«Todos te venden la moto. Lo único que queda es protestar»

Roberto y David son vecinos sufridores de la SE-30 desde hace más de dos décadas. El tráfico es insoportable hasta de noche

Manuel Pérez manpercor2 /
22 ago 2017 / 19:06 h - Actualizado: 23 ago 2017 / 08:24 h.
"Cerro - Amate","Movilidad","Tráfico","La ronda de los ruidos","Juan Carlos Cabrera"
  • Roberto de la Rosa y David Rodríguez sufren día y noche el ruido del tráfico rodado en la SE-30. / Manuel Gómez
    Roberto de la Rosa y David Rodríguez sufren día y noche el ruido del tráfico rodado en la SE-30. / Manuel Gómez

El problema de los ruidos en la ronda de circunvalación no solo es sufrida por los vecinos de Pino Montano, Los Carteros o Entreparques. El excesivo volumen del tráfico soportado por esta arteria vial también se palpa en las barriadas de Amate, Padre Pío-Palmete y La Negrilla. Tres barrios que denuncian el estado de dejadez por parte de los diferentes gobiernos municipales que, pese a las múltiples promesas electorales, ninguno ha logrado arrancar del Gobierno central –que es quien tiene las competencias en este tramo de la autovía– el compromiso de poner fin a los ruidos de la SE-30.

Roberto de la Rosa y David Rodríguez, ambos de 39 años, llevan toda la vida viviendo en la zona, pero comenzaron a sufrir los ruidos cuando accedieron a sus habituales domicilios, viviendas de protección oficial (VPO) situadas en las lindes de la autovía SE-30. Rodríguez explica que la problemática comenzó en 1992, año de construcción de la referida carretera. A petición de los vecinos que ya vivían en la zona, se aprobó un plan integral «que no se llevó a cabo», apunta David. «A nosotros nos dicen que no podemos quejarnos porque se edifica a sabiendas de lo que hay», indica. Roberto narra que «el ruido es continuo», incluso por la noche, ya que «no puedes estar en silencio ni 20 segundos».

Ana, la esposa de Roberto, añade que «cualquier momento del día es malo». «El ruido no para nunca. Cuando tenemos visitas siempre nos dicen que cómo podemos dormir aquí», se lamenta Ana. Una situación que llega a extremos tan graves como los de la vecina de David, que dice haberse acostumbrado al ruido de tal manera que no es capaz de coger el sueño aun en momentos de silencio. La cuestión no se reduce al ruido, sino que «también es un problema el humo negro», recuerda Ana. Humo que no solo mancha ventanas y cortinas, sino que «lo terminas respirando», añade Roberto, quien explica que «tarde o temprano, esto repercutirá en nuestra salud».

Aunque la principal aspiración sea soterrar este tramo de la SE-30 –ambos reconocen que «vale un dinero»–, Roberto recuerda que es posible tomar medidas alternativas como las llevadas a cabo en Pino Montano con la instalación de asfaltos fonoabsorbentes.

Cuando comenzó este calvario, Roberto y David, como otros tantos vecinos, confiaron en que la situación se arreglaría en algún momento: «los partidos mayoritarios nos regalaron los oídos». Crítica de la que solo se salva Antonio Rodrigo Torrijos (IU), que fue «el único que cumplió lo que dijo», apunta Roberto. En concreto, señalan que Torrijos impulsó la colocación de vadenes o la conversión de una calle colindante de doble sentido a sentido único.

David cuenta que «este siempre ha sido un barrio obrero y no hemos recibido ningún tipo de ayuda» y especifica que «si no fuera por la gente solidaria en estos barrios, esto sería un gueto». Roberto indica que «aquí vino Zoido con una hoja llena de promesas y no cumplió nada». «Lo único que nos queda es protestar», concluye David.