La Sevilla más industrial

Los 24 parques que alberga la capital dan trabajo a 40.000 personas y suponen el 53% del PIB de la capital hispalense. Reclaman inversiones al nivel de su papel clave como motor de empleo

29 jun 2017 / 08:40 h - Actualizado: 29 jun 2017 / 08:44 h.
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  • Naves de empresas automovilísticas en el Polígono Industrial Carretera Amarilla. / José Luis Montero
    Naves de empresas automovilísticas en el Polígono Industrial Carretera Amarilla. / José Luis Montero

Desde comprar un coche, encontrar un recambio, un disfraz, montar una cocina, arreglar un traje o ir al gimnasio o a la piscina son solo algunas de las cosas que se pueden hacer en los polígonos industriales de Sevilla.

Actualmente son más de una veintena los parques empresariales que se encuentran en la capital hispalense. Su origen se remonta a los años 60 pero poco queda ya de esos primeros espacios industriales que se localizaban a las afueras de la ciudad. Con los años, los polígonos sevillanos han ido incorporándose al paisaje urbano al tiempo que sus negocios se iban especializando. Esto ha implicado que, aunque son el «hábitat natural» de la industria, muchos de ellos se han convertido en importantes zonas comerciales ya que por el desarrollo natural de la ciudad.

Actualmente, el 98 por ciento de las empresas radicadas en los polígonos industriales de Sevilla son pymes, negocios familiares en muchos casos y cuyos trabajadores proceden de los barrios cercanos. Aunque tienen potencial para dar empleo a 50.000 personas, la crisis económica ha reducido la cifra de trabajadores a 40.000. Aún así, generan más del 50 por ciento del PIB local. Sin embargo, la Asociación de Parques Empresariales de Sevilla (APES), que aglutina a once de estas zonas de negocio, lamenta que las inversiones municipales nunca han ido en concordancia con estos datos e históricamente los polígonos industriales han sido los grandes olvidados para los diversos gobiernos locales que ha tenido Sevilla.

El abandono de años por parte de la administración pública ha dado como resultado un importante déficit en las infraestructuras y en los servicios básicos necesarios para desarrollar una actividad industrial «digna». Estos empresarios señalan, entre otros, problemas de accesos, falta de señalización y servicios que no se adecuan a la realidad actual.

Y es que, según la APES, de 2010 a 2014 la inversión municipal fue de «cero euros» y tampoco llegaron fondos europeos. Es más, a la luz de los datos desde 2002 la inversión en los once polígonos industriales de la capital pertenecientes a la asociación solo ha alcanzado los 30 millones. Una cuantía que queda lejos de lo que necesitan estos centros industriales para «competir en igualdad de condiciones» con otras provincias. «Es un vaso de agua tras años de sequía», apuntan los responsables de APES, quienes aseguran que cuando se ha actuado no ha sido de oficio sino «a trompicones». «Sevilla tiene una niña bonita, su Blancanieves, que es la Cartuja y un príncipe, que es el Puerto, pero los enanitos también tenemos derechos», llegó a asegurar el presidente de la asociación, Antonio López Balbuena, hace poco más de un año cuando los responsables de los parques empresariales se unieron para exigir al Ayuntamiento inversiones reales.

Unas intervenciones que llegaron a materializarse finalmente y que se tradujeron, sobre todo, en labores de reurbanización y asfaltado de varios de los polígonos de la ciudad. De la partida inicial de 1.900.000 euros solo se invirtieron «en la práctica» 1,2, y en 2017 el Consistorio ha presupuestado 1,5 millones, «de los cuáles aún no se ha iniciado su ejecución», asegura.

De hecho, según los cálculos de la APES para conseguir que estos espacios vuelvan a ser competitivos sería necesaria una inversión de más de 60 millones de euros.

Y es que son muchas las deficiencias y necesidades de estas zonas productivas que vienen arrastrándose desde hace años. En octubre de 2012 se anunció que se habían incluido las actuaciones en los polígonos en los presupuestos de Parques y Jardines. Desde entonces han transcurrido cinco años sin que se hayan efectuado las actuaciones pendientes en estas zonas industriales y no existe constancia de que estén incluidos en el planning de actuaciones de este área. La APES exige unas labores programadas de podas y desbroces para evitar tanto el mal aspecto que genera en los parques empresariales el estado del arbolado, como para evitar posibles incendios en estas zonas.

Otro asunto es la falta de una señalización adecuada en los accesos. En este tema las diversas competencias (Fomento, Junta de Andalucía, Ayuntamiento) no deben convertirse en un problema insalvable. La asociación explica que por un lado la limitación del tonelaje hace complicado el acceso a los polígonos por lo que muchas empresas se deslocalizan y asegura que existe una «falta absoluta de criterio».

Otra circunstancia muy negativa es la ausencia de transporte público tanto para los trabajadores como para el importante número de clientes que estos espacios de negocio atraen a diario. En este sentido, la APES reclama una revisión de las paradas del Cercanías. Según apunta un estudio que han realizado, el anillo ferroviario pasa cerca de tres polígonos –Negrilla, Store y Calonge–. Su propuesta, que aseguran que no tendría un gran coste, es que se habilitaran paradas en estos parques solventando parte de los problemas de movilidad que arrastran.

En cuanto a la seguridad, propone la instalación de cámaras de seguridad como medida disuasoria y señala dos problemas sobrevenidos a causa de la ordenanza municipal que son la prostitución –sobre todo en Navisa y Carretera Amarilla– y la botellona –Calonge, Carretera Amarilla y Navisa–. En ambos casos, las decisiones municipales han eliminado estos conflictos de la ciudad para desplazarlos hacia los polígonos. La asociación explica que su implantación ha traído consigo inseguridad, peleas o suciedad.

Al respecto de esto último, la asociación reclama más limpieza. «De oficio y no solo cuando hay quejas». La APES pide igualmente una solución a la recogida de residuos pues los que suelen producir estas empresas son de tipo industrial y al no contar con fórmulas para su reciclaje, muchos de los empresarios terminan empleando mal los contenedores incumpliendo la ordenanza municipal. Por ello, reclaman bonificaciones para contratar un servicio de recogida privada, que ya tienen algunos parques, para solventar esta cuestión que, además, provoca suciedad en estas zonas.

Debido a que muchos de ellos se han visto absorbidos por la ciudad, son ya zonas no solo de comercio sino también de tránsito, por lo que reclaman que el mantenimiento y conservación de su viario se realice desde el Ayuntamiento como en el resto de la ciudad.

Por otro lado, en relación a las Entidades Urbanísticas de Conservación, considera que es una herramienta de gestión eficaz que aporte los valores añadidos que se contemplaron en los planes estratégicos de Sevilla 2010 y 2020 y, además, obliga a crear comunidades de propietarios o asociaciones que la complementen para aportar valores añadidos (seguridad, guarderías, promoción empresarial...). Desde la APES apuntan que aunque está firmado el convenio aún está por desarrollar por lo que no se ha avanzado demasiado al respecto.

En definitiva todo un bloque de reclamaciones que requiere aún de inversiones para hacer más competitivos estos «motores de empleo».