Las deficiencias de los ascensores se denunciaron ante el SAS y la Inspección

Trabajo archivó dos denuncias y Valme insiste en que se hicieron obras de mejoras en verano de 2016. La última queja al hospital es de diciembre

24 ago 2017 / 21:58 h - Actualizado: 25 ago 2017 / 09:24 h.
"Sanidad","Hospital Virgen de Valme","Tragedia en el Hospital de Valme"
  • El marido y el padre de Rocío Cortés Núñez, en el centro de la imagen, en la concentración celebrada a las puertas del hospital de Valme. / Jesús Barrera
    El marido y el padre de Rocío Cortés Núñez, en el centro de la imagen, en la concentración celebrada a las puertas del hospital de Valme. / Jesús Barrera

Cinco denuncias ante la dirección del hospital de Valme y dos a la Inspección de Trabajo, que acabaron archivadas. Son las quejas y escritos que el sindicato USO interpuso entre septiembre de 2015 y diciembre de 2016 denunciando incidencias en los ascensores centrales del centro sanitario, entre los que se encuentra el accidentado el pasado domingo y que provocó la muerte de Rocío Cortés Núñez. El Servicio Andaluz de Salud recordó ayer que en ese periodo, precisamente, se llevaron obras de mejoras y modernización de los elevadores, que datan de 1982, según USO.

Las denuncias presentadas por este sindicato, a las que tuvo acceso este periódico, hacen alusión al ascensor accidentado, que sigue precintado mientras se investigan las causas del siniestro, como uno de los que estaba dando problemas. En todas ellas se repite la frase «raro es el día que no nos encontramos con algún ascensor averiado». El primer escrito es de septiembre de 2015 y en el mismo el delegado de USO en Valme, Victorio Carcela, explica que estuvieron «hora y media» sin ascensores porque estaban averiados y el personal de mantenimiento de estos aparatos debe acudir desde el Virgen del Rocío. El 19 de febrero de 2016 presentó a la Dirección Económica-Administrativa un segundo escrito.

El 13 de mayo volvió a presentar otra denuncia ante la subdirección en la que se hacía referencia a fallos en los sensores de las puertas, lo que provocaba el cierre brusco de las mismas. En concreto, apuntaba que el ascensor número 3, el siniestrado, «se le ha quitado el freno, cosa inexplicable, con lo cual como no haya otra persona que ponga la mano en el sensor, el ascensor se te marcha». El 5 de agosto, el sindicato volvía a presentar otra denuncia, en la que de nuevo recogía esta incidencia. El escrito alude a que en ese momento se estaban realizando mejoras por parte del SAS, de lo cual se congratulaba, porque «después de más de 30 años ya tocaba».

Todas estas incidencias se recogieron en una primera denuncia ante la Inspección de Trabajo, que fue presentada el 9 de junio de 2016, que fue archivada al considerar que no existía riesgo para los trabajadores. Por ello, en un segundo escrito a la Inspección, se adjuntaron varios partes médicos y de baja de trabajadores del hospital que sufrieron lesiones como consecuencia de alguna incidencia del ascensor.

El 27 de septiembre volvían a denunciar la situación al hospital; y el último escrito es del 19 de diciembre y en el mismo explican dos incidentes con el ascensor número 2, cuya puerta casi le pilla la mano a un médico al fallar el sensor, además de golpear a una celadora. El elevador «estuvo toda la tarde abriéndose y cerrándose sin funcionar el sensor», indica. Dos días después le reclaman a la gerencia en otro escrito, entre otras cosas, «el número de incidencias, notificaciones de accidente de trabajo, bajas, etc, ocurridas con los ascensores».

Modernización

Por todo ello, el secretario de organización de USO, Enrique Jiménez, solicitó la dimisión de la ex directora gerente del hospital y actual directora general de Asistencia Sanitaria del Servicio Andaluz de Salud (SAS), María Dolores Alguacil.

Ante estas denuncias el hospital precisó ayer en un nota que todos estos escritos «son anteriores a la finalización de las obras de mejora realizadas entre agosto y octubre de 2016», en las que se invirtieron 58.873 euros «y responden a la escucha activa del equipo de la dirección gerencia, por lo que es falso que se hicieran oídos sordos». Estas obras incluyeron entre otras «la modernización interior, mandos y señalizaciones, sistemas de detección de presencias, sistemas de precisión en la nivelación de paradas y sistema de control de tráfico de ascensores».

El hospital explicó además que «se constituyó un grupo de participación de profesionales para aportar sus conocimientos y experiencia, contribuyendo a mejorar los circuitos y flujos en los traslados verticales de pacientes». En cuanto a las denuncias a la Inspección de Trabajo, señaló que «se supone quedarían archivadas como reconoce la propia organización sindical puesto que no tenemos constancia de ellas».

Por último, recordó que la última vez que se hizo la revisión de este elevador por parte de la OCA fue en mayo de 2017, «siendo el resultado de ésta favorable y sin defectos». «A esto hay que añadir que se realizan revisiones preventivas por parte de la empresa de mantenimiento, cuya última revisión data del 12 de agosto de 2017», indicó. Además, el hospital hizo un llamamiento «a la prudencia» para evitar «especulaciones».

Todos estos datos se dieron a conocer tras la concentración que Marea Blanca convocó a las puertas del hospital en señal de apoyo a la familia de Rocío. A la protesta acudieron sus familiares, entre ellos su padre, Juan Manuel Cortés, y su marido José Luis Galán, quienes agradecieron muy emocionados todo el apoyo que están recibiendo. «Los recortes son el porcentaje más alto de que mi hija perdiera la vida», dijo antes de que la emoción no le dejase continuar. Un fuerte aplauso y gritos de «Justicia para Rocío» rompían el silencio mientras Juan Manuel se abrazaba a su yerno.