Soñar con el cielo como único límite

Conciertos en acústico marcan el éxito del ciclo ‘Live The Roof’ en terrazas públicas, pero las particulares también albergan música, teatro, magia, danza y cualquier forma artística gracias a ‘Redetejas’

12 mar 2017 / 20:52 h - Actualizado: 15 mar 2017 / 13:17 h.
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  • Actuación de Carmen Boza en la azotea del hotel Inglaterra dentro del ciclo ‘Live The Roof’. / Fotos: Live The Roof oficial
    Actuación de Carmen Boza en la azotea del hotel Inglaterra dentro del ciclo ‘Live The Roof’. / Fotos: Live The Roof oficial
  • Actuación de magia de Javi Benítez dentro del ciclo ‘Redetejas’.
    Actuación de magia de Javi Benítez dentro del ciclo ‘Redetejas’.

La cultura ha conquistado definitivamente las alturas en Sevilla, una ciudad propicia para ello merced a su clima bonancible durante tres cuartas partes del año. Incluso en el sofocante verano cuando, al caer el sol, las terrazas se convierten en oasis donde corre algo de fresco y apetece tomar un refrigerio mientras se degusta un concierto en acústico, una pieza teatral, una sesión de magia o cualquier evento artístico.

Las azoteas de la ciudad se llenan de cultura desde la primavera y hasta entrado el otoño gracias a la iniciativa de empresas que han sabido explotar este nicho hasta el punto de exportar la fórmula a otras ciudades españolas e incluso a otras latitudes.

Es el caso de Global Music 360, que desde el año 2011 organiza el exitoso ciclo Live The Roof (En vivo en el tejado) que para 2017 se extenderá ya a una docena de ciudades. Su responsable, Antonio Romero, cuenta que la idea le vino «cuando me invitaron a un evento privado en Córdoba, en el que se celebraba un concierto acústico en una azotea justo enfrente de la Mezquita. Me gustó el concepto y empezamos a organizarlo aquí». Se trata de un formato con dos importantes ventajas: «Por un lado, sustituye la labor de las salas de conciertos en la época veraniega, sobre todo en Andalucía porque cuando llega el calor la gente busca el aire libre; por otro, es muy original por celebrarse en las alturas, con unas vistas privilegiadas, y a la vez en la intimidad ya que suelen asistir unas 100 personas que tienen al artista muy cerca», argumenta este rinconero.

PASO POR DISTINTAS SEDES

Romero recuerda que el ciclo ha pasado por diversos escenarios antes de recalar hace dos años en la terraza del hotel Inglaterra: «Arrancamos con un formato de 50 entradas en un hostel de la calle Dos de Mayo que se llamaba precisamente The Living Roof Hostel. Después hemos estado en otro hostel, Oasis, en la calle Almirante Ulloa, pegado al Museo; un año en la Casa de la Provincia, en la Academia Clic de la calle Alboreda, en unos apartamentos en Torneo o en otro hostel cerca de las Setas». En total, más de un centenar de conciertos en las azoteas sevillanas en los últimos seis años.

Tras arrancar en la capital hispalense en 2011, año en el que también hicieron ya una prueba en Málaga, el ciclo se ha ido extendiendo a Valencia, Alicante, Barcelona, San Sebastián, Vigo, Madrid, Cádiz, Santander y, para 2017, a Zaragoza y Gijón. El pasado año, Global Music 360 organizó alrededor de 80 citas en una decena de capitales de provincia, por las que rotaron una serie de artistas de la talla de Mikel Erentxun, Anni B Sweet, Neuman, Delafé, Mario Díaz, Maga, Arco, Full, Depedro o Iván Ferreiro.

«Los artistas vienen porque les encanta el formato y la experiencia y por eso suelen hacer un sacrificio en lo económico. Y nosotros sacamos un margen de beneficios también muy pequeño, pero con la ventaja de que prácticamente siempre se venden todas las entradas», explica Antonio Romero.

El establecimiento que alberga estos conciertos acústicos, en este caso el hotel Inglaterra de la Plaza Nueva, gana por su parte «la explotación de la barra, que no está mal ya que tienes a 100 personas en una terraza a las nueve de la noche, que en otro caso no estarían ahí, además de la publicidad que hacemos al hotel, ya que mucha gente conoce la azotea gracias a Live The Roof».

Global Music 360 ya planifica el ciclo para la temporada 2017, que será presentado en el mes de abril en una rueda de prensa en Madrid.

MÁS QUE TENDER LA ROPA

De forma más o menos paralela, desde el comienzo de la actual década, organiza actividades similares La Matraka, una entidad de gestión cultural que nació en 2008 y, que tras poner en marcha el encuentro Alamedeando, se empezó a especializar en los eventos en azoteas. «La idea es reutilizar espacios que están en desuso o que sólo se destinan a tender la ropa», explica uno de sus responsables, Juan Jesús Gómez.

Tras realizar un taller de legalidad «para ver las posibilidades reales de organizar una actividad cultural en terrazas», La Matraka diseñó en un primer momento un ciclo que denominó Entretejas, eventos que también tenían lugar en espacios públicos: azoteas de hoteles o de la Casa de la Provincia –de hecho compartieron con Global Music 360 el Live The Roof–, que apoyó la idea, lo mismo que el Cicus (Centro de Iniciativas Culturales de la Universidad de Sevilla).

En el año 2012, por ejemplo, este ciclo celebró hasta 37 actividades de diferentes disciplinas artísticas (música, teatro, circo, humor, cine, magia...) entre los meses de marzo y octubre, contando con una asistencia media de público de 90 personas para un total de 3.500.

Con el paso de los años, La Matraka optó por ir dejando atrás estos eventos en espacios públicos y apostó por una idea aún más innovadora: llevar actividades culturales a las azoteas privadas, de tal manera que cualquier persona pueda convertirse en anfitrión de un evento en su terraza o en la de su comunidad de vecinos; en otras palabras, un proyecto abierto a la participación directa de la ciudadanía.

Así surgió Redetejas, una iniciativa que vincula a tres perfiles: el anfitrión (persona que cede su azotea), los invitados (personas que acuden al evento) y el artista que actúa en cada evento.

Estos encuentros de azoteas, como explica Gómez, «se celebran de modo que en un mismo día se escogen dos o más azoteas y se hace una especia de ruta, de manera que el público empieza viendo, por ejemplo, un espectáculo de jazz, luego una obra de teatro y finalmente una sesión de magia». Los espectáculos se intercambian de manera que se celebran tres pases de cada uno para que llegue a más público. «Para ello se eligen azoteas cercanas entre sí, la mayoría de ellas en el Centro, de modo que se tarde 10-15 minutos en ir de una a otra», añade el responsable de La Matraka.

Estos encuentros tienen lugar «generalmente cada dos meses a partir de mayo y hasta el principio del otoño. Así, solemos organizar tres o cuatro por año», explica Gómez antes de revelar que el perfil del público asistente «es muy variado. En principio era gente de mediana edad con ciertas inquietudes culturales, pero nos hemos encontrado de todo: familias, chavales...», ya que «lo que engancha no es tanto el artista como el concepto en sí de la ruta y la confianza que tienen en el proyecto».

Un peculiar proyecto de difusión de la cultura, Redetejas, que se ha ido abriendo a otras ciudades como Córdoba, Granada, Valencia o Barcelona e incluso a otros países como Marruecos, Argentina o Paraguay. En estas nuevas sedes, La Matraka asesora a lo que se llama grupos motores, esto es, colectivos, asociaciones o empresas que se encargan de organizar las actividades en sus propias ciudades.

Una evolución de esta iniciativa es Myplayz, en la que la actividad cultural puede celebrarse prácticamente en cualquier sitio: desde el salón de casa hasta un patio o una peluquería. «El objetivo final es poner en contacto a los artistas con gente que tenga un espacio disponible», concluye Gómez.