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La feria estuvo completamente abarrotada de público el pasado lunes 1 de mayo. / Manuel Gómez
El nuevo modelo de la Feria de abril de Sevilla ha abierto un intenso debate en la ciudad. El adelanto de la Feria a la noche del sábado –en lugar del tradicional lunes– y que termine el sábado en lugar del domingo ha provocado que la fiesta gane un día más aunque muchos tienen la sensación de que la feria es mucho más larga que la actual. El debate está servido y durará bastante tiempo. De momento, cómo será la edición de 2018 es todo una incógnita aunque desde el Gobierno municipal están más que satisfechos con los resultados obtenidos en la edición que acaba de terminar.
La masiva asistencia de los sevillanos el fin de semana previo provocó que el alcalde, Juan Espadas, realizará una consulta ciudadana –realizada a través de a web– en la que proponía dos cosas. Una, que fuera de sábado noche a sábado y se ganará un día más. La otra, que se incluyera un día festivo. De un censo de 588.334 personas, votó el 6,9 por ciento de ciudadanos (49.595 votos) y con un 61,8 por ciento de los votos se aprobó que la primera cuestión y con un 81 por ciento la segunda. La modificación de la ordenanza que aprobó el Pleno municipal se hizo sin fecha de caducidad. Es decir, si no se vuelve a llevar a Pleno, la fecha de 2018 será igual que la de 2017. Empero, la intención del alcalde, Juan Espadas, es realizar una evaluación profunda y llevar una propuesta consensuada al Pleno municipal.
Con esta división de opiniones que ha quedado abierta en la ciudad y que es fácil de constatar dando una vuelta por cualquier lugar de trabajo o en uno de los cientos de bares de la ciudad. Y si la vuelta es digital a través de las redes sociales, el debate ya alcanza un nivel de comentarios difícil de abarcar.
Una de las opiniones que más defienden el cambio argumenta que es muy bueno para el turismo. Desde la Asociación de Hoteles de Sevilla siempre reclamaron que la feria se adelantara para que abarcara los dos fines de semana y se favoreciera de esta manera la llegada de más turistas. Dos días después del cierre de la edición de 2017, el nuevo presidente de la patronal hotelera, Manuel Cornax, explicó este lunes que para su sector «la Feria ha ido muy bien» y aunque el segundo fin de semana haya habido «menos ocupación y asistencia» respecto al primer fin de semana, «el cómputo es extraordinario».
A pesar de esta afirmación, Cornax optó por la prudencia de cara a la edición de 2018, ya que abogó por «dejar pasar un poco el tiempo porque las decisiones en caliente no son buenas consejeras». Sí puso en valor que los buenos datos también obedecen a la celebración del campeonato del mundo de motociclismo en Jerez, el cual «siempre se deja notar en Sevilla» y al puente de mayo de la Comunidad de Madrid, que deja también un gran número de visitantes en la capital andaluza si coincide con la Feria de Abril, algo que en principio no ocurrirá en la edición de 2018. Respecto a los sevillanos, el hotelero cree que «sí ha disfrutado» y que quien ha considerado que eran demasiados días «se ha ido a la playa como siempre ha hecho». «A los hoteles nos interesa la ocupación pero también que se mantenga un precio de venta alto aunque no estén al cien por cien de ocupación. Ahora tendría que celebrarse una reunión sectorial entre todas las partes implicadas, hacer una valoración y determinar el modelo que queremos», explicó. Por último, anunció que la ocupación desde el sábado 29 de abril al sábado 6 de mayo, ha sido del 89,5 por ciento, unos resultados «positivos que han superado las previsiones del 86 por ciento».
Grupos municipales
Desde el ayuntamiento, el portavoz del grupo popular, Alberto Díaz, abogó por la celebración de «un debate sereno sobre el modelo de Feria que se quiere y llegar a un equilibrio entre una Feria que gire en torno a las cifras económicas y al turismo y otra que respete las tradiciones e idiosincrasia de los sevillanos», por lo que pidió «que se tengan en cuenta todas las sensibilidades».
En su valoración, Díaz sí destacó «el indudable éxito económico que avalan las cifra de consumo, transporte público y ocupación hotelera, pero hay que tener en cuenta que éstas se han visto favorecidas por el gran puente de mayo que ha provocado la llegada masiva de madrileños, entre otros». Por ello, comparó «el lleno en el Real durante los dos los fines de semana frente a un cierto declive de la fiesta de martes a viernes». Por ello, insistió en la necesidad de «reflexionar sobre el modelo que se quiere pero teniendo que no se puede tratar la Feria solo como un atractivo turístico para hacer caja, sino buscar un equilibrio para no desvirtuar la fiesta», concluyó el portavoz municipal del PP.
El portavoz de Ciudadanos, Javier Millán, consideró que «sin caer en el triunfalismo, la Feria ha resultado buena aunque hay que analizarlo todo con tranquilidad». Sobre el cambio de fecha, recordó que para 2018 «si no se cambia la ordenanza la feria será del 14 al 21 de abril, por lo que se pierde la referencia económica del puente de mayo. Somos flexibles pero hay que buscar un equilibrio». Si valoró de forma positiva que el día siguiente al alumbrado no sea laborable al tiempo criticó la queda los nueves coches de Cabify el conflicto del taxi en Sevilla. «Hay dejación política y cobardía. No se le mete mano al asunto porque no hay valor suficiente», finalizó Millán.
Desde Participa Sevilla, se apuesta por seguir abriendo debates “de verdadero calado” sobre la “accesibilidad, las condiciones laborales, la protección de los animales o el aumento de las casetas”. La portavoz del grupo, Susana Serrano, explicó en una nota que “es el momento de abrir el debate sobre problemas de fondo que desde hace años arrastra esta fiesta”. En este sentido, apostó por incrementar el número de casetas públicas y de particulares que “desde hace años están a la espera”.
Por último, el portavoz municipal de Izquierda Unida, Daniel González, criticó el “empeño” de diferentes sectores de la ciudad por generar “una polémica estéril” en torno a la duración de la feria de abril para «así ocultar el debate de fondo» de esta fiesta, que, según dijo, tiene más que ver con la falta de casetas públicas y con la necesidad de revertir un modelo que «hoy por hoy resulta bastante elitista y excluyente».