«Las matemáticas son invisibles»

El Instituto de Matemáticas de la Universidad de Sevilla permite realizar investigación de primer nivel de forma transversal

29 may 2016 / 17:55 h - Actualizado: 29 may 2016 / 19:01 h.
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  • Tomás Chacón, en las instalaciones del Instituto de Matemáticas de la Universidad de Sevilla. / José Luis Montero
    Tomás Chacón, en las instalaciones del Instituto de Matemáticas de la Universidad de Sevilla. / José Luis Montero

Los matemáticos son poco amigos de las casualidades. Por eso atribuyen el avance en la investigación de su ámbito en la Universidad de Sevilla al trabajo del Instituto de Matemáticas (IMUS) de la institución, centro que nació en 2007. Se trata de «un organismo que fomenta la investigación en matemáticas de manera estructurada en toda la Universidad», explica su director, Tomás Chacón.

El IMUS, destaca Chacón, está logrando que la investigación se gestione «de manera transversal». Es un gran paso adelante. «El instituto ha fomentado sinergias y muchas interacciones. La Universidad es muy dada a crear reinos de taifas, y el instituto tiene una especie de varita mágica y ha conseguido un ambiente de colaboración buenísimo».

También ha logrado resultados. En 2010, la US ocupaba el puesto 180 del mundo en el ranking de Taiwán, una clasificación que sólo valora los resultados en investigación. «Cada año hemos subido. Ahora estamos en el 65. Con lo cual, si uno compara, la US está la 450 como universidad», de manera que ese avance, «en buena medida, es por el instituto».

Su actividad se divide en dos parcelas fundamentales. Una, la financiación y el fomento de la ejecución y el desarrollo de las actividades de investigación. Y dos, gracias a «una secretaría muy eficiente», proporciona apoyo administrativo a la organización de actividades. No es un asunto menor, porque a menudo los investigadores dedican ingentes cantidades de tiempo a cuestiones administrativas. Ajenas a la investigación.

El instituto está muy interesado en tener una proyección y una conexión sociales lo más amplias posibles. Lo trabaja con distintas iniciativas. Por ejemplo, Chacón cuenta que los congresos son «muy importantes desde el punto de vista de la internacionalización: te dan visibilidad, generan conexiones y prestigio». «El hecho de que exista el IMUS da cada vez más prestigio a la investigación en matemáticas en Sevilla», aclara Chacón, y cuenta que existe una iniciativa de la comunidad investigadora en matemáticas en España para crear una red estratégica, y que el IMUS se convertirá en el centro coordinador de la red, algo que «le da un espaldarazo en el ámbito a nivel nacional».

El IMUS está en contacto con el entorno industrial. No está de más recordarlo, porque puede suceder que, en ocasiones, investigación matemática suene a sabios que saben una barbaridad de números, pero quizá viven en su mundo. «Es que las matemáticas son invisibles» –reflexiona Chacón–, «pero al fin y al cabo son una especie de red, de cimiento que sostiene la sociedad tecnológica». Dos ejemplos cotidianos: un teléfono móvil, en el que hay «una cantidad de matemáticas increíble», y la banca on line. La codificación de información, la seguridad en la transmisión funciona gracias a un algoritmo matemático. «Tú no ves las matemáticas cuando accedes a tu cuenta bancaria, pero si no hubiera ese algoritmo matemático sería imposible. Tendríamos que ir al banco a sacar dinero».

En el instituto trabajan en varios proyectos de transferencia de tecnología matemática a otros campos. Un ejemplo, en el ámbito de la sanidad, es el trabajo en la detección precoz del cáncer mediante la clasificación de ciertas anomalías en el ADN gracias al uso de técnicas de clasificación matemática.

Los investigadores, el factor humano, es fundamental. «El matemático como recurso humano», en palabras de Chacón. Con 155 miembros y programas destinados a atraer a investigadores pre y posdoctorales, tiene en su personal uno de sus grandes valores. «La formación del matemático es rigurosa. Se le enseña a plantear un problema de manera lógica y a resolverlo también de una manera lógica. Y esos conocimientos, en general, son poco comunes. La enseñanza normalmente consiste más en dar soluciones a problemas conocidos, pero un matemático tiene más capacidad de enfrentarse a problemas nuevos». Queda dicho.