Mi casa es una ambulancia

Simeón llegó a España en 2007 y desde hace unos meses, una vieja ambulancia aparcada en el Polígono Calonge es su hogar

Juanmi Vega @Juanmivegar /
10 ene 2020 / 06:00 h - Actualizado: 10 ene 2020 / 06:00 h.
"Vivienda"
  • Simeón con la ambulancia que hace las veces de hogar.
    Simeón con la ambulancia que hace las veces de hogar.

En una explanada en la que aparcan los coches de los trabajadores del Polígono Calonge, en la calle Automoción, desde hace unos días se encuentra estacionada una ambulancia antigua. Cada día que pasa, el transeúnte se encuentra con más mobiliario alrededor del vehículo: apareció una silla, luego una mesa y por último, dos sombrillas que escoltan los laterales de la ambulancia. Allí habita Simeón, un inmigrante rumano que llegó a España en 2007 para ganarse la vida.

Simeón no tiene trabajo actualmente. «No quiero trabajar. Yo trabajo la chatarra y con eso me saco el dinero para vivir. Yo trabajo por días, uno sí y otro no».

Lo que más llama la atención es el techo bajo el que se cobija. La ambulancia «la compré con el paro. Tenía derecho al subsidio de desempleo, lo recibí íntegro y compré la ambulancia. Llevo desde septiembre viviendo en ella».

La ambulancia hace las veces de autocaravana, pues Simeón se va moviendo en función de sus intereses. «Ahora está rota y no me puedo desplazar. Por eso está aquí estacionada».

Simeón tiene la parte trasera acondicionada para dormir en ella. Los cristales de las puertas delanteras están rotas y la cinta aislante hace de protector. Fuera hay una mesa, una silla, una radio con música actual, unas tazas y un camping gas para calentarse la comida. En un palé, que haces las veces de estantería, guarda el pan y algunos comestibles. Tiene amontonados cuatro ladrillos donde engancha el par de sombrillas que le dan sombra. Encima del techo de la ambulancia se encuentran los pares de zapatos que tiene. También hay una botella de Sprite. -¿Quieres un vaso? Ofrece Simeón.

«Ahora tengo la rueda de la bicicleta pinchada y no me puedo desplazar. Vine desde Francia andando a Sevilla. Tardé cinco meses. Aquí estoy solo. Mis padres se murieron y con mis hermanos no tengo relación» relata.

«Yo no ahorro. A mí me gusta gastarme el dinero. Me voy a un bar por la mañana a desayunar o me voy a otro y paso varias horas allí» explica.

Preguntado por si había hablado con alguna administración para que le ofreciesen una vivienda digna, Simeón es tajante: «No. Yo no he hablado con nadie. Yo quiero estar solo».

El domingo se vuelve a Madrid, en bicicleta, para un juicio que tiene en la capital. Luego volverá a Sevilla, a su ambulancia a la que él llama hogar.