Medio siglo sin el genio de Castillo Lastrucci

El 29 de noviembre se cumplen 50 años de la muerte del imaginero que «reinventó» la Semana Santa tras la Guerra Civil

03 sep 2017 / 20:18 h - Actualizado: 04 sep 2017 / 08:35 h.
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  • Una misa de réquiem conmemorará los 50 años de la muerte de Antonio Castillo Lastrucci . / El Correo
    Una misa de réquiem conmemorará los 50 años de la muerte de Antonio Castillo Lastrucci . / El Correo

Sus restos mortales descansan en la parroquia de San Julián, bajo un mausoleo presidido por un grupo escultórico de la Piedad, «sus más queridas imágenes». El próximo 29 de noviembre se cumplirán 50 años del fallecimiento de Antonio Castillo Lastrucci (1878-1967), uno de los grandes y más prolíficos imagineros del siglo XX y una figura imprescindible para entender la Semana Santa contemporánea. A su incansable gubia se deben creaciones tan elogiadas como el misterio de la Presentación al Pueblo de San Benito o el conjunto escultórico de Jesús ante Anás, por no hablar de la «belleza castiza» que consiguió plasmar en el semblante de dolorosas como las de la Hiniesta o el Dulce Nombre.

Precisamente estas dos últimas hermandades se han unido para, con motivo del medio siglo de su fallecimiento, organizar un ciclo de conferencias conjunto dedicado a «analizar la figura de Castillo Lastrucci desde un punto de vista científico y valorar la trascendencia que sin duda su obra ha tenido en la Semana Santa contemporánea», asegura el coordinador del curso y profesor del departamento de Historia del Arte de la facultad de Geografía e Historia de la Universidad de Sevilla, Francisco Ros González, a la sazón teniente de hermano mayor de la Hiniesta.

El ciclo de cuatro conferencias, que se desarrollará alternativamente en las casas de hermandad de las dos corporaciones entre los meses de septiembre y noviembre, cuenta con la participación de destacados profesores del citado departamento y finalizará con una misa de réquiem en la parroquia de San Julián el próximo 29 de noviembre, coincidiendo con la fecha del aniversario del fallecimiento del genial artista.

Ros explica que este ciclo es en parte heredero de un curso impartido el año pasado, «con gran éxito de asistencia», en la facultad de Geografía e Historia sobre la figura de Castillo Lastrucci y que contó con idéntico cartel de ponentes. El profesor Joaquín Álvarez Cruz inaugurará el ciclo el próximo 29 de septiembre en la casa hermandad de la Hiniesta con la conferencia titulada «La escultura sevillana en tiempos de Antonio Castillo Lastrucci». La segunda de las citas será protagonizada por el coordinador del ciclo, Francisco Ros, quien el 20 de octubre disertará sobre «La fama de Antonio Castillo Lastrucci», esta vez en el salón parroquial Marcelo Spínola, en la calle Hernán Cortés.

«La contribución de Castillo Lastrucci a la escultura de su tiempo» será el tema que aborde el profesor Jesús Palomero Páramo en la tercera de las conferencias del ciclo, que de nuevo tendrá como escenario la casa hermandad de la Hiniesta. Por último, el doctor en Historia del Arte Andrés Luque Teruel será el ponente de la cuarta de las citas del ciclo, que dedicará a analizar «La escultura profana de Antonio Castillo Lastrucci», con la hermandad del Dulce Nombre de nuevo como anfitriona.

Para Francisco Ros, la figura de Antonio Castillo Lastrucci y sobre todo su copiosa obra resultan capitales para «reinventar la Semana Santa de Sevilla tras la República y los sucesos de la Guerra Civil», una época aciaga para la imaginería procesional sevillana, cuando la quema y el saqueo de iglesias redujeron a cenizas a los titulares de numerosas hermandades.

«La aportación de Castillo Lastrucci al mundo de la imaginería resultó sobresaliente en dos aspectos fundamentales. De un lado –destaca Ros– a él se debe la invención del paso de misterio contemporáneo, cargado de realismo y dotado de una escenografía teatral y dramática capaz de implicar emocionalmente al espectador que contempla la escena». Fruto de esta apuesta por la teatralidad de las composiciones, influenciada sin duda por los recursos compositivos del cine, son creaciones como el misterio de Jesús ante Anás, el de la Presentación al Pueblo de San Benito –inspirado en la pintura del Ecce Homo del italiano Antonio Ciseri– o el de la Sentencia de la hermandad de la Macarena, al que consiguió dotar tras diversas reformas y ampliaciones de su actual configuración. «Los imagineros actuales siguen ahondando en esa línea que abrió Castillo Lastrucci en los años veinte al romper los modelos decimonónicos y crear escenas de carácter teatral en los pasos de misterio».

Su otra gran aportación, resume Ros, es la invención de «ese modelo de dolorosa castiza, que llega hasta nuestros días, y que se inspira en el canon de belleza de la mujer andaluza, de piel morena y de ojos grandes y profundos». Un canon que representan a la perfección las vírgenes del Dulce Nombre y de la Hiniesta, con las que implantó sendos modelos –una de dolorosa frontal y otra de cabeza ladeada– que luego repetiría en numerosos encargos, en parte para atender la gran demanda de un taller convertido en una gran factoría y, en parte también, porque así se lo demandaban las propias hermandades en los contratos de encargo, explica Ros.

Su obra evolucionó desde la temática romántica y costumbrista en su primera etapa profana hasta ser unos de los más brillantes exponentes de la escultura religiosa neobarroca del siglo XX. «Es a partir de los años 20 cuando Castillo Lastrucci encuentra un filón comercial en la imaginería procesional», sobre todo a raíz del encargo que le realiza la hermandad del Dulce Nombre y que «le abre la puerta del mercado en Sevilla». «Es entonces cuando inaugura el famoso gran taller de la calle San Vicente y se rodea de numeroso colaboradores, lo que le permite atender las decenas de encargos que le llegan de toda España», repitiendo modelos de cristos y vírgenes y «adaptándose a los precios que las hermandades podían pagar».

De su afición a los toros, su otra gran pasión, les hablaremos otro día.