Toros

Novilladas de abono: un balance desolador

El novillero Rafael González ha sido el triunfador indiscutible de un ciclo decepcionante en el que también hay que salvar los nombres de Calerito, Ángel Jiménez y Manuel Diosleguarde

29 jun 2019 / 10:45 h - Actualizado: 29 jun 2019 / 10:57 h.
"Toros"
  • Calerito ha ofrecido una imagen renovadora y con opción de futuro. Foto: Toromedia.
    Calerito ha ofrecido una imagen renovadora y con opción de futuro. Foto: Toromedia.
  • Ángel Jiménez fue el primero en tocar pelo. Foto: Toromedia.
    Ángel Jiménez fue el primero en tocar pelo. Foto: Toromedia.

El ciclo de novilladas picadas en el abono de la temporada 2018 ya es historia. Aunque hay muy poco que contar. El balance artístico y estadístico es tan pobre que dibuja un panorama demasiado sombrío para la cantera del toreo. Estas novilladas no dejan de ser un examen del estado de forma y fondo del escalafón menor. Se trata de atisbar posibilidades de futuro en un estrato profesional que, más que nunca, es absolutamente incierto. Con la desaparición del mercado natural de las novilladas –los pueblos- el único clavo ardiendo al que agarrarse son algunas –muy pocas- plazas grandes. Y así estamos...

La calidad de Jiménez

Este tramo del abono llegaba después de clausurar una gran feria y más que mediado mayo. Volvía el sosiego y la presencia de los cabales a los tendidos maestrantes pero, desgraciadamente, las decepciones se iban a suceder... El interés del primer festejo giraba en torno al estado de forma y fondo del veteranísimo novillero ecijano Ángel Jiménez, que se despedía de la plaza de la Maestranza antes de volver a pisarla para tomar la alternativa en la feria de San Miguel. Jiménez volvió a enseñar su calidad con un primero falto de chispa y alma que tapó con un toreo pleno de expresión, cadencia y compostura que no tuvo refrendo con el acero. Acabaría cortándole una oreja al cuarto, al que sobó en demasía antes de acoplarse con su lado bueno: el izquierdo. Pudo haber sido una tarde de dos o tres trofeos. Se marchó con uno aunque es uno de los nombres que se salvan de la quema... El cartel lo completaban el madrileño Francisco de Manuel, que se mostró voluntarioso; y el placentino Alejandro Mora, más pendiente de la decoración que del contenido. El encierro de El Parralejo, por cierto, estuvo lejos de su fama.

Un encierro desaprovechado

Los utreros de Espartaco que se lidiaron en el segundo festejo ofrecieron posibilidades que triunfo que no fueron aprovechadas por la terna. El titular de la crónica publicada en su día, Tres novillos buenos y tres novilleros por mejorar, era el mejor resumen de lo que pasó. Hablamos entonces de un primero noble y blandito pero más que aprovechable; de un importantísimo segundo al que había que consentir una primera arrancada tarda; y un más que potable y obediente sexto. Los tres se fueron sin cuajar. Sin paños calientes. La oportunidad era de oro y la suerte había puesto una bolita premiada en cada uno de los lotes pero, entre unas cosas y otras, el asunto se fue diluyendo mientras corrían las horas y caía la tarde. Antonio Grande, curiosamente, cortó una oreja intrascendente a un bruto sobrero de Dolores Rufino en premio a sus esfuerzos. A El Rafi y Kevin de Luis les pesó la tarde.

Pero el tardío calendario litúrgico y festivo de 2019 había enviado la mayor parte de los festejos a las jornadas de jueves y en horario nocturno. No se podía atisbar –allá por marzo- que el mes de junio iba a transcurrir con temperaturas tan suaves. Algunas de las novilladas se resolvieron en un clima que pasó del fresco al frío. Ese clima gélido se hizo especialmente patente la noche del 6 de junio, una fecha escogida con escaso tino atendiendo al ambiente rociero que se vivía en la ciudad. Esa noche desambientada y glacial se lidió un encierro de Dolores Rufino que fue, con mucho, el peor de todo el elenco ganadero. En medio del despropósito, la única luz que se distinguió la aportó el novillero salmantino Manuel Diosleguarde, único actuante que puso ganas, firmeza y predisposición para cambiar el signo de la novillada. Sufrió una fuerte paliza que no le impidió salir a matar al sexto. Le pidieron fuerte la oreja. Le habría venido de perlas. Esa noche, sin novillos a favor, hay que conceder el beneficio de la duda al rondeño Javier Orozco. Al novillero sevillano Fernando Navarro le vino todo muy largo...

El 13 de junio siguió la nocturnidad. También el frío y la escasa oportunidad de la fecha, que coincidía esta vez con la vuelta de las carretas del Rocío. El espectáculo, que nunca fue tal, se resume en los seis silencios que saludaron las respectivas actuaciones. Es verdad que los novillos de Soto de la Fuente no ayudaron. Pero también lo es que la terna fracasó en el empeño. Aquilino Girón no llegó a comprometerse con el animal más noble del envío; Parrita –que sufrió una fuerte voltereta- enseñó algún retazo de calidad sin llegar a pasar ninguna raya; Pablo Páez mostró formas clásicas con su primero pero la cosa no pasó a mayores. Ahí se había tocado fondo...

Calerito: forma y fondo

El día 20, festividad del Corpus, se había reservado un encierro de Fuente Ymbro para una terna de neto sabor hispalense, con permiso de los aficionados de Huelva que vinieron a ver a Silvera, hijo del cuerpo. La entrada que registró la plaza, rozando los tres cuartos, fue sin duda lo mejor de un festejo en el que hay que hay que anotar alguna decepción y una puerta abierta a la esperanza. La verdad es que se esperaba más, muchísimo más de Daniel de la Fuente, que navegó lejos de sí mismo en un festejo vital para su temporada. Emilio Silvera, por su parte, mezcló su falta de recursos con algún fogonazo de calidad pero, ay, dejó ir al mejor novillo de Ricardo Gallardo. Dejamos para el final la actitud, la aptitud y los grandes progresos de Calerito, que ya ha dejado atrás su imagen de niño prodigio. Salió dispuesto a triunfar pero sorteó el peor lote. Merecería estar puesto en el cartel de septiembre.

Y en el cierre, un triunfador rotundo

Y con única bala en la recámara llegó el suceso más destacado. Fue la entregada, completa y hasta sorprendente actuación del novillero madrileño Rafael González que cortó dos orejas que habrían sido tres con otro ambiente, otro horario, distinta fecha... González ya se había mostrado resolutivo y rotundo con su primero pero dio la medida de sus posibilidades cuajando con autoridad al manso que hizo quinto, al que extrajo todo el jugo. Se había lidiado un encierro muy desigual de José Cruz que, eso sí, sirvió para evidenciar demasiadas carencias en el jiennense García Navarrete y el manchego Marcos, que se metió para dentro con una cornadita y salió por sorpresa para lidiar el sexto cuando ya había sido parado por su compañero

Algunas cifras y datos de interés

Se han celebrado seis festejos picados que, a falta de la novillada y las dos corridas programadas en San Miguel, han agotado el abono presentado por la empresa Pagés en 2019. En total han actuado 18 novilleros procedentes de toda la geografía taurina -seis de ellos eran de Sevilla y provincia- que han arrojado un discreto balance de resultados frente a las seis ganaderías que se han enfrentado.

Echando mano de las notas hay que recordar que Ángel Jiménez logró cortar la única oreja del primer festejo del ciclo. En la segunda fue Antonio Grande el único que tocó pelo aunque su compañero El Rafi se anotó una vuelta al ruedo. En el tercer festejo, Manuel Diosleguarde estuvo muy cerca de anotarse un trofeo aunque se marchó de la plaza después de dar una vuelta al ruedo con cada uno de sus novillos. La cuarta se resolvió entre silencios y la quinta, en la noche del Corpus, con sendas vueltas para Silvera y Calerito. El último jueves se cortaron dos orejas que convierten a Rafael González en triunfador indiscutible del ciclo. El balance total arroja la suma de cuatro orejas, dos de ellas para un único novillero. No hay por dónde cogerlo...

Ese festejo del pasado jueves fue el sexto, pero no el último. La empresa ha reservado un último cartel en blanco como prólogo de la feria septiembrina de San Miguel. El año pasado estaba destinado a premiar a los novilleros más destacados del año, no sólo de Sevilla. En éste se anuncia con cartel “por designar”. Hay que recordar que los trofeos Puerta del Príncipe del Corte Inglés y la veterana tertulia ‘Los 13’ tienen instituidos sendos trofeos para premiar a los novilleros con picadores más destacados en el coso maestrante. Este año ya tienen nombre.