Entrevista

Paco Lobatón: «La incertidumbre es la ‘muerte tacaña’ porque no deja espacio para el duelo»

La Fundación ‘Quién Sabe Dónde Global’ recoge diálogos desde el confinamiento a través de ‘Diario de ausencias’, un espacio diario para dar voz a los familiares de personas desaparecidas y mantener viva su memoria

Michelle Cabeytú cgpmichelle /
20 abr 2020 / 09:30 h - Actualizado: 20 abr 2020 / 09:56 h.
"Entrevista","Desaparecidos"
  • El periodista Paco Lobatón.
    El periodista Paco Lobatón.

En vísperas del 9 de marzo, Día de las Personas Desaparecidas sin Causa Aparente, se inauguró en Madrid ‘Ausencias. Nuestros desaparecidos’, una exposición de imágenes de familiares de personas desaparecidas junto a los retratos de sus seres queridos para incrementar la conciencia social. Dada la paralización de actos y exposiciones por la declaración del Estado de Alarma, la Fundación Europea por las Personas DesaparecidasQuién Sabe Dónde Global’ ha decidido trasladar esta actividad a las redes sociales para dar voz a los familiares.

A través de ‘Diario de ausencias’, un espacio diario en YouTube, Paco Lobatón conversa con estas familias que siguen buscando a sus seres queridos y que necesitan nombrarlos para mantener “viva” su memoria. En medio de la crisis sanitaria causada por el coronavirus existe un sentimiento generalizado de incertidumbre que se intensifica en el caso de estos familiares, ya que el confinamiento dificulta las acciones de búsqueda de los desaparecidos en espacios públicos exteriores.

El Correo de Andalucía ha tenido el placer de conversar con el periodista y promotor de la Fundación QSDGlobal, Paco Lobatón, y conocer acerca de la iniciativa en redes sociales y cómo desarrolla la asociación su labor durante el Estado de Alarma.

Pregunta: ¿Cómo surge ‘Diario de ausencias’? ¿Quiénes participan?

Respuesta: La iniciativa de ‘Diario de ausencias’ nace desde la Fundación Quién Sabe Dónde Global al producirse el Estado de Alarma y verse interrumpida la exposición ‘Ausencia. Nuestros Desaparecidos’. Decidimos llevarla simbólicamente a las redes sociales a través de un diálogo, y por eso le hemos llamado ‘Diálogos desde el confinamiento para mantener viva la memoria de las personas desaparecidas’.

Cuando empezó el confinamiento detectamos un sentimiento generalizado en todas las familias: una agudización de la incertidumbre. Ahora se habla de incertidumbre en términos generales y que afecta a todo el mundo, pero lo que caracteriza por encima de cualquier otra cosa a una desaparición y cómo vive cualquier familiar la desaparición de un ser querido es la incertidumbre. En el libro Te buscaré mientras viva este sentimiento lo describo como el más corrosivo que pueda haber, incluso más allá que el sentimiento de una pérdida definitiva por la muerte de una persona.

A ese sentimiento de incertidumbre le he llegado a llamar también “la muerte tacaña”, de ausencia de duelo, porque no deja espacio para el duelo. Hay muchas familias que ahora no pueden despedir a sus seres queridos, víctimas del coronavirus, y estos familiares te transmiten cómo ellos ni siquiera han tenido la oportunidad de saber dónde están ni tienen un lugar adonde poder llevarles flores.

P: ¿Cómo trabajan actualmente desde la Fundación?

R: A través de teletrabajo y las redes, pero una de las actividades que requiere no solo el uso de las redes es la actividad legislativa, la cual empezamos en el Congreso de los Diputados el día 6 de marzo, día en el que se hizo un avance de lo que las familias quieren que sea el Estatuto de la Persona Desaparecida. Otra actividad importante también tiene que ver con la atención psicológica, que requiere, aparte de una comunicación a través de la telefonía o las redes sociales, encuentros presenciales, algunos de los cuales tuvieron lugar también los primeros días de marzo en Madrid.

Y, por último, una de las cosas que las familias más demandan y en la que nosotros acompañamos es la búsqueda física, en los rastreos. Naturalmente la responsabilidad de esas búsquedas está en las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado, pero requieren el acompañamiento de las asociaciones y de los ciudadanos en general.

P: ¿Las familias mantienen contacto con los investigadores de los casos?

R: Algunas familias sí, pero hay otros que lamentan precisamente de que no se mantenga ese contacto. En la Carta de Derechos y Demandas Urgentes que se presentó en el Congreso hay un punto importante: la atención a las familias. Aparte de las asociaciones, hay un deber oficial en las instituciones que consiste en prestar dicha atención, empezando por el Centro Nacional de Desaparecidos (CNDES) y las coordinaciones provinciales, donde están tanto Policía como Guardia Civil, que deberían facilitar que cada familia tuviera un contacto regular con los responsables de su investigación.

P: ¿Han notado un descenso de denuncia de desapariciones desde que empezó esta situación?

R: En nuestro registro ha habido un cierto descenso, pero no podemos cuantificarlo, ya que el cómputo oficial lo lleva el Centro Nacional de Desaparecidos, el cual seguimos atentamente, porque nuestra política como Fundación es darle absoluta prioridad a las alertas que publica este centro.

P: ¿Qué se espera tras esta situación en el caso de las personas desaparecidas?

R: Uno de los sentimientos coincidente en muchas familias es confiar en que esta experiencia de vivir una incertidumbre como la que estamos viviendo por la pandemia, haga a la sociedad más receptiva y sensible con las familias de personas desaparecidas y que sufren. Para explicarlo lo llamé una “ausencia esencial”, porque no es circunstancial como la que estamos viviendo todos los ciudadanos, que es fruto de una circunstancia. La que viven ellos es esencial.