Sevici, 10 años pedaleando por Sevilla

El servicio público de bicicletas cumple una década en la ciudad. Sus abonados han descendido aunque los que se mantienen recurren más al servicio. El peor de los problemas es el vandalismo que restaron 440 ciclos de la flota

26 ago 2017 / 07:31 h - Actualizado: 26 ago 2017 / 16:41 h.
"Movilidad","Bicicleta","Una década ciclista","Juan Espadas"
  • El servicio de bicicleta pública se implantó en Sevilla en el verano de 2007. / Fotos: Manuel Gómez
    El servicio de bicicleta pública se implantó en Sevilla en el verano de 2007. / Fotos: Manuel Gómez
  • Cada bicicleta de Sevici se emplea al día una media de 3,5 veces.
    Cada bicicleta de Sevici se emplea al día una media de 3,5 veces.
  • Actualmente la ciudad cuenta con una flota de 2.600 bicicletas públicas.
    Actualmente la ciudad cuenta con una flota de 2.600 bicicletas públicas.

Hace ya una década que la bicicleta llegó a Sevilla para quedarse. En el boom ciclista tuvo mucho que ver que la implantación de la red de carriles viniera de la mano de un sistema público de alquiler de ciclos: Sevici.

Si en el verano de 2006 tuvieron lugar las obras para la ampliación de las vías ciclistas, que pasaron de 12 a 80 kilómetros en unos meses –en la actualidad alcanzan los 168–, en julio de 2007 le tocó el turno a Sevici, un servicio que presta desde entonces la empresa JC Decaux, que tiene contrato hasta 2027. En estos 10 años, se han establecido 260 estaciones, 5.142 bornetas –puntos de anclaje de las bicicletas–, y una flota de 2.600 ciclos.

La revolución ciclista que se vivió en la capital hispalense llevó a muchos sevillanos a animarse a sacar el abono del servicio público de bicicletas. Tanto es así que en el balance del primer año de vida del servicio, 2008, se alcanzó los 60.000 usuarios. Esta tendencia no tardó mucho en cambiar. Con la llegada de la crisis y los ciclos privados, los sevillanos fueron abandonando el servicio público y optaron por comprar sus propias bicicletas para moverse por la ciudad. Al menos esta es la explicación que da Roberto Sánchez, directivo de JC Decaux. «A partir de ese año observamos una importante bajada de usuarios. Solo hay que fijarse una mañana en los desplazamientos que hay en una calle céntrica como la de San Fernando. El ciclo privado prevalece sobre el público», resume. Y es que, el último informe presentado por la empresa concesionaria el pasado mes de marzo, apunta que el número de usuarios el pasado año alcanzaba los 32.000. Lo que implica que se han reducido los abonados casi a la mitad respecto a los que había hace una década.

Bien es cierto que los distintos gobiernos municipales que han pasado por Plaza Nueva desde su implantación han asegurado que el objetivo de Sevici es una «transición» hacia la bici privada. En este sentido, los datos aportados por JC Decaux apuntan a que pese al descenso de usuarios, los desplazamientos ciclistas se mantienen. Es decir, quienes son fieles al servicio recurren a él con más frecuencia. Sánchez estima que hay 17.000 abonados que cogen la bici pública tres veces al día.

Las cifras respaldan la afirmación y en 2008 fueron 3.095.628 los desplazamientos que se hicieron en bicicleta pública en la ciudad. Una cifra que prácticamente se duplicó al año siguiente. En 2009 ascendieron a 6.083.249. La cifra volvió a bajar en 2010 y llegaron a 4.665.635 desplazamientos, una cantidad que se mantuvo en 2011 (4.812.773) y 2012 (4.876.452). En 2013 volvió a caer hasta llegar a los 4.174.094 desplazamientos, en 2014 fueron 3.791.381; 3.467.409 en 2015 y 3.368.742 el pasado 2016.

La asociación ciclista A Contramano tiene otras explicaciones para el descenso de usuarios en Sevici. Algo que no les «extraña», pero sí les «preocupa». En concreto, señalan a una bajada en la calidad del servicio como uno de los problemas que se encuentran los usuarios, que en muchos casos no renuevan sus abonos por falta de información. Por ello, una de las medidas que reclaman a la empresa es la mejora de la atención al cliente.

Además, señalan la subida de precios como otro de las claves. En esta década los abonos anuales han pasado de los 10 euros iniciales a los 25 en 2011 y a los 39,33 actuales. En el caso de los semanales, han pasado de 5 euros a 10 en 2011 y 14,33 en 2017.

Vandalismo y robos

El responsable de esta empresa, presente en 70 ciudades de 13 países, destaca que el mayor de los problemas que han encontrado en la ciudad, y con mayor fuerza en los últimos tres años, es el vandalismo. «Cada vez encontramos más casos. Hemos pasado de estar por debajo de la media europea a que en 2016, en total, nos sustrajeran más de la totalidad de la flota pues sumaron más de 2.600 las bicicletas vandalizadas». «Esto se traduce a una media de 7 al día o de 200 al mes», explica Sánchez quien asegura que, «por suerte», más del 80 por ciento de ellas se recuperan. «Aunque es un problema pues nos supone un importante gasto de recursos, pues los ciclos hay que repararlos y están un tiempo fuera de servicio».

Y es que de media Sevilla pierde más de una bicicleta al día a causa de los robos y el vandalismo. Solo el pasado 2016 se tuvieron que desechar hasta 440 bicis en la capital hispalense al no ser recuperadas o quedar inutilizadas tras un robo. A la luz de las cifras de balance de 2016, el peor mes fue agosto cuando se sustrajeron 330 bicicletas públicas. De ellas, 265 se recuperaron, el 80,3 por ciento. Esto implica que 64 de ellas siguen desaparecidas. Una cifra a la que se le suma otro ciclo más que tras ser localizado no pudo arreglarse debido al estado en el que se encontraba y tuvo que ser desechado. A esto se le añade el hecho de que 26 bornetas fueron vandalizadas.

Por ello, la empresa, que no encuentra una explicación «de ningún tipo» al aumento de vandalismo y robos de las bicicletas municipales, se plantea llevar a cabo medidas para paliar esta situación. «Primero queremos trabajar la educación de los ciudadanos». Para ello, JC Decaux estudia realizar campañas en las que incidir «en que se trata de un servicio público, gestionado por una empresa privada, sí, pero es público y de todos al fin y al cabo». A esto se le suma la posibilidad de mejorar el sistema de anclaje de la bici «para que sea más complicado arrancar los ciclos de las bornetas».

Junto a estas medidas, la concesionaria del servicio, que se encuentra en la mitad de su contrato, tiene previsto mejorar la relación con los abonados a través de redes sociales, mejorar la eficiencia de las infraestructuras, potenciar la promoción, avanzar en intermodalidad –muy demandada por los usuarios– y «reflexionar» sobre sus tarifas para mejorar el servicio. De hecho, sobre este último punto, Sevici ha iniciado una campaña con motivo de su décimo aniversario y ampliará dos meses gratis el abono a los usuarios que acudan a la oficina de atención al usuario – en el edificio Laredo de la Plaza de San Francisco– con un amigo que podrá darse de alta con un 10 por ciento de descuento. Una oferta que permanecerá vigente hasta el próximo día 30 de septiembre.

Pero sin duda una de las mejoras más esperadas en la ciudad será la llegada de la bicicleta eléctrica. La multinacional presentó en 2015 su modelo con batería portátil desmontable e-BLS (cada usuario puede alquilar su batería individual). Un prototipo que se ha comenzado a probar en París y que sería compatible con las estaciones de Sevici ya existentes. Su implantación aún no ha llegado a la capital hispalense, sin embargo, el alcalde de Sevilla, Juan Espadas, ya apuntó el pasado mes de marzo durante un encuentro de la red de ciudades de la bicicleta, que ésta sería una de las medidas que se adoptarían para dar un nuevo impulso al uso de este medio de transporte en la ciudad. Pues es intención municipal incrementar el número de desplazamientos en bicicleta y alcanzar los 100.000 al día. Esto supondría que el 15 por ciento de los sevillanos opten por emplear este medio de transporte para moverse por Sevilla, seis puntos más de los que se registran en la actualidad.

Así, el modelo de ciclo eléctrico, que ya reclamó IU en la última campaña electoral, acercaría distancias y sobre todo vendría a ampliar el público de este servicio a colectivos a los que actualmente no llega, como por ejemplo las personas mayores.