Terapias caninas para personas con diversidad funcional

La protectora de animales ARGOS realiza actividades terapéuticas con los perros de acogida para mejorar el bienestar de personas con discapacidad intelectual y de la tercera edad

Michelle Cabeytú cgpmichelle /
24 jul 2020 / 13:19 h - Actualizado: 24 jul 2020 / 13:23 h.
"Sociedad","Movilidad","Animales","Discapacidad","Voluntariado"
  • Terapias con perros para personas con diversidad funcional. / ARGOS
    Terapias con perros para personas con diversidad funcional. / ARGOS

“Perros y personas que se ayudan mutuamente” es el lema del convenio de colaboración entre la protectora de animales ARGOS y la asociación ASAS Inclusión Activa para mejorar el bienestar de personas con diversidad funcional. Pese a la interrupción de la actividad como consecuencia del Estado de Alarma, ambas organizaciones aguardan por una pronta reanudación por los beneficios que conlleva, tanto para las personas como para los animales.

Beatriz Sánchez-Elvira, presidenta y fundadora de ARGOS explica a El Correo de Andalucía que los perros con los que realizan las actividades no son considerados “de terapia”, ya que se trata de perros rescatados a la espera de encontrar un hogar. Sin embargo, los voluntarios de la organización realizan un adiestramiento básico en base a las capacidades y habilidades de cada animal para llevarlos a los centros. Beatriz, que cuenta con un máster universitario en ‘Terapia Asistida con Perros’, comenta que las actividades se diseñan de manera conjunta entre los guías de los perros y los terapeutas de las personas a partir de sus necesidades.

Terapias caninas para personas con diversidad funcional
Foto: ARGOS

Con respecto a los beneficios en la salud, Beatriz explica que depende de cada persona. “Hemos llegado a sitios en los que algunas personas mayores llevaban meses sin hablar y ha sido ver al perro y empezar a contarnos que habían tenido uno, y otras que han llorado cuando lo acariciaban”, señala Beatriz, quien añade que se trata de una experiencia “muy emotiva”.

Sin distinción por razas

“Más que la raza, buscamos en el interior del perro y su capacidad”, señala Beatriz, quien explica la importancia de conocer la energía del perro y el grupo de personas con las que van a realizar la actividad, ya que si resulta ser un animal activo “a lo mejor no es el adecuado para los ancianos” o para personas con poca movilidad. “Todo depende del animal en sí, de la educación que haya tenido y de la sociabilización que tenga”, añade Beatriz.

Del mismo modo, Beatriz explica que los guías de los perros deben tener “cierta capacidad” y prestar especial atención tanto al animal como a las personas. “Cuando vamos a los colegios tenemos que imponer un poco de orden, porque, aunque los perros sean buenos, se podrían agobiar si se les echan encima todos los niños”, señala.

Una ayuda mutua

Por su parte, Joaquín García, técnico de Ajuste Personal y Social de ASAS Inclusión Activa, entidad que trabaja con personas con discapacidad intelectual y sus familias, explica que el propósito de esta colaboración es que las personas interactúen con los animales debido a su potencial terapéutico. “La actividad se inició principalmente con aquellas personas con discapacidad intelectual que están en proceso de envejecimiento, aunque después se ha incluido para todas aquellas a las que le gustan los animales”, señala Joaquín.

Otro de los objetivos de la entidad es que las personas con diversidad funcional puedan realizar un voluntariado en las instalaciones de la protectora. De este modo, Joaquín explica que las personas se sienten “útiles” porque ayudan a los perros que han sido abandonados, “además de ofrecer un servicio a la comunidad y fomentar actividades inclusivas”. A la espera de poder reanudar las actividades terapéuticas, tanto Beatriz como Joaquín expresan su satisfacción con la experiencia por el bienestar mutuo de las terapias.