Trasparencia de lo público. Reto y evasivas al ciudadano

La pandemia arrasó la hostelería sevillana. La crisis, ERTEs, despidos, cierres y ruinas a un sector querido y popular hace también caja y da lugar al desvarío

Juan-Carlos Arias jcdetective /
07 feb 2021 / 13:51 h - Actualizado: 07 feb 2021 / 14:00 h.
  • Trasparencia de lo público. Reto y evasivas al ciudadano

El espléndido Parque de María Luisa aloja dos joyas que miles de sevillanos y visitantes frecuentan a diario. Una es el monumento más visitado de Sevilla, la Plaza de España. Otro tesoro es la Plaza de América. Sus tres antiguos pabellones de la Expo del 1929 intactos y entregados a Museos, jardines, fuentes, lago central, palomas revoletoeando entre niños y la vida de paseantes, runners o ciclistas alegran algo más que la vista.

Trasparencia de lo público. Reto y evasivas al ciudadano

Uno de los dos legendarios bares, el ALFONSO, capea la crisis del cerrojazo hostelero paradojas incluidas, como puede. No es de los negocios que rinden a sus responsasbles con el suicidio. Como ocurrió con la emblemática Bodega Díaz-Salazar en la calle García de Vinuesa. Carecer de veladores no garantizaba mínimos al un Bar fundado en 1908.

La amplia terraza de ALFONSO complementa una espaciosa y siempre animada disco-barra. Hasta que llegaron las medidas de seguridad para prevenir el Covid-19 una vez que reabrieron los negocios hosteleros. Suponemos que bajo la excusa de mantener distancia social, espacio entre mesas y preparar la temporada estival decidieron acotar una especia de zona para VIPs. Vallaron el suelo público sujeto a licencia de veladores. Ello impide el paso de los numerosos paseantes, runners, viandantes por ésta zona de la Plaza de América.

Trasparencia de lo público. Reto y evasivas al ciudadano

Las vallas metálicas y placas privatizan espacios que ALFONSO alquila a grupos, celebraciones, etc... Es decir, gran parte de la terraza del conocido negocio hostelero está reservado para clientes que alquilan el espacio para disfrutar de las copas y la música. Esta realidad crea evidentes agravios a negocios similares, donde cualquier sevillano/a sí puede pasar libremente, aunque se paguen licencias por ocupar la vía pública. No es de recibo, ni se conciben, terrazas de veladores valladas en un acerado, por ejemplo.

Trasparencia de lo público. Reto y evasivas al ciudadano

Es hora que la disciplina urbanística, la Policía Municipal o quien corresponda verifique estas irregularidades. Algunas se subsanaron en el tramo del Paseo de Colón plagado de terrazas, cuya clientela amontonada impedía la circulación de viandantes. La codicia de un mínimo de hosteleros no puede privatizar para su beneficio un lugar de paso en zonas emblemáticas, como es el caso de la Plaza de América. La pandemia NO justifica el desvarío, ni la inacción que desprotege el bien común.