«Sevilla fue, es y será la gran musa de mis composiciones»

Pascual González, el compositor y cantante que dio a luz a Los Cantores de Híspalis y con los que llevó Andalucía y las sevillanas por todo el mundo, recibe hoy la Medalla de Oro de Sevilla, la ciudad que lo vio nacer y de la que estará enamorado toda su vida

29 may 2017 / 20:22 h - Actualizado: 30 may 2017 / 08:32 h.
"Medallas Ciudad de Sevilla"
  • Pascual González ha escrito incontables composiciones a Sevilla. / Manuel Gómez
    Pascual González ha escrito incontables composiciones a Sevilla. / Manuel Gómez
  • Pascual González ha escrito incontables composiciones a Sevilla. / Manuel Gómez
    Pascual González ha escrito incontables composiciones a Sevilla. / Manuel Gómez

Toda una vida cantando y amando a Sevilla le ha valido a Pascual González la Medalla de Oro de la ciudad, que recibe este día de San Fernando de manos del alcalde Juan Espadas. En plena recuperación de un cáncer, continúa expresando por todas las vías posibles su devoción por Sevilla, la niña de sus ojos y la cura a todos los males.

—Ante todo, ¿cómo se encuentra de salud?

—Me encuentro muy bien. El camino para salir de una grave enfermedad como es un cáncer de laringe, ha sido muy duro, sobre todo porque se trataba de mi garganta, una de mis principales herramientas de trabajo, pero con la ayuda de un gran equipo de otorrinolaringología, como el que dirige el Dr. Serafín Sánchez en el Hospital Macarena y con mucha fuerza de voluntad he ido salvando obstáculos y me encuentro formidablemente. Ya, incluso, he comenzado a hablar.

—Hace unos meses le homenajearon rotulando una calle con su nombre en su barrio de la Calzá, y ahora le otorgan la Medalla de Oro de Sevilla, e, inevitablemente, la pregunta es obligatoria: ¿qué supone para un sevillano que su ciudad le brinde estos reconocimientos?

—De los muchos premios y galardones conseguidos a lo largo de mi extensa trayectoria, estos dos reconocimientos son los más importantes de mi vida. Sevilla fue, es y será la gran musa de mis escritos y composiciones... Y tener una calle en el barrio de la Calzá, a pocos metros de la casa donde nací, es un sueño que me regalaron mis amigos de la infancia. Un sueño al que colgaré de su cuello, la medalla de la ciudad.

—¿Cree que Sevilla es respetuosa con sus tradiciones y su historia? ¿Confía en las nuevas generaciones de sevillanos?

—La conservación de la Sevilla histórica, costumbrista y tradicional es harto difícil en su confluencia con los progresos lógicos que caminan de la mano del tiempo. No obstante, gracias a una sólida y preparada legión de sevillanos de pro, que cuidamos a Sevilla como oro molío, esta ciudad se resiste a los cambios bruscos propuestos por ateos, estreñidos, pájaros de mal agüero y gentes de mal gusto que no mamaron nunca de las tetas de la Giralda.

—Usted ha llevado Sevilla y Andalucía por bandera allá por donde ha ido, particularmente a través de su música: ¿es el público receptivo con nuestra cultura fuera de nuestras fronteras?

—Andalucía, Sevilla toda, es uno de los más ricos tesoros culturales del mundo. La humanidad se rinde ante nuestras manifestaciones artísticas... Artes plásticas, literatura, música, etc. Es imposible no descubrirse ante tanta belleza.

—Con este premio, ¿piensa que reconoce Sevilla a las sevillanas?

—Sevilla reconoce a un grupo musical formado por sevillanos de casta y de raza que supo, desde sus inicios, conjugar a la perfección las excelencias históricas y culturales de una ciudad universal con las leyendas callejeras del Hierro, del Batalla o de Antoñito Procesiones. Las sevillanas, en parte, solo en parte, fueron nuestro medio más popular de transmisión y divulgación.

—Ha hecho una cantidad incontable de composiciones inolvidables dedicadas a la ciudad. ¿Hay alguna a la que tenga especial cariño?

—Me quedo con dos temas, En Sevilla y Secreto y cielo, dos temas avalados por poemas musicales como el que sigue: «Tú eres negra pizarra de un aula de la calle Cruces, tú eres laúd y bandurria de serenatas de amores, tú eres baile en el Casino, solera en Romero, mistela en Morales, vino. Tú eres viejo Heliópolis de afición humilde, Nervión de bandera, Esperanza, Maestranza, Realito, cigarreras, tú eres el secreto y cielo de mis coplas y poemas. Tú eres el pañuelo donde yo me consuelo, sin ti, me muero, me acosa el miedo, tú eres mi fuego, contigo muero, cielo».

—Machado decía que su infancia eran recuerdos de un patio de Sevilla. Sin olvidar que estamos en tierra de poetas, como amante de las letras, ¿a qué sevillanos considera que es imprescindible leer?

—Sería una lista interminable. Sevilla siempre parió muy buenos escritores. Siendo muy niño, José Luis de la Rosa con su obra Entre lo divino y lo humano me metió las cabras en el corral de mi innata sevillanía... Desde ahí, como dice un viejo chiste, me hice rodear por vitrinas y vitrinas de obras escritas por cientos de sevillanos que me acompañan y me enseñan a diario que Sevilla es más divina que humana.

—Lo seguimos leyendo en esta casa en La trastienda hispalense, ¿se siente cómodo escribiendo en un formato diferente?

—Naturalmente que sí. El Correo de Andalucía me brinda la oportunidad de escribir sobre un trincarro muy especial de prosa, poesía y música... Grafías con soniquetes sobre las enaguas de mi trastienda sevillana... La que siempre tiene sus puertas abiertas en el Zacatín de mi vida.

—Tiene sevillanas para todo lo que quiere con devoción: la Feria, la Semana Santa, su hermandad de San Benito, su tierra... ¿a qué no le ha escrito una sevillana todavía?

—Como decía Paco Palacios ‘El Pali’, la mejor sevillana que tengo es la que todavía no he escrito pa’l disco del año que viene. Esa sí que es güena... Verás cómo te va a encantar