Sevilla fija su techo de donaciones de órganos en 2016

Las donaciones crecen un 30% en el primer semestre mientras el rechazo familiar se reduce al 12%

Iñaki Alonso @alonsopons /
06 ago 2016 / 10:49 h - Actualizado: 06 ago 2016 / 11:04 h.
"Salud pública","Aquilino Alonso"
  • Las autoridades sanitarias muestran su tarjeta de donantes de órgano con la gran protagonista, la trasplantada María Luisa Sarmiento, en el centro. / Manuel Gómez
    Las autoridades sanitarias muestran su tarjeta de donantes de órgano con la gran protagonista, la trasplantada María Luisa Sarmiento, en el centro. / Manuel Gómez

María Luisa Sarmiento lleva la mitad de sus 60 años de vida batallando contra sus patologías renales. Piedras, con alguna dolorosa litotricia en su cuerpo –una operación que pulverizan esas piedras– y la posterior pérdida de un riñón están en su historia clínica como heridas de guerra. Tras siete años en lista de espera, dos tentativas infructuosas –es grupo cero negativo y eso estrecha las opciones de aspirantes– y hasta la declaración de amor de su marido, Manuel Campos, que «se hizo» voluntario en busca de una donación cruzada, a esta vecina de Cantillana, devota de la Pastora, le llegó el milagro a la tercera el 3 de mayo de 2013. Un trasplante fruto de un donante compatible que «perdió la vida en un accidente» y que se localizó para ella gracias al programa de trasplante renal de pacientes hiperinmunizados, como bien relata. Solidaridad ante la tragedia.

La historia de María Luisa trasciende números y balance que pueda dar el Servicio Andaluz de Salud (SAS), pero sí que pone nombre, apellidos y hasta una gran sonrisa a una realidad palpable: Sevilla es capital de la generosidad. Si el propio consejero de Salud, Aquilino Alonso, destacaba la «cifra histórica de generosidad» de los andaluces con 213 donaciones –un 26 por ciento más– en el primer semestre del año, los sevillanos se llevan la palma con 43 donaciones, diez más que en 2015 y un incremento del 30 por ciento. Nadie habló de cifra récord ni de techo, pero basta con ver datos de semestre anteriores para ver que la evolución es óptima: 40 en el primer semestre de 2012, 31 en 2013,... y así hasta llegar otra vez por encima de los 40 en 2016. Estos datos encumbran a Sevilla con una tasa de 45 donantes por millón de habitantes, casi diez más que en 2015. Y lo significativo, superior en dos puntos a la tasa andaluza (43,6), que es la locomotora en este concepto a la española (41). Con ello, se duplican las tasas medias anuales en países de la Unión Europea (19 donantes por millón). Esta solidaridad, además, está repartida. Aunque el Hospital Virgen del Rocío sigue al frente con 28 donaciones hasta junio, también han llegado del Virgen Macarena (7), de la Merced de Osuna (4), de San Juan de Dios en Bormujos (2), de Valme (1) y del Sagrado Corazón (1).

¿Y de dónde sale este repunte de donaciones? De un lado, está la tasa de negativa a la donación, que es de un escaso 12 por ciento –igual que en Andalucía–. El perfil de los más reacios, aunque pocos, está localizado: población mayor asentada en zonas rurales, según relató el coordinador autonómico de Trasplantes, Manuel Alonso, que vino a valorar más aquellos que se decantan por el sí.

La otra pata que beneficia este aumento está en las estrategias llevadas a cabo para contrarrestar el nuevo perfil del donante, que antes venía más de los accidentes de tráfico. El descenso de la siniestralidad derivaba en una caída de las donaciones, hasta el punto de que su edad media supera, por vez primera, los 61 años de media. Entre las estrategias para contrarrestar se sitúa la donación en asistolia, conocida como a corazón parado. En este primer semestre se han efectuado 13 donaciones de este tipo, 12 de ellas en el Virgen del Rocío y una en el Sagrado Corazón, que se produjo el pasado mes de mayo y que fue, a la postre, la primera donación en asistolia efectuada en un centro privado en todo el territorio español. Para ver la dimensión real de este número, hay que hacer un balance de todas las donaciones en asistolia, que han sido 49 desde 2010.

La generosidad lleva aparejada una gran actividad en la mesa de operaciones. Así, el Hospital Virgen del Rocío ha experimentado un crecimiento del 4 por ciento en el total del trasplantes realizados, con 118 frente a los 113 efectuados en el primer semestre de 2015. Ahí se contabilizan 77 trasplantes renales (seis infantiles y 12 vivos de los que tres eran infantiles), 32 de hígado (uno dominó) y nueve de corazón. Sólo los trasplantes hepáticos se han visto reducidos con respecto al primer semestre de 2015.

De todos estos buenos datos se ha beneficiado gente como María Luisa Sarmiento que, aunque con sus revisiones –la última fue hace dos meses– ya goza de una libertad que antes, con su enfermedad renal a cuestas, no era posible. Ahora puede «salir a tomar algo de noche con mi familia», algo que antes no podía hacer, al estar condenada a estar conectada toda la noche a una máquina que limpiara su organismo.

Lo que desbloqueó esa situación fue uno de los programas de pacientes renales hiperinmunizados que, junto a los trasplantes de córnea, se pusieron en valor durante la presentación del balance de donaciones del primer semestre. De ello se encargó la responsables de estos programas, la doctora Antonia Álvarez. Ella fue la que desgranó la aplicación, puesta en marcha en 2012, de la prueba cruzada virtual, que permite predecir de forma fiable y rápida la posibilidad de rechazo del órgano por parte del receptor mediante el cruce virtual de datos clínicos relacionados con el perfil de anticuerpos que tiene un paciente en lista de espera para paciente renal. De su aplicación se benefició María Luisa en su tercera intentona, la de la vencida.