Entrevista

«Lo normal es que un asteroide explote en la atmosfera antes de impactar con la Tierra»

Hablamos con José María Madiedo, astrofísico en el Instituto de Astrofísica de Andalucía, a raíz de las numerosas bolas de fuego que se han avistado en las últimas semanas

Carlos Soliño carlossolt /
12 mar 2020 / 09:16 h - Actualizado: 12 mar 2020 / 09:26 h.
"Astrofísica","Astronomía","Entrevista"
  • José María Madiedo, astrofísico en el Instituto de Astrofísica de Andalucía.
    José María Madiedo, astrofísico en el Instituto de Astrofísica de Andalucía.

En las últimas semanas se han avistado numerosas bolas de fuego atravesando el cielo de Andalucía. La frecuencia del fenómeno ha llamado la atención de muchos y ha puesto a otros a fantasear con el hipotético impacto de un meteorito ante esta elevada cadencia. Para explicarnos que son y confirmar si suponen un peligro real o no, el astrofísico José María Madiedo ha atendido la llamada de El Correo de Andalucía.

José María Madiedo es profesor en la Universidad de Huelva e investigador en el Instituto de Astrofísica de Andalucía (IAA-CSIC) y responsable de los proyectos SMART y MIDAS en los que se estudian los meteoroides y asteroides que entran en la atmósfera terrestre y los que impactan en la Luna, respectivamente. Además, desde su página web (www.meteoroides.net) lleva el registro de los avistamientos de estas bolas de fuego acompañados de vídeos del momento en el que ocurrieron.

Pregunta: ¿Qué son los meteoroides?
Respuesta: Son fragmentos de roca que están orbitando alrededor del sol, al igual que hacen los planetas, asteroides y cometas. Son fragmentos de roca que pueden tener un tamaño muy variado. Técnicamente se considera que un meteoroide es cualquier fragmento de roca que tiene hasta un metro de diámetro. Todo lo que supere ese metro se considera un asteroide.

P: ¿En qué consisten los proyectos SMART y MIDAS?
R: En el proyecto SMART se estudia lo que sucede cuando estas partículas entran en la atmósfera terrestre, que normalmente es producir bolas de fuego si estos cuerpos son relativamente grandes. Y en el proyecto MIDAS se estudia lo que sucede cuando estos meteoroides impactan en el suelo de la Luna. La diferencia principal entre los dos casos es que en la tierra hay atmósfera y en la luna no. Cuando un meteoroide entra en la atmósfera sufre un rozamiento con el aire porque va a una velocidad muy alta lo que calienta al meteoroide llevándolo a la incandescencia y generando esa luz en forma de bola de fuego si el meteoroide es grande y cuando el cuerpo es más pequeño, del tamaño de un grano de arena o menor, lo que vemos es una estrella fugaz.

P: ¿Que aplicación tienen los datos obtenidos en estos proyectos?
R: Son proyectos complementarios que aportan una información diferente. El proyecto SMART lo que permite es el análisis de objetos que proceden del Sistema Solar. Son meteoroides que se han desprendido de distintos objetos como pueden ser asteroides o cometas. Esto nos da información sobre las propiedades de estos objetos y sobre su composición química, de manera que para saber cómo es un cometa o un asteroide puedes montar una misión espacial con una sonda, que vaya hasta el cuerpo que quieres analizar y traiga una muestra, o que lo analice directamente allí, o puedes analizar los fragmentos que llegan a la tierra, con la pega de que lo que llega lo hace de forma aleatoria, no va a llegar necesariamente lo que a uno le interesa. Al final es información muy valiosa que te permite conocer muchísimo sobre otros objetos del sistema solar que están generando estos meteoroides.

P: ¿Podemos saber con los datos que se obtienen de estos proyectos por qué últimamente se han avistado tantas bolas de fuego?
R: Lo que sucede es que este tipo de fenómenos son imprevisibles, por eso los sistemas están continuamente monitorizando el cielo. Que se hayan detectado tantos seguidos no obedece a ninguna causa concreta, lo que pasa es que el proyecto SMART cuenta con 92 detectores vigilando el cielo por lo que es difícil que algo se escape. Además, hemos tenido desde finales de enero una meteorología muy favorable que ha permitido detectar todo lo sucedido en el cielo nocturno. A finales del año pasado, por ejemplo, no detectábamos nada porque estaba el cielo nublado y los detectores no podían trabajar.

P: Entonces, no es que todas estas bolas de fuego vengan del mismo cuerpo, ni nada por el estilo.
R: De hecho vienen de cuerpos totalmente distintos y no guardan ningún tipo de relación entre sí. Son fenómenos totalmente aleatorios e independientes entre sí.

P: ¿Cómo tiene que ser un cuerpo que viene del espacio para superar la barrera de la atmósfera y que impacte en la tierra?
R: Eso depende de varios factores. Los objetos que vienen del espacio pueden tener distintas composiciones y propiedades. Por ejemplo, los objetos que proceden de asteroides son rocas más o menos compactas y pueden entrar con más facilidad en la atmósfera. Los que vienen de cometas se suelen calificar como hielo sucio, que es una forma muy gráfica de denominarlo porque contienen materiales helados y rocosos. Los últimos tienen una resistencia muy pequeña, por lo que al entrar en la atmósfera se destruyen muy rápidamente y sería tremendamente complicado que un objeto como este consiguiese alcanzar el suelo. Los que podrían causar problemas son los provenientes de asteroides que son los más resistentes. Aunque, siendo más resistentes, normalmente tienen multitud de grietas lo que puede hacer que en el contacto directo con la atmósfera el cuerpo explote en una gran cantidad de pedazos.

P: Respecto a ese posible impacto. Existe una web que realiza una simulación de un posible impacto de meteoro. ¿Qué le parece?
R: El problema de este tipo de simulación es que no se ajustan a la realidad. Suponen que la roca ni tiene grietas ni va a estallar en el aire a consecuencia de estas grietas. Sin embargo, la realidad es muy distinta, lo normal es que un asteroide que penetre en la atmósfera acabe explotando antes de impactar con la Tierra y que lo que caiga a la Tierra sean fragmentos del mismo del tamaño de una nuez aproximadamente. Eso sí, la onda expansiva de esta explosión puede causar daños al impactar contra el suelo. Un peligro de impacto lo generaría una roca que tenga 100 o más metros de diámetro, de hecho se les llama Asteroides Potencialmente Peligrosos, y se intenta tenerlas continuamente monitorizadas para conocer si pueden llegar a suponer un peligro para nosotros.

P: ¿Y qué medidas de actuación hay ante un asteroide así? Porque no existen precedentes, ¿no?
R: Durante el tiempo de nuestra civilización no hay. La Tierra sí ha sufrido impactos de ese tipo, e incluso más grandes como el que acabó con los dinosaurios, pero no que nosotros hayamos podido experimentar. Respecto a la actuación, se barajan varias alternativas como pueden ser intentar desviar el asteroide enviando una sonda que intente empujarlo para desviar su trayectoria, también se ha propuesto romperlo en varios pedazos con armamento nuclear. Hay varias propuestas, muchas parecen salidas de una película de ciencia ficción, pero hoy día la que más se piensa que podría funcionar es tratar de desviar el asteroide de su órbita.

P: Para terminar. En su trabajo se aprecia, y lo ha referido en otras entrevistas, un compromiso con el acercamiento de la ciencia a la sociedad. ¿Cómo podría hacerse?
R: Pues habría que actuar de varias formas. Lo primero sería convencer a algunos científicos de realizar actividades de divulgación. Aunque con el paso del tiempo se ha mejorado y cada vez hay más gente que es consciente de la importancia de trasladar los conocimientos que se obtienen en un laboratorio científico a la sociedad, seguimos teniendo que convencer a mucha gente. Y por otra parte, a la hora de hacer divulgación hay que trasladar conocimientos muy técnicos a un espectro muy amplio en lo que se refiere a conocimientos del tema y hay que ser capaz de empatizar para poder trasladar a todo el mundo ese conocimiento.