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Ciclistas en ruta / Jesús Barrera
El que no quiere caldo, que le den dos tazas. Seguramente eso fue lo que pensó Francisco Hidalgo cuando recibió en su casa una notificación de multa por un hecho que ocurrió el último día de agosto, cuando tuvo un aparatoso accidente al salir de ruta ciclista.
Hidalgo, junto a sus compañeros de pelotón, iban por la carretera de El Rompido dirección Punta Umbría cuando se cayó de la bicicleta. El resultado de la caída: clavícula rota, golpe muy importante en la cadera y quemaduras en la cara y rodillas.
Al poco rato, una patrulla de la Guardia Civil apareció para levantar atestado de lo sucedido y avisar a los sanitarios, explicando que eran «leves rasguños». En el atestado, el ciclista aseguró «haber perdido el control de la bicicleta y me he caído sobre la calzada, sin saber lo ocurrido ni acordarme de nada más». En dicho documento, el agente marca las casillas «sí» y «no» sobre la posible responsabilidad del accidentado y a la distracción como causante del suceso.
La ambulancia ya estaba en el lugar de los hechos y la pareja de la Guardia Civil continúo haciendo preguntas, lo que hizo que los sanitarios tuvieran que esperar 20 minutos.
Francisco Hidalgo fue conducido al ambulatorio de El Portil debido al aviso que dieron los miembros de la benemérita sobre la importancia de las lesiones. Allí, cuando lo vieron, lo trasladaron inmediatamente al hospital.
El ciclista ha asegurado que la «actitud de los agentes no me gustó. Llevo mucho tiempo montando en bicicleta y no he visto esto nunca. Estoy federado para esta práctica y jamás se ha visto esto».
Lo rocambolesco de la historia es que, pasados unos meses, Francisco Hidalgo recibe una carta de la Dirección General de Tráfico con una sanción de 200 euros por «conducir sin la diligencia, precaución y no distracción necesarios para evitar todo daño propio o ajeno. Realiza deporte ciclismo junto a otros cuatro compañeros, sufre accidente de circulación, consistente en caída en calzada, al rozar su rueda delantera con rueda trasera afilador, del vehículo que le precede».
El accidentado ha asegurado que «no se acuerda de nada de lo que ocurrió» y que no hubo «afilador (cuando dos ciclistas están muy pegados y la rueda delantera de uno impacta con la trasera de otro) en la caída».
Hidalgo ha manifestado «la indefensión y lo injusto de la sanción», pues no sólo ha tenido que curarse de las heridas, también va a tener que pagar por una multa por algo que «no ha pasado» y «alerta» a los demás ciclistas para que no se encuentren con un episodio igual en la carretera.