Los pólenes empiezan a dar tregua tras un abril duro para los alérgicos

Los niveles de ciprés y sobre todo de olivo han sido elevados, más del doble que el año pasado, aunque los de gramíneas se mantienen bajos por ahora

11 may 2017 / 13:15 h - Actualizado: 11 may 2017 / 13:16 h.
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  • Las alergias al polen de olivo han causado estragos entre los sevillanos alérgicos en la segunda quincena de abril. / Marco Furilo
    Las alergias al polen de olivo han causado estragos entre los sevillanos alérgicos en la segunda quincena de abril. / Marco Furilo

Superado el ecuador de la actual primavera, los sevillanos que sufren algún tipo de alergia –alrededor de medio millón en toda la provincia, 16 millones en toda España– pueden sentirse algo más aliviados después de un mes de abril intenso y complicado en el que se han registrado niveles de pólenes bastante elevados, llegando a duplicar los valores de 2016.

«En general, estamos teniendo una estación más complicada que la del año pasado porque los niveles han sido más elevados», explica Pedro Guardia, jefe de Alergología del hospital Virgen Macarena y miembro de AlergoSur, que matiza: «El gran problema este año ha sido el olivo, que se ha adelantado con niveles muy altos, en torno a los 2.000 granos por metro cúbico de aire, cuando el año pasado apenas pasaron de 1.000», explica el doctor.

Pero, cronológicamente, el primer escollo para los alérgicos viene con los pólenes del ciprés y del plátano de sombra, que son los más activos en el primer tercio de la primavera. Este año se han llegado a registrar 2.280 granos por metro cúbico en cuanto al ciprés, mientras el pasado año alcanzaron un tope de ochocientos y pico; y en cuanto al plátano de sombra se han rondado los 1.000 granos por metro cúbico, en concreto el día 15 de marzo.

Lo peor para los alérgicos ha sido a partir de la segunda quincena de abril, que es la fase en la que se ven afectados por el polen de olivo. El día más complicado fue el 19 de abril, cuando se alcanzaron niveles en torno a los 2.000 granos/m3 en la estación aerobiológica ubicada en el hospital Macarena y de 2.500 en la localizada en el hospital El Tomillar –siempre da valores más elevados al no estar en un entorno urbano–. En este mismo captador también se registró un pico de 1.500 el 3 de mayo.

Sin embargo, los niveles de polen de olivo han ido descendiendo y en la actualidad se hallan por debajo de los 100 granos/m3 en el Macarena y por debajo de 50 en El Tomillar, «y es a partir de 150 granos/m3 cuando los pacientes empiezan a tener problemas», dice Guardia.

En esta época, ya buscando el último tramo de la estación, el polen que más afecta a los alérgicos es el de las gramíneas, que suelen tolerar mientras se mantiene por debajo de 50 granos/m3. «Ahora mismo estamos entre 50 y 80 granos, y en El Tomillar tan sólo 12. Son índices no reactivos», explica el alergólogo, que lo justifica en que «la lluvia de estos días ha hecho que bajen los niveles y ya no esperamos que haya repuntes salvo que llegue viento del Estrecho».

LA VACUNACIÓN ES CLAVE

Guardia expone que «es vital vacunarse para prevenir. Lo ideal es administrarla antes de la primavera para preparar el sistema inmunológico», ya que así «los síntomas son de menor intensidad y duración». Y es que, por regla general, un paciente que «tiene su vacuna y un tratamiento puede tener algún problema menor. Es el que no se vacuna o el que ni siquiera sabe que es alérgico el que puede tener síntomas importantes». De hecho, este año «han aumentado los pacientes derivados desde Urgencias con crisis de asma».

Los consejos para paliar los efectos de los pólenes son «ventilar la habitación cinco o diez minutos, pulverizarla con agua antes de acostarse para que caiga el polen que pueda haber, no hacer deporte a primera y última hora del día, o llevar las ventanillas del coche cerradas y el filtro antipolen».