Primavera sevillana sin caracoles, no es primavera

Que se hayan cancelen las Fiestas de la Primavera en Sevilla, no quita que el sevillano acompañe su cervecita con una buena tapa de caracoles en esta época del año

Carmen Osuna CarmenOsunaG /
14 abr 2021 / 12:29 h - Actualizado: 14 abr 2021 / 12:33 h.
"Caracoles","Primavera"
  • Caracoles en Bar «El Coli»
    Caracoles en Bar «El Coli»

Con la llegada de la primavera en Andalucía, los días se alargan y con esto, los andaluces aprovechan para alargar también su estancia en las terrazas de alguno de los muchos bares que recorren las calles de su ciudad.

En muchas ciudades andaluzas, sobre todo Córdoba y Sevilla, estas primaveras vienen acompañándose desde hace mucho tiempo, de cervecitas y una tapita de caracoles a la luz del sol – o de la noche – y con una compañía con conocimiento o acostumbrada al sorbo no de la cañita, sino del bicho del caracol.

Caracoles en caldo o cabrillas en salsa son, con recetas diferentes pero similares en cada uno de los bares e incluso hogares particulares, los protagonistas de estas tardes de buen tiempo. Una costumbre que se viene dando desde la época de los Tartessos y los Fenicios aunque también apreciada por los romanos, que fueron, según la leyenda, quienes comenzaron a construir granjas donde criarlos.

Los caracoles son una tapa estrella que, entre los andaluces, o te encanta, o la odias. No todo el mundo soporta el sabor de la hierba buena del caldo, o el picante de la salsa y mucho menos, la viscosidad del animal que en ocasiones arrastra consigo trozos de algo indeseable.

Sin embargo, y a favor de los amantes de esta tapa tan peculiar, es necesario puntualizar el bajo nivel de grasa que contienen, así como las vitaminas, sales minerales, hierro y magnesio que aportan a nuestro sistema.

Este manjar, considerado en época medieval “carne apta de Cuaresma”, vienen de los campos donde la lluvia cesa y años atrás, también de lugares donde las aduanas han marcado un retraso en su elaboración. Marruecos, por ejemplo.

Para su buena preparación y conseguir un buen sabor, que no haya tierra es importante y para ello, la limpieza, así como la muñequita de especias juegan un importante papel una vez que estos tiernos cornudos han sido “ahorcados”. Aun así, en ocasiones, el palillo de dientes, ayuda al comensal a hacerse con el bicho que ha quedado dentro del caparazón.

Un exquisito y elaborado alimento que darán la bienvenida a los clientes que entren en bares de la capital hispalense como “El tremendo”, “El cateto”, “El Menta” o los bares pueblos colindantes donde destacan por su excelencia como Lebrija o Morón.