La Marea Blanca por la sanidad pública convocó ayer en Sevilla a 20.000 personas –cifra ofrecida por los convocantes, mientras que la policía la rebaja a 4.500– , que se manifestaron sin incidentes de importancia entre el palacio de San Telmo –sede de la presidencia de la Junta de Andalucía– y la plaza Nueva. Reclamaron la defensa de la sanidad pública frente a la privatización de determinados servicios, la dedicación de recursos públicos para que no se deteriore el servicio y una calidad de atención «digna» para los pacientes y de trabajo para los profesionales.
En el caso de Sevilla , el mantenimiento de «tres hospitales completos» y la reapertura del Hospital Militar, en estado de abandono desde el año 2004, así como la reposición de 4.000 bajas de enfermería. Esta manifestación recoge el espíritu que lleva sembrando el médico de Granada Jesús Candel, Spiriman, alma de multitudinarias mareas blancas en la vieja capital nazarí desde octubre de 2016.
La manifestación, convocada por una Marea Blanca que se reclama apolítica y asindical, atrajo a pesar de todo a políticos, que se dejaron ver en su recorrido: Antonio Maíllo –líder andaluz de IU–, Juan Bueno –presidente del PP de Sevilla–, Javier Millán –portavoz de C’s en el Ayuntamiento de Sevilla–, Julián Moreno –concejal de Participa Sevilla– o Juan Ignacio Moreno Yagüe –parlamentario andaluz de Podemos–... «Cuando todos estamos aquí algo se está haciendo mal en la sanidad andaluza», señaló este último.
La organización repartió miles de globos blancos para los asistentes. Estaban convocados todo el personal sanitario y los usuarios de los servicios públicos de salud, pero entre los primeros acudieron cierto número de enfermeras y auxiliares de los hospitales de Sevilla y Cádiz. Así que en la marea se echaban de menos más batas blancas.
Comunicados como el del Colegio de Médicos de la víspera –que tanto se podía interpretar como que apoyaba la marcha como que no– contribuyeron a desinflar el tono profesional de la movilización. A la vez se hicieron notar mucho plataformas de usuarios de los pueblos de Sevilla. La Sierra Sur envió dos autobuses completos.
Así, la Plataforma Médico 24 Horas de esta comarca –con 55.000 vecinos– se quejan de que tienen las urgencias a 50 kilómetros en algunos casos (es la distancia que separa Badolatosa de Osuna) y de que las ambulancias no pueden atender varias emergencias a la vez, con lo que los enfermos fallecen esperándolas o de camino al hospital, lo que suman a las quejas que comparten con todos: los hospitales funcionan a medias en verano, hay muchos puntos sin médico de urgencias y la sensación de colapso resulta insufrible, como explican José Manuel Ojeda, concejal de Osuna Puede, y Juan José Pozo, concejal de IU en Casariche.
Plataformas similares dejaron ver sus pancartas, como la de Morón de la Frontera –en este caso, para reclamar la construcción de un hospital comarcal «comprometido desde 2008», como explica la integrante de la plataforma y concejal de IU Marina Segura–, o de Dos Hermanas –con el hospital de Valme «colapsado» y largas listas de espera, explica Juan Antonio Ruiz, miembro de la Marea Blanca Dos Hermanas–. Otros alcaldes, como Juan José Fernández (regidor de IU en Aznalcóllar) se quejaban en el cortejo de que no hay autobús entre su pueblo y el hospital de referencia, en Bormujos.
Entre los profesionales abundaban las enfermeras en precario –reacias a dar su nombre cuando sus contratos, denuncian, son de apenas un mes– que acudieron para demandar el fin de los contratos basura y que la lista de interinos se moviera a través de una bolsa pública.
También piden el cese de la privatización de servicios como el de lavandería, cocina o los archivos. Una auxiliar del Virgen del Rocío destacó era el aumento de la carga de trabajo porque las bajas no se cubren. «Atendemos corriendo a los pacientes», zanjó.
También en la manifestación se dejaron ver víctimas de desgracias médicas que atribuyen a las políticas de recortes, como la familia de Moisés Sánchez, un sevillano de 28 años que murió el 21 de septiembre de 2016 al subírsele al pulmón un trombo que tenía en una pierna. Su familia sostiene que una prueba llamada eco doppler lo hubiera detectado.
La Consejería de Salud, cuestionada con esta Marea Blanca, indicó ayer «que a pesar de las dificultades, entre los años 2012 y 2015 el SAS ha destinado 104,5 millones de euros a obras y equipamientos en la provincia de Sevilla. «Durante 2016 se ha producido la apertura del nuevo Hospital de Alta Resolución de Écija, tras una inversión de 18 millones de euros. También se ha iniciado la apertura progresiva del Hospital de Alta Resolución de Lebrija (16,3 millones). Asimismo se ha ampliado el centro de salud de La Algaba, se ha puesto en marcha el de Fuentes de Andalucía, y se ha firmado el protocolo con el Ayuntamiento de Morón de la Frontera para la construcción del nuevo Hospital de Alta Resolución, que dará respuesta a más de 40.000 personas.