Ruta urgente de turismo en Triana: ¿qué hacer tras cruzar el puente?

Los turistas se ven atraídos por la fama del barrio pero sin un objetivo claro

17 jul 2016 / 20:58 h - Actualizado: 17 jul 2016 / 21:17 h.
"Triana","Turismo","Antonio Muñoz"
  • El monumento ‘Triana al arte flamenco’ da la bienvenida a los turistas. / Reportaje gráfico: Pepo Herrera
    El monumento ‘Triana al arte flamenco’ da la bienvenida a los turistas. / Reportaje gráfico: Pepo Herrera
  • Turistas cruzan el puente y llegan al Altozano.
    Turistas cruzan el puente y llegan al Altozano.

«Nos han dicho que había que venir a Triana, pero no sabemos qué hacer ahora. Así que nos vamos de tapas». Este dilema de unos turistas parisinos justo tras pasar el puente de Triana es el que se encuentran la mayor parte de los visitantes a este insigne barrio.

Así lo anticipó el pasado 11 de julio el delegado de Hábitat Urbano, Cultura y Turismo del Ayuntamiento de Sevilla, Antonio Muñoz. Según un estudio de Telefónica, a pesar de que el barrio de Triana es el tercer lugar más visitado por los turistas, la mayor parte de ellos «no saben qué hacer cuando cruzan el puente». Por tanto, el delegado anunció un plan para estructurar la oferta turística del barrio, una estrategia que «verá la luz el próximo otoño».

Porque desde luego, no es por falta de oferta, sino por itinerarios y planificación insuficiente. «El mapa que tenemos de turismo en Sevilla se acaba al llegar al Triana, tras el puente», se quejaba una familia argentina. «Hemos tenido que buscar en internet por nosotros mismos qué ver aquí, cuando en Sevilla con el mapa nos ha bastado», puntualizaban.

La parada de la confusión para los turistas es el Altozano, precisamente, del cual parten los principales atractivos de Triana. Aquí confluyen la arteria principal San Jacinto, a la izquierda la calle Betis y a la derecha el paseo de Nuestra Señora de la O, con el Mercado de Triana anticipando la pureza del barrio y el castillo de San Jorge blindando la rivera del Guadalquivir. Un buen itinerario por Triana, tierra del buen comer, comenzaría desde este Altozano, decorado con la capilla del Carmen.

Si nos adentramos en el mercado de abastos de Triana, no sólo podremos ver uno de los lugares más vivos del barrio, con sus múltiples puestos –carnicerías, pescaderías, fruterías...– coronados por rótulos de cerámica, sino también el lugar donde se encuentran los restos del castillo de San Jorge, antigua sede de la Inquisición. La salida del mercado nos invita a adentrarnos en el conocido como Callejón de la Inquisición, y que lejos de dar paso a horrores, nos conecta con el Paseo de la O, a orillas del río. Bajamos por este paseo y volvemos sobre nuestros pasos por los adoquines de las calles Castilla y Alfarería, donde podemos disfrutar de la tradición artesanal que durante siglos ha realizado las mejores piezas de cerámica: vajillas, jarrones, relojes, figuras... con esmaltes y diseños totalmente únicos y muy andaluces. Este es el lugar para adquirir un souvenir auténtico.

Por otro lado, la mayor parte de los turistas se acercan a Triana por su oferta gastronómica. «Venimos a tiro hecho a los bares, no vamos a ver nada más», «nos han recomendado un par de bares de aquí muy famosos», dicen los turistas, sean alemanes o madrileños. Al final de la calle Alfarería, precisamente, se encuentra uno de los mejores bares para tomar caracoles de toda Sevilla, Casa Diego. Por si no fuera temporada de estos moluscos, siempre quedará la cervecería La Grande, de vuelta a la artería principal San Jacinto, donde con cada cerveza sirven una tapa de gambas. O si hubiera más hambre, siempre quedará el bar Cibeles II, donde los serranitos con filete empanado, huevo frito y tortilla, jamón, pimiento, patatas y alioli se salen del plato. Una oferta que no tiene fin en la propia San Jacinto, con insignes bares como Las Columnas o Miami.

Muy cerca de la cervecería La Grande se encuentra la capilla de la Virgen de la Estrella. Aquí podemos comenzar el conocido como triángulo cofrade de Triana, con la visita a La Valiente, y siguiendo por calle Pureza, para ver primero la capilla de los marineros de la Esperanza de Triana y la iglesia de Santa Ana.

Tras completar la visita a las hermandades, el mejor plan es terminar el día en la paralela calle Betis, el lugar perfecto para ver caer la noche junto al río, disfrutando de la puesta de sol con Sevilla de fondo. Y después, de la vida nocturna que cobra esta zona, con múltiples bares, pubs y salas de música.

Todos estos, lugares que el próximo otoño veremos organizamos en el plan que presentará el Consistorio.