Perderse en Sevilla es una maravilla

La opinión es unánime, la ciudad está mal señalizada y con indicaciones obsoletas en muchos casos. La ciudad se expande pero no ocurre lo mismo con la señalética

15 mar 2017 / 15:22 h - Actualizado: 15 mar 2017 / 21:17 h.
"Barrios","Turismo","Urbanismo","Bicicleta","Aquí faltan mejores señales"
  • Ciclistas por la calle Asunción. Según la Dirección General de Tráfico, Sevilla es una ciudad modélica en lo que se refiere al trazado y la señalización de su moderno carril bici. / El correo
    Ciclistas por la calle Asunción. Según la Dirección General de Tráfico, Sevilla es una ciudad modélica en lo que se refiere al trazado y la señalización de su moderno carril bici. / El correo

Sevilla es una ciudad mal señalizada. Cuando una opinión es compartida por muchas fuentes especializadas, esta empieza a cobrar visos de verdad. Baste un ejemplo, en los últimos diez años, en cada uno de los ejercicios anuales se ha hecho algún tipo de intervención –parcheado, dirán algunos– en la señalética hispalense. Si Barcelona sería una urbe emblemática en su correcta señalización –a lo que ayuda, y no poco– el trazado cuadricular de buena parte de su callejero; Sevilla sería la cara B, una ciudad de trazado complejo a la que no ayudan sus insuficientes indicaciones.

Más de la mitad de sus radares están sin señalizar, los turistas se pierden en el segundo barrio más visitado (Triana), y más allá de las fronteras del centro, no se sabe qué hay que ver. Además, los nombres de las calles no siempre son fácilmente advertibles, y las guías para llegar a lugares de relevancia para los viajeros (Santa Justa o Plaza de Armas) son escasas. «Siempre ha sido comentario de todo el mundo que Sevilla está fatalmente señalizada. La ciudad se expande y no lo hace la señalética; además, por su propia construcción urbanística, Sevilla es muy desastrosa y resulta enormemente complejo moverse por ella», opina el presidente de la Asociación Sevilla Se Mueve, José María Bascarán.

«Da la sensación de que nunca ha existido una ordenanza, un criterio general sobre el asunto; conviven señales que tienen 20 años con otras nuevas», lamenta. Pero además, existe otro problema tan importante o más que este, según la asociación. «Las calles están llenas de contaminación visual, de señales, mupis, marquesinas y carteles que no sirven para nada; que habría que eliminar», demanda, como los numerosos carteles del viejo Plan E que puso en marcha el Gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero y que aun permanecen .

«Luego hay señales que tapan la visión de edificios con valor arquitectónico, como una que hay en la calle Águilas», pone como ejemplo Bascarán, quien también considera que «hay que unificar criterios a la hora de indicar las rutas, como la llamada Caminos de Sefarad o Sevilla Ciudad de Ópera, no puede ser que al primero que se le ocurra una se instale sin más», consideran desde Sevilla Se Mueve.

«Siempre echo de menos algo tan sencillo como que los nombres de las calles se vean», dice la consultora experta en musealización de espacios y contenidos, Carmen Bueno, miembro de la Asociación Iniciativa Sevilla Abierta (ISA). «Llegar a la Estación de Santa Justa desde el centro es una hazaña solo para iniciados y, si vas en coche, es muy fácil pasarse el desvío circulando por la Ronda Histórica; solo el Aeropuerto de San Pablo está bien indicado», considera. Además, desde Sevilla Abierta plantean como una idea que podría ser debatible la añadidura de una placa que identifique al gran número de personajes históricos que dan nombre a muchas calles de la ciudad. «Seguro que muchos se preguntan, por ejemplo, quién fue Doña María Coronel», propone Bueno. Asunto diferente es la señalización turística, en la que ella misma está implicada, elaborando el proyecto para los contenidos del Centro de Atención a los Turistas que se radicará en el Paseo Marqués del Contadero. «Es un asunto extraordinariamente complicado; la gente fuera del centro histórico no sabe qué ver, como también supone una aventura llegar desde la Catedral a la Alameda de Hércules. El GPS está muy bien, pero el turista extranjero no suele tener datos móviles en la calle; y cuanto más facilitemos las cosas, mejor. Pero, de otra parte, el exceso de señalización también es malo, porque enturbia y complica más que ayuda», comenta.

Una visión absolutamente personal es la que defiende Manuel Valenzuela, arquitecto que ha estudiado profusamente los callejeros históricos de Córdoba, Huelva y Sevilla. «No se puede clarificar lo inclarificable; pretender desmenuzar el sentido lógico del trazado de una ciudad como Sevilla y querer equiparla con la pulcritud explicativa de los viales de urbes como Barcelona o Nueva York es completamente absurdo», considera. «El turista del siglo XXI debe perder el miedo a perderse, al igual que cuando viajamos a París, Estambul o Roma somos conscientes de que acabaremos extraviados por sus calles, Sevilla forma parte de esa ilustre nómina de ciudades en las que la desorientación forma parte de la poética de su conocimiento», expresa.

Si para el peatón y para el conductor Híspalis no pone las cosas precisamente sencillas; distinto resulta la experiencia de descubrirla o vivir la ciudad sobre las dos ruedas de la bicicleta. Seguramente por el trazado reciente de la red, los planteamientos en este sentido han sido muy claros desde el principio. La Dirección General de Tráfico ratificaba en 2015 que «Sevilla está a la cabeza de las ciudades que mejor organizadas están para transitarlas en bicicleta».

En este sentido, el Ayuntamiento comenzó el otoño pasado a instalar una nueva señalización de tráfico en los accesos centro para declararlo Zona 30, de acuerdo a lo establecido en el PGOU y en la Ordenanza de Circulación de la Ciudad. El Área de Movilidad también ha llevado a cabo un nuevo diseño de señales que permitan a los ciclistas identificar con mayor facilidad la obligación de bajar de la bicicleta y continuar el camino andando en determinados puntos de la capital que, por aglomeración de peatones o la existencia de especiales circunstancias, así lo aconsejen por razones de seguridad.