Sin otra salida que el realojo

Los vecinos de varios bloques de Los Pajaritos exigen que se acelere el proyecto de reconstrucción porque las aguas fecales inundan patios y pisos cada vez que llueve

12 nov 2016 / 08:35 h - Actualizado: 12 nov 2016 / 15:24 h.
"Barrios","Vivienda","La vivienda remonta el vuelo"
  • Vecinas como Susana, Natividad y Dolores del bloque número 27 de la calle Gaviota de Los Pajaritos piden el realojo y el arreglo de las viviendas. / El CorreoTV
    Vecinas como Susana, Natividad y Dolores del bloque número 27 de la calle Gaviota de Los Pajaritos piden el realojo y el arreglo de las viviendas. / El CorreoTV
  • Grietas y humedades imperan en Los Pajaritos. / El Correo
    Grietas y humedades imperan en Los Pajaritos. / El Correo
  • Sin otra salida que el realojo

En 37 metros cuadrados con humedades, grietas y, cuando llueve, fétidas aguas fecales en los patios, en la cocina, en los cuartos de baño... Así viven los vecinos de los bloques 25 y 27 de la calle Gaviota de Los Pajaritos, y no son los únicos del barrio, ni de Sevilla, que viven en una chabola vertical. En una infravivienda que, además, está en un limbo legal.

«¿Se puede alquilar algo así? Es inhumano, pero aquí estamos, somos inquilinos del Ayuntamiento y no nos arregla las viviendas ni hay fecha para el realojo, nos dicen que tenemos que pagarlo nosotros, que es cosa de la comunidad», aseguran las afectadas. Sin embargo, en estos bloques ni hay comunidad de propietarios ni hay vecinos con recursos. La mayoría está en paro, la mayoría son personas mayores con familiares a su cargo y la mayoría está más preocupada por cubrir las necesidades básicas de su familia día a día que por arreglar una vivienda que «no es nuestra». Eso sí, miran al cielo con temor porque la lluvia les sumerge en un infierno de orines, heces y malos olores que no pueden aguantar. Ni los mayores ni los menores. Sólo en el bloque número 27 viven 15 niños, algunos de ellos con escasos meses de edad.

Dolores López es la inquilina del bajo derecha de ese bloque, tiene el pequeño patio de atrás y el cuarto de baño inundados desde las últimas lluvias. Con ella viven tres hijos y un nieto: Cristian (20 años), la pequeña Aroa (7 años), Jessica (27) y el hijo de ésta, Fabián con sólo un mes de vida. «Y me he tenido que ir a casa de mi madre unos días porque el médico me dijo que estos olores y tantísima humedad no son buenas para mí, sobre todo porque me estoy tomando pastillas para el tratamiento del cáncer», lamenta con resignación.

Dolores Cidoncha vive en el bajo izquierdo y tuvo que llevarse a su padre enfermo a casa de otro familiar, María Eugenia es la vecina del tercero y tiene «un agujero en el techo desde hace años» y Natividad, con 81 años, inquilina del número 25 asegura que por las noches siente «calambres en el marcapasos por la humedad acumulada en su dormitorio». «Mi hija, que vive en la calle Júpiter dice que en Sevilla hay pisos vacíos. Deben realojarnos», asevera antes de romper a llorar porque una vecina le tuvo que prestar los diez euros que cada vecino ha puesto para que un albañil intente canalizar las aguas fecales.

La obra, asegura Susana Moreno, afectaría a, al menos, cuadro bloques de las calles Gaviota y Mirlo y costaría entre 3.000 y 4.000 euros. «Algo inalcanzable para nosotros», denuncia.

¿Pero cómo han llegado a esta situación? Estos pisos de Los Pajaritos, frente al Mercado de la Candelaria, son propiedad del Patronato de la Vivienda de Sevilla, que lleva años en pleno proceso de escrituración de los miles de pisos que construyó hace ya más de medio siglo en la ciudad. Sin embargo, la falta de recursos de estas personas, los problemas familiares y los recelos de estos residentes ante el mal estado de sus viviendas están frenando este proceso de cesión de inmuebles en barrios como Los Pajaritos, Pío XII, Candelaria, San Jerónimo o Torreblanca. En la ciudad hay 8.790 viviendas que, de acuerdo con el contrato de cesión, ya terminó el plazo de amortización, por lo que el llamado Patronato de las Casas Baratas empezó a tramitar la firma de las escrituras de transmisión de dominio a cada beneficiario. En 2014 había 2.000 pisos que aún no estaban escriturados.

Y al no tener las escrituras, estos vecinos de Los Pajaritos insisten en que no son propietarios y que, por tanto, es el Ayuntamiento el responsable de sus minipisos. Y en el Consistorio insisten, «no son viviendas del parque público municipal» y Emasesa no puede arreglar la red de saneamiento que afecta a patios, cocinas y baños.

En lo único que coinciden vecinos y responsables municipales es en que el realojo y la reconstrucción de esta zona sería la solución definitiva. ¿Cuándo? Cuando les toque, es decir, no se sabe. El proyecto, tras resolverse los problemas con la empresa y reanudarse la construcción del primer bloque derribado, avanza lentamente. Por ahora, beneficia a 96 viviendas de las 1.700 que forman Los Pajaritos.