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Suelta de globos en la sede de la ONCE en solidaridad con las víctimas de la violencia machista. / El Correo
No está siendo un año fácil en lo que respecta a la lucha para la erradicación de la violencia contra las mujeres. Y es que el 2015 ya ha dejado tres mujeres asesinadas a manos de sus parejas en la provincia de Sevilla, lo que supone el peor registro desde que en 2010 matasen a cuatro y teniendo en cuenta que en 2014 no hubo que lamentar ninguna víctima. Son los fatídicos datos que tienen nombre y rostro (María del Águila, Carmen y Eva) y de lo que se ha hecho eco un informe estadístico elaborado por Endata Sevilla a partir de las últimas cifras aportadas por el Ministerio de Sanidad, Servicios Sociales e Igualdad y el Instituto Andaluz de la Mujer (IAM).
Según el citado informe, desde el año 2003, en la provincia ha habido un total de 28 muertos a manos de sus parejas, siendo los años 2004 y 2010 los periodos en los que se produjeron más crímenes –en concreto, cuatro–. Como único dato positivo, la violencia machista dio una tregua en dos años: ninguna mujer fue asesinada en 2008 ni en el pasado 2014.
El tramo de edad más castigado por los crímenes machistas se concentra entre los 41 y los 50 años. De hecho, las víctimas de Alcalá de Guadaíra, Sanlúcar la Mayor y Marchena –las tres últimas muertas a manos de sus parejas o exparejas–, correspondían a esa franja de edad. Un patrón que, precisamente, se ha ido repitiendo en los últimos años, dado que nueve de las 28 mujeres asesinadas por violencia de género en Sevilla entre 2003 y 2015 –casi uno de cada tres– tenían entre 41 y 50 años. La incidencia de crímenes en los últimos doce años, por lo tanto, es inferior en franjas de edades inferiores –de 18 a 20 años, dos víctimas; de 20 a 30 años, tres víctimas; y de 31 a 40 años, seis víctimas– y superiores –de 51 a 64 años y de 75 a 84 años, cuatro víctimas, respectivamente–.
Con respecto a la relación que mantenían con el asesino en el momento del homicidio, del total de 28 mujeres, 23 –es decir, el 82 por ciento de los casos– fueron asesinadas por su pareja sentimental. El resto, cinco mujeres, fueron víctimas una vez se había puesto fin a la relación.
La situación es todavía más sangrante teniendo en cuenta que durante los dos primeros trimestres de este año se han interpuesto 3.512 denuncias por violencia de género a lo largo de la geografía sevillana y, si se mantiene la proyección durante los siguientes seis meses, se podrían llegar a superar las 7.000. Esto significaría, en función de los datos ministeriales, superar los tres años inmediatamente anteriores, en los que se acumularon un total de 6.692 en 2014, 6.423 en 2013 y 6.581 en 2012. No obstante, el año que acumuló más denuncias fue 2011, con 7.826.
De hecho, dos de las tres fallecidas por violencia machista en el presente año en la provincia no interpusieron denuncia alguna contra los que fueron sus agresores. Solo la víctima de Alcalá de Guadaíra presentó una denuncia contra su marido años atrás, en 2008, por agresión, pero la retiró posteriormente. En cuanto al origen de estas denuncias, el informe revela que la mayoría de las registradas provienen de los atestados policiales, que recogen la denuncia de las propias víctimas –en lo que va de año suponen el 72 por ciento de todas las denuncias, es decir, casi 3 de cada 4–, quedando muy lejos de las presentadas, por ejemplo, a través de la personación directa de la mujer que sufre maltrato en los juzgados –tan solo se recogieron 265 frente a las 2.500 de atestado policial– o de las interpuestas por un familiar –apenas alcanzan las 40 en los dos primeros trimestres del presente ejercicio–.
Por último, el informe de Endata Sevilla calcula un ratio que devuelve el número de denuncias registradas por violencia de género por cada 10.000 mujeres –de 16 o más años– residentes en el territorio, a través de un ratio que refleja que, en la provincia, la proporción es mayor con respecto al conjunto del país, en concreto, de 42,9 sobre 10.000 frente al 31 sobre la misma cifra.