Si hay algo que tienen claro los políticos sevillanos es que el río Guadalquivir es una oportunidad. Para la economía local, el turismo, el ocio de los sevillanos... el aprovechamiento de este espacio es una pieza clave para todos y cada uno de los gobiernos municipales que ha conocido Sevilla. O al menos, eso recogían sus programas. Transformarlo en un eje cultural, turístico, deportivo y de ocio, con o sin bares y playa urbana son las propuestas más clásicas. La realidad es que las operaciones urbanísticas para revitalizar el tramo urbano y el cauce metropolitano casi nunca han salido del papel y cuando lo han hecho se limitaron a medidas puntuales como la recuperación del Muelle de Nueva York, el parque de San Jerónimo, la biblioteca Felipe González, las pasarelas fluviales o los jardines del Guadalquivir. Pero aún queda mucho para que el río, tan ligado a la historia de la ciudad, tenga el lugar relevante que todos los regidores de Sevilla han querido recuperar.
Al igual que sucede con el resto de la ciudad, es precisamente en el Turismo donde ha encontrado la salvación el Guadalquivir. Muchos de los proyectos que han visto la luz en este entorno tienen una clara vinculación con el sector como la terminal de cruceros o la próxima apertura del centro de atención integral al visitante que abrirá sus puertas en los bajos del Paseo de Marqués de Contadero que también prevé un centro gastronómico y otro de Flamenco. «En ese tramo por lo menos se va a a dar un valor importante para que el ciudadano disfrute de ese gran paseo en altura para ver la calle Betis y de unas pasarelas para bajar al muelle», apunta el presidente de los hosteleros, Pablo Arenas, que considera que este es un buen ejemplo de la coordinación de la empresa pública y privada para sacar adelante iniciativas.
El proyecto, que ha pasado de alcalde a alcalde, estaba incluido en el programa del actual regidor cuya propuesta era enlazar, en una suerte de eje, con la zona industrial que conforman los terrenos del Puerto con la parte más cultural y turística de la que forman parte proyectos como el Acuario, la Noria, la terminal de cruceros y Marqués de Contadero. No en balde, Sevilla acoge el único puerto fluvial de interior de España, con lo que los turistas llegan al corazón de la ciudad.
Este eje cultural y de ocio se completaría, según el programa del socialista, con proyectos sencillos como un circuito de running y con un plan de inversión en mejora de la conservación y mantenimiento de las zonas más deterioradas como el tramo del Paseo de Juan Carlos I, para el que el actual presupuesto de 2016 ya destina una partida con la que recuperar el kilómetro y medio de acerado desde la Barqueta a Plaza de Armas, o el Paseo de la O.
Un eje que, en las últimas semanas ha comenzado a flaquear con la marcha de la Noria debido a que después de dos años desde su puesta en marcha no se han cumplido las expectativas, quizá algo altas, de visitantes (entre 350.000 y 400.000 usuarios el primer año de funcionamiento) que se barajaban. A esto se le suma que el Acuario ha solicitado el preconcurso de acreedores con el objetivo de refinanciar su deuda y puede ser adquirido por la empresa que gestiona Isla Mágica o que las obras del famoso centro de Marqués de Contadero debían estar finalizadas tras el verano para su puesta en marcha en 2017.
Pero son otros muchos los proyectos que duermen en el sueño de los justos desde tiempos inmemoriales. Es el caso de Altadis, cuyo futuro sigue en el aire. Tras la derogación del convenio firmado con el gobierno anterior, se ha abierto un nuevo periodo de negociación con la empresa tabacalera para determinar sus nuevos usos que estarán vinculados a la innovación y al emprendimiento. Muy lejos del acuerdo alcanzado en el anterior mandato por el popular Juan Ignacio Zoido, que pretendía calificarlos como suelos de industriales a sociales y terciarios, en los que se iban a alojar tanto equipamiento público como comercial.
Otro de los proyectos pendientes de resolución es el del Batán o Sevilla Park. Después de dos años de estancamiento, Puerto y Ayuntamiento alcanzaron un acuerdo sobre el modelo de ordenación de los suelos portuarios lo que permite desbloquear el desarrollo de las 46 hectáreas en las que se desarrollará el proyecto y que implica el traslado a otra zona portuaria de los depósitos de la empresa de hidrocarburos CLH –previa descontaminación de estos–.
En los últimos años han sido muchas las apuestas que se han hecho para revitalizar la zona y hacer del río una oportunidad. Algunas de ellas se han quedado en el intento como el mapping sobre el río que prometió Juan Ignacio Zoido en la pasada campaña electoral, los parques fluviales de bomberos en la zona de Los Remedios o el caso de los azulejos que se iban a colocar en la zapata de la calle Betis. Unas piezas de cerámica que llegó a adquirir el gobierno municipal de Zoido por 60.000 euros y que nunca llegaron a colocarse. La polémica hizo dar marcha atrás al Consistorio de entonces y valoró la posibilidad de ubicar este mosaico, que se concibió para situarse en el río, dominando el barrio de Triana, en una ubicación cercana a la Torre Mapfre ya que en su opinión, este punto también marca una entrada a Triana y permite lucir un azulejo de grandes dimensiones. Hasta hoy no ha habido ninguna novedad al respecto.
Tampoco vio nunca la luz el puente que iba a construirse a la altura del Barceló y el gobierno municipal actual eliminó al llegar a la Alcaldía el que se proyectó junto a la Torre Pelli para desbloquear el tráfico de la zona. La inversión prevista se destinó a pequeñas obras en los barrios.
Igualmente pendiente está la construcción del teatro que la sala la Imperdible tenía previsto junto al cambio de aguja y para el que Urbanismo le otorgó licencia el pasado mes de marzo.
Recuperar un corredor verde a partir del parque de San Jerónimo que permita a la ciudad retomar el proyecto de las playas fluviales de Sevilla, dar vida a los pantalanes, completar las especies y mantener dignamente el jardín americano, dar contenido al castillo de San Jorge, aprovechar las posibilidades de la biblioteca Felipe González o fomentar el turismo de cruceros son algunas de las tareas pendientes en lo que queda de mandato.