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Imagen de denuncia que este jueves difundió en redes la asociación de vecinos y comerciantes de San Marcos.
Una fotografía publicada y compartida en redes sociales hacía saltar esta semana todas las alarmas. En ella se puede apreciar como una persona trepa por la reja de la ventana para auparse a uno de los balcones desde donde tratar de acceder al interior de una vivienda deshabitada. Lo hace a plena luz del día en una calle, San Luis, muy transitada al ser una de las vías de acceso al centro de Sevilla desde la zona norte y lugar donde confluyen decenas de escolares de distintos colegios y usuarios del centro de salud y del consultorio de la zona. A ello, se suma también el habitual trasiego de turistas y visitantes extranjeros.
Contra todo pronóstico, la persona cesa en su empeño y tras no poder completar su escalada, desiste y se marcha. No se trata de un caso aislado. La historia pone en alerta a los vecinos y comerciantes de la zona, que conocen bien el historial de este inmueble vacío y localizado en el número 9 de la calle San Luis. Temen que la historia vuelva a repetirse en los próximos días y exigen a los dueños de la finca -el banco Sabadell, a través de Solvia, su inmobiliaria- volver a tapiar la casa para evitar que intenten de nuevo saltarla y terminen ocupándola.
No es la primera vez que ocurriría. Los vecinos y comerciantes de San Marcos recuerdan que «hasta hace solo unos meses» esta vivienda ha estado ocupada por un conocido colectivo anarcofeminista (denominados Okupas de la Revo). Tras su marcha «dejaron todo abierto» y «con indicaciones de que era la casa de todos». Ello derivó en que «la antigua casa de Pulido» empezó a recibir las visitas de «individuos para robar, sacar cableado o sencillamente drogarse o pernoctar», por lo que, finalmente se convirtió en lugar de refugio temporal de «okupas de una noche o de una tarde, que entran, la lían y se van».
Ante esta situación, los vecinos trataron de ponerse en contacto con los actuales dueños de la casa, el banco Sabadell, para que «tomara medidas» en esta casa del vecindario de San Luis. «Tardaron bastante en tapiar... El tapiado duraba un día: el tiempo de pegarle una patada a la teja fina que ponían». En más de una ocasión, los vecinos cuentan que se han visto obligados a «cerrar la puerta con cadenas y pitones», detallan los vecinos.
Ahora con este nuevo intento de asalto, se reafirman en sus reivindicaciones y exigen de nuevo a Solvia «una solución definitiva» para evitar que aumente el deterioro de esta casa, y, al final, «el deterioro social» de un barrio que «cuida y defiende» su identidad de vecindario frente a «las amenazas latentes» de estar enclavado en el Casco Antiguo de Sevilla.