan sobre todo el arte urbano más internacional. Y ferias, claro –más de una, de hecho–, centradas en la creación contemporánea, y tiendas y bares que acogen exposiciones más que interesantes que demuestran que en la capital hispalense hay vida más allá de lo clásico.

«Entre los sevillanos no hay una preocupación por entender el arte contemporáneo», explicaba Rafael Ortiz a este periódico en su 30 aniversario como galerista. «La gente va a lo cómodo y esto le complica un poco la vida porque hay que dedicarle tiempo y esfuerzo». Ortiz, que tiene también sede en Madrid y una editorial donde ha publicado ya varios libros a artistas, ha colgado en las paredes de su espacio de la calle Mármoles, obras de Luis Gordillo, Carmen Calvo, Patricio Cabrera, Ignacio Tovar, Jose Miguel Pereñiguez y un largo etcétera de creadores jóvenes, consagrados, locales e internacionales. En este tiempo, y quizá para paliar esa falta de interés del público sevillano que denunciaba, han puesto en marcha visitas guiadas con los propios artistas e incluso explosiones exprés de una semana de duración, colabora con galerías españolas y extranjeras, acude a ferias para promocionar a sus artistas... «Lo cómodo sería dedicarme a vender y básicamente hacer exposiciones pero me encanta estar enredando», admitía este sevillano que con su mujer, Rosalía, se lanzó a la aventura de abrir una galería de arte contemporáneo en la Sevilla de 1984. Fue en la plaza Alfaro, en el espacio que dejaba la galería Melchor. No fueron los pioneros, que las galerías de arte tienen solera en Sevilla aunque pueda parecer lo contrario, pero sí los únicos que se mantienen en funcionamiento de aquella época junto a la galería Haurie, las demás (Juana de Aizpuru, M11, La máquina española o proyectos como Sala de Star) fueron cerrando o trasladándose a Madrid.

Aunque por suerte hay otros que apuestan por la capital hispalense. «Gestionar una galería de arte desde la periferia de España, o sea, desde fuera de la capital, se hace complicado por cuestiones de recursos, y porque las cosas no tienen la repercusión que gustaría que tuvieran. Pero no es obligatorio para una galería estar situada en Madrid pero te obliga a exigirte y moverte mucho más, a tener mayor presencia en ferias y a hacer un trabajo más allá de la programación local». El que habla es Julio Criado, el 50 por ciento de la galería Alarcón Criado.

Hace ya unos años, junto a Carolina Barrios Alarcón, empezaron como Full Art en la calle Madrid y en 2012 ya como Alarcón Criado se mudaron al espacio que ocupaba la galería Isabel Ignacio en la calle Velarde cuando ésta cerró sus puertas y se centró solo en la venta por internet. En este tiempo que llevan trabajando desde Sevilla, su ciudad natal, la galería se ha situado entre las más importantes a nivel andaluz y con mayor proyección. Han asistido a numerosas ferias internacionales de arte contemporáneo como Arco, donde son los únicos representantes sevillanos y andaluces junto con Rafael Ortiz; Arteba, en Buenos Aires; Volta 12, en Basilea –que se produce a la par que Art Basel–; Nada, en Nueva York; o Untitled, en Miami. Su apuesta es la menos pictórica de las galerías sevillanas y la más experimental.

Aunque si hay un espacio alternativo por excelencia en la ruta de galerías de arte contemporáneo de Sevilla ese es Delimbo Art Space. La primera galería de arte urbano al sur de Europa nació en la capital hispalense hace justo una década como Montana Gallery. En este tiempo sus artistas han realizado el cartel de la Bienal de Arte Contemporáneo, pintado en el tranvía o intervenido –cubriéndola con crochet– la estatua del Cid. Laura Calvarro y Seleka, los culpables de dar luz a este espacio, son a su vez artistas urbanos y centran sus ventas en el mercado extranjero principalmente. Por su galería de la calle Pérez Galdós han pasado artistas como Hell’o Monsters, Eltono, Felipe Pantone, Nuria Mora, María José Gallardo, Okuda o Rorro Berjano.

Rafael Ortiz, Alarcón Criado y Delimbo son solo una pequeña muestra. Birimbao, la Galería Roja, 1 de 7 Espacio de autor, Arquemí, Espacio Olvera, Galería Haurie, La Caja China o Weber-Lutgen son otros de los espacios en los que disfrutar del arte contemporáneo en Sevilla.

El centro por excelencia de lo contemporáneo en Sevilla está en un antiguo Monasterio. El del Santa María de las Cuevas. Allí, su director desde hace ya seis años, Juan Antonio Álvarez Reyes, hace cada año un milagro mayor para traer a Sevilla exposiciones más que interesantes con un presupuesto cada año más exiguo. Desde Carmen Laffon, Guillermo Pérez Villalta, el recientemente fallecido Pepe Soto o Luis Gordillo hasta artistas internacionales como Agnès Varda, Antje Schiffers, Tala Madani o el creador y disidente chino más poderoso del mundo, Ai Weiwei pasaron por las salas del antiguo monasterio.

Prueba de que la labor de Álvarez Reyes tiene acogida y de que el arte contemporáneo interesa a mas de uno en Sevilla, son las cifras de visitantes que registra el CAAC. El pasado año, el centro registró la cifra récord de visitantes en su historia, con un total de 193.436 visitas, lo que supone un aumento de más de diez por ciento respecto a 2014. Pero por si fuera poco, en los últimos cinco años las visitas al CAAC han crecido un 67,7 por ciento, pasando de 121.530 visitantes en 2010 a 193.436 en 2015.