Era una de las «mejores máquinas» que se podía encontrar en la ciudad y que tenía como ámbito de trabajo la zona portuaria de la ciudad.
La empresa constructora de la misma era la «William Fairbairn & Sons» y recibió el encargo de construir una para Sevilla que sería adquirida por la Junta de Obras del Puerto en el año 1875.
De ella destaca, en la actualidad, sus tonos azulados, entre el celeste y el azul, estando ubicada en el Puerto de Sevilla y donde destaca la transmisión reductora externa y sus poderosos engranajes.
Tenía una potencia de 40 toneladas y cinco marchas que la hacía muy útil para todo tipo de carga. Con un peso de 60 toneladas y firmemente anclada al suelo precisaba de dos trabajadores para maniobrar la misma con un radio de 9,5 metros.
El giro era accionado desde el «rabo» por el operario y era el orgullo de la fábrica Fairbairn en la ciudad inglesa de Manchester.
La empresa además patentaría la remachadora que interviene en la construcción del puente tubular de Inglaterra.
En la documentación del puerto de Sevilla, en la Memoria de la Junta del Puerto era llamada «grúa del Muelle de Nueva York» siendo una demanda a la Junta de Obras del Puerto que la Compañía de Ferrocarriles de Córdoba, los navieros de Sevilla y los señores de Portilla y White.
El precio -en la época- fue de casi 46.000 pesetas que con los gastos de aduana, cimentación, montaje y otros se fuera a 106.000 pesetas.
Se trataba de la grúa más potente de España, en el muelle de la Sal junto al Puente de Triana siendo llevada al «Muelle de Nueva York» en 1904, en el Puerto de Sevilla, donde estivo hasta 2005, posteriormente fue trasladada en una zona fuera de servicio siendo considerado como parte del patrimonio histórico del Puerto de Sevilla.
Un elemento muy desconocido que no debe dejar de conocer.