La Policía Nacional ha entregado este miércoles en depósito al Museo de Bellas Artes de Sevilla la obra 'San Jerónimo oyendo la trompeta del Juicio Final', del pintor Sebastián Martínez del siglo XVII, después de haberla recuperado cuando estaba prevista su subasta por 120.000 euros.
La delegada del Gobierno en Andalucía, Sandra García, y la consejera de Cultura, Patricia del Pozo, han firmado el acta de cesión temporal de la obra en presencia del jefe superior de Andalucía Occidental, José Antonio Pérez Martínez, el jefe de la Brigada Central de Delincuencia Especializada de la Comisaría General de Policía Judicial, Félix López Rivera, y de agentes de la Brigada de Patrimonio Histórico de la Policía Nacional.
Los agentes de la Policía, según han detallado, recuperaron en diciembre el lienzo procedente del Convento del Corpus Christi de Córdoba que iba a ser vendido en una sala de subastas de Sevilla con un precio de salida de 120.000 euros. Tras la clausura del convento, la obra fue vendida de manera ilegal contraviniendo la normativa vigente de Patrimonio Histórico, pasando por varios propietarios.
La obra ha sido entregada a la directora del museo en calidad de depósito, hasta que la Autoridad Judicial determine su destino.
Las primeras pesquisas se iniciaron a raíz de la comunicación procedente del Secretariado de la Junta de Calificación, Valoración y Exportación de Bienes del Patrimonio Histórico Español, del Ministerio de Cultura y Deporte, en la que se informaba de la salida a subasta en Sevilla de un cuadro, óleo sobre lienzo, representando a San Jerónimo y pintado por Sebastián Martínez.
Con toda esta información, los agentes de la Brigada de Patrimonio Histórico de la Policía Nacional intervinieron la obra e identificaron al propietario para, acto seguido, realizar las gestiones oportunas para poder determinar si la misma había sido sustraída o bien había sido objeto de venta. Para ello fue necesario acotar el momento en el que se produjo la transacción.
Una vez que los investigadores constataron que no había denuncia alguna por su sustracción, se confirmó que la hipótesis más probable con respecto a la talla era que había sido objeto de comercio y, tras llevar a cabo una serie de pesquisas, los policías determinaron que la obra se encontraba en el Convento de las Dominicas del Corpus Christi de Córdoba en el año 1992, con posterioridad a la promulgación de la Ley de Patrimonio Histórico de 1985, por lo que su posible venta se habría realizado contraviniendo la citada ley.
Las investigaciones lograron documentar la trayectoria de la obra siendo su último propietario y depositante de la misma, en la sala de subastas de Sevilla, un galerista y marchante que adquirió el lienzo en octubre de 2019 a la misma sala de subastas. Esta sala a su vez compró la obra en noviembre de 2016 a una entidad dedicada a la venta de arte y antigüedades ubicada en Sevilla. Así, su último poseedor más lejano en el tiempo fue un anticuario cordobés, ya fallecido, que la vendió a través de una empresa ya extinguida.