Sevilla hace lo que todos para intentar ser diferente

22 may 2016 / 20:08 h - Actualizado: 22 may 2016 / 20:34 h.
"Turismo"
  • Las Setas de la Encarnación, nuevo reclamo para el turismo que visita Sevilla. / Pepo Herrera
    Las Setas de la Encarnación, nuevo reclamo para el turismo que visita Sevilla. / Pepo Herrera

Reflexiona Javier Hernández, profesor de Antropología social en la Universidad de Sevilla, sobre el carácter del turismo como fenómeno. «Es totalmente paradójico: la gente pide que los lugares vendan su singularidad, porque es la diferencia lo que atrae al turismo, pero la apuesta por la singularidad está estandarizada».

«Encontramos también una competencia global. Hay un ranking de ciudades turísticas y todas tratan de posicionarse lo más arriba, por lo menos de estar dentro. Todas compiten para atraer turistas e inversores», continúa, y explica que el empeño de todas es «ofertar su supuesta singularidad. Sin embargo, las estrategias conducentes a la búsqueda de la singularidad son cada día más similares, más homogéneas. Esta es la gran contradicción».

Sevilla merece también su reflexión, sintetizada en una frase. «Sevilla es paradigmática». La cuestión es que es una localidad que emplea todas las estrategias que las ciudades turísticas utilizan. Las tiene todas, ha pasado por todas».

Lo primero: su imagen de marca. «Ahí no se ha trabajado mucho todavía –opina– pero la tiene. Toda ciudad que se precie para estar en el ranking tiene que tener imagen de marca. Dos: la museificación. Toda ciudad que se precie, si tiene casco histórico, lo museifica. Y si no, se lo inventa. Ahí está Málaga, que está creándolo». Y hay más: Hernández señala como tercera estrategia habitual la creación de parques temáticos, como Isla Mágica. En cuarto lugar destaca lo que denomina «parques temáticos efímeros», que se traduce en grandes acontecimientos como olimpiadas, mundiales, grandes exposiciones. «Toda ciudad que quiera estar en el ranking mundial tiene que tratar de ser sede de algo por la resonancia mediática y por la rentabilidad política que supone», comenta, y es evidente que Sevilla tuvo su Expo 92.

La última estrategia de diferenciación estandarizada sería, en opinión de Hernández, el «neomonumentalismo. La construcción de nuevos edificios osados en sus formas, en su altura, que tratan de dar una imagen de modernidad, de solvencia», y alude, evidentemente, al Metropol Parasol de la Encarnación y a la Torre Sevilla, vulgo Torre Pelli.

Todas estas actuaciones no se han hecho «precisamente porque seamos muy originales, sino porque los políticos saben que es lo que hace todo el mundo. Es decir: para ser diferente, todo el mundo se repite». Y llega la conclusión: «Claro, quizá habría que reflexionar un poco sobre qué modelo de turismo queremos, sobre si queremos seguir esas dinámicas globales, sobre si queremos hacer algo que sea realmente original».