Manos que salvan vidas

El hospital de Valme se convierte en una clase de Reanimación Cardiopulmonar (RCP) para concienciar a la sociedad de la importancia de conocer esta técnica

16 oct 2017 / 15:30 h - Actualizado: 16 oct 2017 / 22:44 h.
"Salud","Salud pública","Hospital Virgen de Valme"
  • Arriba, la competición entre profesionales para mejorar la técnica de aplicación de RCP que ha acogido el salón de actos del Hospital de Valme. / El Correo y Manuel Gómez
    Arriba, la competición entre profesionales para mejorar la técnica de aplicación de RCP que ha acogido el salón de actos del Hospital de Valme. / El Correo y Manuel Gómez
  • Las puertas del hospital de Valme se convirtieron en una improvisada clase de Reanimación Cardiopulmonar. / Manuel Gómez
    Las puertas del hospital de Valme se convirtieron en una improvisada clase de Reanimación Cardiopulmonar. / Manuel Gómez
  • Manos que salvan vidas

«¿Tú te acuerdas de la canción Dale a tu cuerpo alegría, Macarena? ¡Pues ese es el ritmo que le tienes que dar!». Con este sencillo ejemplo musical se afanaba ayer una profesional del Dispositivo de Cuidados Críticos del Área Sur de Sevilla en enseñar a José, que pasaba por la puerta del Hospital de Valme, a realizar los movimientos básicos en una Reanimación Cardiopulmonar (RCP).

Porque, como reza el lema del Día Europeo de Concienciación del Paro Cardíaco, las manos pueden salvar vidas, pero para ello hay que saber usarlas. Y, de enseñar a hacerlo, este centro hospitalario sabe un rato. No en vano, el Valme es uno de los que cuenta con mayor número de instructores del Plan Nacional de RCP, teniendo «a más de una treintena de profesionales altamente cualificados y experimentados en los conocimientos de esta área que los acreditan para desarrollar formación».

Precisamente en una clase improvisada se convirtió la alameda de entrada al hospital, donde se desplegaron al menos una decena de mantas sobre las que se tumbaba un maniquí de ensayo de RCP, para que el acto divulgativo destinado a la ciudadanía fuese lo más práctico posible. Entre quienes se acercaban a probar, había distintos perfiles. Desde José, que «nunca lo había hecho antes» pero siempre ha sabido que tenía que aprender a hacerlo, hasta los aventajados estudiantes de Medicina pasando por pacientes coronarios que no han tenido más remedio que adquirir estos conocimientos.

Es el caso de Doroteo, presidente de la Asociación de de Pacientes Coronarios Nazarenos (Asancor), que con sus doce estent a cuestas insiste en la importancia de que no solo quienes padecen de corazón sepan manejarse en la RCP, «sino también los familiares y amigos». «Todo nuestro entorno debe saber que una actuación rápida es fundamental para salvar vidas», recalca el presidente de Asancor, un colectivo que da sus propias formaciones tanto de RCP como de uso de desfibriladores para «estar preparados siempre, ya sea cuando salimos a nuestras múltiples actividades o estemos tranquilos en casa».

En este sentido, no hay que olvidar que dos de cada tres paros cardiacos se producen en los domicilios particulares, según afirma el director de la Unidad de Gestión Clínica de Cuidados Intensivos del Hospital de Valme, Antonio Lesmes. «El segundo lugar en el que es más frecuente que se produzcan es en el trabajo, porque es otro de los sitios en los que más tiempo pasamos», apunta. Por eso, que cualquiera sea capaz de reaccionar en caso de que alguien lo sufra se convierte en esencial para la supervivencia. Tal y como señala el Director del Dispositivo de Cuidados Críticos y Urgencias del Área Sur de Sevilla, Urbano Paz, la clave está en el masaje. «No se debe parar en ningún momento, el movimiento debe ser continuo desde el primer momento en el que se comprueba que la persona está inconsciente y no respira», incide Paz. El siguiente paso es llamar al Servicio de Emergencias 112 o al 061 lo antes posible, pero intentando no parar el masaje.

«Por muy rápido que pueda llegar la ambulancia, la insistencia en los primeros minutos es crucial para que el paciente no sufra consecuencias graves. Si en los ocho o diez minutos que tardan los servicios sanitarios en llegar nadie ha estado haciendo el masaje, las posibilidades de supervivencia y sin secuelas son prácticamente inexistentes», admite por su parte Lesmes.

Es importante, además, dejar a un lado el miedo o la inseguridad que muchas personas sienten a la hora de aplicar una RCP a alguien que ha sufrido un paro cardiaco. «Hay que partir de la base de que esa persona ya está muerta. Así que temores como el romperle una costilla por hacer mal el masaje es mejor desterrarlos teniendo en cuenta que a una de cada cinco personas que fallece no le ha llegado el tiempo de morir. ¿No será más importante que pueda continuar viviendo que hacerle algún daño menor?», cuestiona el director de la Unidad de Gestión Clínica de Cuidados Intensivos.

No hace falta, por tanto, ser un profesional para salvar una vida. Aunque lo cierto es que el personal sanitario se esfuerza constantemente para mejorar su respuesta. Prueba de ello fue la competición simbólica de realización de maniobras de RCP básica celebrada en el hospital, donde se valoró la calidad de la actuación realizada: frecuencia de compresiones, reexpansión o calidad de ventilaciones. Ana María Mateos, médica del DCCU del Área de Gestión Sanitaria Sur de Sevilla, se alzó ganadora de un cuadro conmemorativo y un curso de la Escuela Andaluza de Salud Pública por valor de 500 euros.