La ruptura de un matrimonio con hijos suele acarrear en la mayoría de las ocasiones el dilema sobre quién se queda con los hijos –si el padre o la madre–, y sobre el régimen de visitas para quién no tenga la custodia. También, el juez puede decidir que la custodia sea compartida. Esta situación, muy demandada por numerosos padres separados o divorciados, es la situación legal mediante la cual los dos progenitores ejercen la custodia legal de sus hijos (menores) en igualdad de condiciones y derechos y deberes sobre ellos.
Pero, habitualmente, en torno al 80 por ciento de las custodias se conceden a las madres. La compartida sólo se concede si los padres han acordado que sea así o una de las dos partes lo solicita ante el juez y este emite un veredicto favorable después de que los diversos informes que se encargan –siempre velando por los intereses del menor– hayan resultado favorables.
Aunque cada caso es diferente porque cada familia rota es un mundo, y cada niño otro, desde muchas asociaciones se trabaja para intentar que aumente de forma considerable el porcentaje de custodias compartidas.
Sin embargo, dada la trascendencia que esta decisión puede tener en la vida del menor, y las secuelas psicológicas que podría tener de cara al futuro, no son pocas las corrientes que están tanto a favor como en contra de la custodia compartida. Así, muchos expertos opinan que siempre resultará positivo que el niño tenga una relación cercana y fluida con sus dos progenitores y así no tendrá esa dura sensación de que ha perdido a uno de ellos. Por contra, quienes consideran que la custodia compartida es perjudicial para el menor alegan que esta incide de forma negativa en la estabilidad del niño porque al cambiar de casa de forma periódica según tenga que estar con la madre o el padre suele estar más expuesto a situaciones de conflicto si los padres mantienen en el tiempo serias diferencias sobre la educación de sus hijos y si también mantienen un relación de conflicto.
Desde el Gobierno
Desde el Gobierno sí se reclama que haya un acuerdo político para reforma la norma y que la custodia compartida sea vista como la habitual tras la ruptura de una pareja. Así, el ministro de Justicia, Rafael Catalá, reclamó recientemente desde el Congreso el consenso de todos tras una pregunta de Ciudadanos en la que la formación recordaba el acuerdo de legislatura alcanzado con su grupo para impulsar las reformas legales necesarias que incorporen la custodia compartida como modalidad más deseable. «Sería muy conveniente una gran unanimidad porque hay discrepancias en la sociedad» sobre este asunto, dijo el ministro, quien explicó que el Gobierno está convencido de que es «la manera más equilibrada» de concertar los intereses de los padres y los menores. Así, aseguró que ya están estudiando las leyes autonómicas y las sentencias del Tribunal Supremo, aunque ha planteado la necesidad de promover además un debate muy amplio en la sociedad.