Sin agua y sin terminar... pero contentos

El nuevo mercado de la Puerta de la Carne abrió ayer sus puertas con varios puestos cerrados y problemas de abastecimiento. La semana próxima estará al 100%

09 jun 2017 / 15:02 h - Actualizado: 09 jun 2017 / 22:03 h.
"Mercados","Alimentación"
  • El frutero Joaquín Pérez despacha unos ricos tomates de su completo puesto en el mercado. / Fotografías: Jesús Barrera
    El frutero Joaquín Pérez despacha unos ricos tomates de su completo puesto en el mercado. / Fotografías: Jesús Barrera
  • Carmen Camacho en su pescadería, repleta de exquisitos productos.
    Carmen Camacho en su pescadería, repleta de exquisitos productos.
  • Fruterías a ambos lados de un pasillo del que algunos clientes se quejaban porque es «un poco estrecho».
    Fruterías a ambos lados de un pasillo del que algunos clientes se quejaban porque es «un poco estrecho».
  • Sin agua y sin terminar... pero contentos
  • En la carnicería Hermanos Gutiérrez Trejo no faltaron sus clientes más fieles.
    En la carnicería Hermanos Gutiérrez Trejo no faltaron sus clientes más fieles.
  • Junto a los puestos ya abiertos, ayer quedaban todavía muchos cerrados o en proceso de montaje y limpieza, difícil por la falta de agua.
    Junto a los puestos ya abiertos, ayer quedaban todavía muchos cerrados o en proceso de montaje y limpieza, difícil por la falta de agua.

Este viernes era el día elegido. Aunque no estuviera terminado el edificio y el entorno, aunque la luz llegara a algunos en la misma mañana, aunque los empleados de Emasesa pasadas las 10.30 horas seguían estudiando cómo dar vía libre al abastecimiento cuando había puestos vacíos y sin nadie dentro, con lo que no podían hacer las pruebas previas necesarias... Sí, con muchos problemas, pero contentos de poder dejar después de 18 años de provisionalidad las antiguas instalaciones, que eran «infrahumanas».

Así se pronunciaban ayer la inmensa mayoría de los placeros –no sin críticas por la premura–. Aún en la puerta, frente a una plaza todavía sin concluir, Antonio Hormigo, cuyo bar se ubica en el puesto 24 baja mesas y material para instalarlas en su espacio. «Abriré el lunes. En una hora espero que tengamos agua y en cuatro o cinco días estaremos todos más bien que la mar», explicaba feliz mientras saludaba a otros placeros y a clientes habituales que se acercaban a la plaza. Tras señalar que aunque su espacio es más chico «ganamos con el altillo en el almacén», quiso agradecer «a los vecinos por seguir viniendo en las condiciones que estábamos y a la buena relación y coordinación con la empresa».

Sobre este aspecto, como es normal, cada uno cuenta la historia como la ha vivido, pero en general los aspectos positivos se imponen. Al puesto 22 del frutero Joaquín Pérez la luz le llegó a las 9.30 de la mañana, cuando ya tenía toda la mercancía bien situada y esperando a los primeros clientes. «Estoy bastante contento, las instalaciones son sobresalientes. Tengo el mismo espacio que antes pero más moderno, no va a hacer la calor que en el anterior», y es que, como señala, «estos años han sido una pesadilla que iba a ser provisional para 11 meses y hemos estado 18 años».

En el puesto 16, de carnes y chacinas Hermanos Gutiérrez Trejo, Carmen Martínez, vecina de la Puerta de Carmona y «clienta desde hace 40 años», no quiso faltar el primer día. «Siempre he venido y le he comprado a Paco –uno de los hermanos Gutiérrez–, porque es muy amable y atiende muy bien». El citado Paco destacó que «ha quedado muy bonito y lo de fuera también, aunque quedan detalles, pero poco a poco». En cuanto a la fidelidad de los clientes, señaló que «tenemos clientela de toda la vida, desde que estábamos junto a los bomberos y antes aquí. El saber atender al público hace mucho».

María José Peña, vecina de San Bernardo y «clienta diaria», y su hija Paula iban saludando a los placeros uno a uno. «Los conocemos, saben lo que te gusta y el trato que tienen es muy agradable. He venido con calor, cuando ha llovido, siempre y desde el primer momento».

En la tienda de comestibles del número 3, Mercedes Gallego seguía colocando artículos: «No pensábamos abrir hoy. El miércoles cerramos en el anterior y no nos ha dado tiempo de acabar... pero está bonito. Lo de antes era inhumano para todos, para los clientes aunque estuvieran solo un rato, y para nosotros que estábamos ocho o diez horas».

Avanzaba la mañana y el agua seguía sin llegar a los puestos, de ahí que Miguel Álvarez no pudiera dar desayunos en su bar del puesto número 3, si bien confiaba en poder ofrecer cañas y tapas a mediodía. «No es lógico abrir un mercado sin agua ni luz. En mi caso, el espacio es más grande que antes y con mejor presencia», indicó.

Más indignada por la falta de agua se encontraba María Luisa Vidarte, que tiene su droguería y perfumería en el puesto 12 y que no pudo abrir: «Seguimos sin agua, perdiendo días de sueldo y gastando dinero. Estamos limpiando con agua recogida a 100 metros. No puedo vender los productos con el polvo de la obra», afirmaba, para añadir que «se acordó ayer que no iba a abrir nadie, pero al final han decidido abrir y aquí estamos».

Aun así, los clientes seguían llegando e incluso haciendo cola, como en la pescadería de José Luis, que solo tenía una queja: las obras que continúan en los accesos. En la pescadería de Dolores Camacho, en el 10, el problema del agua –que continuó buena parte de la mañana– protagonizaba la jornada: «Nadie tiene agua, tenemos que portear cubos de ahí fuera, de las obras. La plaza no está acabada para habernos hecho abrir hoy».

Mientras tanto, delante de los contadores de agua, dos operarios de Emasesa trabajaban en hallar una solución: «Para dar agua hay que hacer una prueba y no podemos hacerla porque hay varios puestos cerrados».

En la plaza, el jefe de obras de construcciones Otero, Luis Miguel Suárez, daba respuesta a algunas de las quejas de los placeros: «Enjoy Wellness es quien paga esto –tanto el mercado como la plaza pública y el parking–, el Ayuntamiento no ha puesto un euro, es una concesión. El grupo puso la fecha porque tenía prisa para que los placeros salieran de donde estaban y empezar a construir las instalaciones deportivas». Así, señaló que «desde el 17 de mayo podían acceder al nuevo mercado para hacer el traslado, pero al usar las mismas estanterías...».

Asimismo, Suárez destacó que «hemos tenido que hacer muchas modificaciones en el proyecto inicial. Hay 29 puestos, cada uno con unas necesidades y eso ha fallado un poco. Cada negocio necesita distintas tomas de luz o de agua, no es igual una mercería que una pescadería».

Los comienzos nunca son fáciles tras una obra de gran envergadura como esta. Seguro que en unos días nadie recordará los inconvenientes.