«Santos ha entregado a las FARC la Constitución»

Hijo del presidente de Colombia Misael Pastrana y hermano del también presidente Andrés Pastrana, conoce a fondo la actualidad de su país, que analiza cada día

15 ago 2017 / 08:05 h - Actualizado: 15 ago 2017 / 23:20 h.

Fundó la revista Guión en Colombia, su país, pero la actualidad, «en un país tan intenso en noticias», acabó imponiéndose y convirtiendo aquella publicación semanal centrada en el análisis en un diario, La Prensa, de la mano de El País y Jesús de Polanco. Retirado de la primera línea del periodismo, Juan Carlos Pastrana sigue analizando la actualidad en Twitter, donde tiene miles de seguidores (@jcpastrana).

—¿Sigue publicándose este periódico?

—Dejó de funcionar cuando a mi hermano, que era el candidato a la presidencia, se la robaron con dinero del narcotráfico y después ese gobierno nos censuró a muerte. Nos liquidaron: nos apretaron retirando la publicidad.

—¿Era molesto?

—Sí, muy molesto. Por razones particulares y familiares. Pero eventualmente mi hermano fue después presidente de Colombia.

—¿Cómo se vive y ejerce el periodismo en un país con tantas dificultades para la libertad de prensa?

—Se ha pasado de un periodismo muy combativo, en un país muy difícil, donde era el fiscal del poder, el fiscal de la corrupción y de todo lo malo, y hoy se ha corrompido. Hoy es muy difícil que se saque en Colombia la libertad de prensa, el Gobierno se apropió del periodismo, con dinero y con acuerdos.

—¿Cómo valora el acuerdo que se alcanzó con las FARC?

—Colombia es un país que siempre ha perseguido la paz. Todo el mundo ha perseguido la paz, pero el problema de este acuerdo es que, primero, fue negado por el pueblo en un plebiscito, algo que conoce el Gobierno y las guerrillas. Segundo, a pesar de la buena voluntad, las FARC sigue siendo un grupo terrorista y narcotraficante. Y para lograr la paz con este grupo, el Gobierno les ha cedido, aunque cuesta trabajo creerlo, la Constitución y el nombramiento de los tribunales judiciales. Es un mal comienzo cuando la Constitución y las leyes se negocian. No conduce a nada bueno.

—¿Por esto la población ha votado tan dividida (el 50,2 por ciento votó en contra)?

—No dividida. La población votó en contra. La población votó dividida pero en las elecciones siempre hay un ganador y, en este caso, el acuerdo perdió. Perdió contra todo porque el Gobierno invirtió mil millones de dólares en publicidad, en prebendas, en consultores y otros mecanismos del Estado. Perdió porque el pueblo no quiere un acuerdo en estos términos. El pueblo ha sido generoso, ha aceptado amnistías, prebendas para los guerrilleros, para los excombatientes... A esto no le tiene miedo el país, pero lo que quiere es entregar la Constitución. Es como si en España se hiciese una paz con la ETA y la ETA tuviese la facultad de nombrar a sus jueces y a reescribir la Constitución. Se puede hacer una paz, todo el mundo la quiere pero hay paces y paces.

—También se necesita justicia.

—Así es y los sindicados no pueden nombrar a sus jueces.

—¿Cómo ve es el periodismo que se hace en España?

—El debate es puntos de vista, puede haber divergencia en cuanto a esto, pero hay cosas que no se pueden dejar al garete. Hoy se van encontrando los caminos, los blogueros pero hay gente de todos los puntos de vista y los lectores van escogiendo sus puntos de información. Cuando se escoge un bloguero o un periódico, la gente encuentra una orientación sensata a su modo de ver, consistente. Porque hay hechos que son complejos y confusos y cada día más porque son más global.

—¿Cómo ve el futuro del periódico?

—El periódico en papel es hasta antiecológico. Desde este punto de vista, es la trampa de Gutenberg, tienes que comprar tinta, papel... Yo, que lo he vivido como editor, tienes que valorarlo: primero, pierde actualidad y lo más duro es ir a recoger todo lo que no se ha vendido: la tonelada de papel, la de tinta, la de árboles que se derribaron para hacer un periódico... y finalmente el periódico pierde actualidad por la misma razón de su formato. Las noticias hoy se hacen en Twitter, en Instagram...

—¿Tenemos que olvidarnos de papel, entonces?

—El papel es magnífico para el análisis, para la revista. Creo que el periódico acabará siendo un medio semanal, un periódico de domingo. Será un semanario. El tipo de información será menos actual, pero todo lo que es nuevo para ti también es actual. Más en formato de revista. Algo de rock, de música, de economía, de política... Porque el domingo es el gran día del periódico. Y esto es transgeneracional.

—Queda averiguar cómo sacar rendimiento económico a la información en internet, a las webs de los periódicos.

—Ya hay quien ha encontrado la fórmula, aunque con mucha inversión, está claro. Una información muy exclusiva, con una calidad que justifique el pago. Siempre he insistido en que el periodismo que va a predominar es el de los periodistas. No puede primar el periodismo de los gerentes, porque eso no es periodismo. El periódico diseñado por un gerente tiene cosas muy coyunturales. El del largo aliento, el periodismo bueno, vende, porque lo es todo en la vida, te da tranquilidad, perspectiva, orientación, te da un gusto, un sabor... un buen periódico es como una buena botella de champán.

—Pero hoy periodista puede ser todo el mundo. Pone un tuit y basta, aunque la información no esté contrastada.

—Creerán que son periodistas pero no lo son. Botero me contaba que se le acercaba mucha gente diciendo «ah, yo también pinto». Pues igual ocurre. El periodismo se nota. Aunque tenga los mismos ingredientes, pero el resultado no es el mismo. Todo el mundo puede tener sus 15 minutos de fama, pero el periódico no es de 15 minutos. Ustedes, El Correo de Andalucía, tienen más de 118 años, ahí está su esencia. Ha cambiado de sitio, de máquinas, de periodistas, pero ahí está el corazón, la esencia. Está la responsabilidad, la marca... Es un patrimonio que deben proyectar, es un patrimonio único.