Nadie como Jesús Corral conoce la Cabalgata que hoy discurrirá por las calles de Sevilla. Él lleva ideándola ocho años, dedicado profesionalmente a que cada 5 de enero sea mejor que el anterior, a buscar el asombro allí donde no parece posible ir más allá. Su padre organizó la de Salteras y él, muy vinculado al mundo de las hermandades sevillanas, recibió un día la llamada del Ateneo. En calidad de decorador le pidieron ayuda. Comenzó entonces un flechazo que aun dura y durará. Hoy verá en la calle la más ambiciosa de todas cuantas ha imaginado pero que será, porque esa es su máxima inviolable, fiel a lo que esperan los sevillanos «a lo que generaciones y generaciones llevan identificando como la Cabalgata de Reyes Magos de Sevilla», dice.
«Esta ciudad es muy difícil para ciertas cosas, y su Cabalgata casi diría que es intocable. Por eso mi afán es mejorarla, innovar con cuidado, pero no cambiarla», explica. «La de Sevilla es una cabalgata interactiva, no hay vallas que la separen y la distancien del público, como pasa en Madrid y Barcelona, aquí la gente baila con los beduinos y se mezcla con el cortejo», apostilla orgulloso. Y en una fiesta de este tipo no caben grandes arrebatos creativos: «Empleamos las últimas tecnologías, con luces led, iluminación intermitente y este año incluso contaremos con efectos especiales en las carrozas de los Reyes Magos y en la de la Estrella de la Ilusión; pero la esencia de la Cabalgata es intemporal», dice.
Por eso, una de las cosas que Jesús Corral se planteó cuando asumió la dirección creativa fue intentar prescindir de grandes iconos populares y, de paso, reducir el pago de cánones de imagen: «Las familias, los niños, no vienen a ver a Bob Esponja o Piolín; esto no es una película, es una cabalgata de Reyes Magos; por eso prefiero apostar por la iconografía de los grandes cuentos populares o por imágenes arquetípicas como el tiovivo o el tren», explica.
Auspiciada por el Ateneo y costeada íntegramente gracias a los donativos que, en su mayor parte, provienen de los propios participantes, Corral prefiere no tener grandes proyectos guardados en un cajón: «Somos bastante pragmáticos y llegamos hasta donde podemos; desde que yo estoy al frente ninguna idea ha sido desechada, procuramos ajustarnos a la realidad y ya está», pormenoriza.
En total se van a estrenar hoy 20 nuevas carrozas que se sumarán a las 13 que ya se estrenaron en 2016. De esta forma, 33 forman parte de este imponente cortejo en el que participan alrededor de 3.000 personas. Una de ellas es el propio Jesús Corral, su director creativo. «La estética es muy barroca, una línea iniciada desde hace un par de años que permite jugar con formas sinuosas para dar sensación de movimiento (...) Tengo unas enormes ganas de ver las caras de sorpresa de la gente; y de ver cómo funcionan las novedades, porque hasta que no las ves desfilar no sabes con exactitud su éxito o no», revela. Para eso, y aunque se toma por obligación (y devoción) acompañar a pie la Cabalgata desde que sale y hasta que entra, tiene un termómetro que no falla: «En cuanto puedo me guardo la acreditación y me mezclo entre el público para poner el oído; hay críticas que escuecen, por supuesto, pero es la mejor manera de saber si vas por el buen camino o no», abunda.
Sobresalndrán esta tarde especialmente las carrozas de los tres Reyes Magos que irán en grandes tronos de dosel en color rojo para Melchor, de verde Gaspar y dorado para Baltasar. También serán nuevas las carrozas de La Estrella de la Ilusión, El Nacimiento, Palas Atenea o la dedicada al décimo aniversario del Metrocentro. «Y se podrán ver otras inspiradas en cuentos infantiles como la de Pinocho o Alicia en El País de las Maravillas y, lógicamente, una de las carrozas nuevas será la del Centenario de la Cabalgata, apareciendo en ella la figura de José María Izquierdo, creador de este desfile», concluye Corral.