«Un día lo eché. Le apretó la cara para que tomara el bibi»

La madre del bebé estuvo tutelada por la Junta. La familia materna dice que ella sufrió un par de episodios de maltrato

20 jun 2017 / 06:28 h - Actualizado: 20 jun 2017 / 12:15 h.
"Sucesos"
  • La tía del bebé muestra una de las huchas con las que recogen fondos para el funeral. / Jesús Barrera
    La tía del bebé muestra una de las huchas con las que recogen fondos para el funeral. / Jesús Barrera

Una llamada al porterillo que de poco sirve porque no funciona y la puerta del bloque está siempre abierta. Al entrar, los papeles que tapan el agujero de una cerradura delatan la puerta de la vivienda que vamos buscando, la de Ruth F.G., la madre del bebé fallecido. Una chica de 18 años que en 2005 perdió a su madre y que poco después, ella y sus tres hermanos fueron tutelados por la Junta de Andalucía tras detectarse los abusos sexuales que cometía su padre, condenado a prisión por ello, según fuentes judiciales.

Al llamar a la puerta esta se abre porque no tiene nada que permita cerrarla. Tras ella nos atiende primero Antonio, que nos dice que no sabe nada de la madre del menor. Al poco sale la hermana mayor de ella que nos explica que no nos puede poner en contacto con su hermana, que está muy «afectada» por la muerte «de su niño».

Cuando murió su madre Ruth tenía seis años. Ella y sus hermanos estuvieron de centro en centro de menores desde entonces hasta que fueron mayores de edad. «Perder una madre hace mucho, te ves muy sola. Nos han ayudado pero en un centro te ves muy sola», se sincera su hermana. La chica ha pasado, además, por centros de reforma porque siendo menor ya cometió algún robo. Ya siendo mayor de edad tuvo que ingresar en prisión para cumplir la condena por un robo que cometió con el padre de su hijo.

«Lo conoció aquí en el barrio, de verse ahí en la calle», dice Antonio. De hecho, cuando ambos entraron en prisión llevaban «un año de relación así seria». Ella se quedó embarazada del pequeño ahora fallecido y, según cuenta su hermana, tuvo al niño poco después de salir de la cárcel, donde estuvo cinco meses. «No lo tuvo en prisión como se está diciendo», señala la chica.

El día de los hechos ella asegura que su hermana había venido hasta su casa «porque le dolía la regla y vino a pedirme una pastilla». «Cuando llegó él ya se había llevado al niño al hospital», señala. «Yo estoy segura que él lo mató y lo que queremos es que se haga justicia», afirma, y así dice que se lo dijo el mismo día que supo lo que había lo ocurrido. «Él me dijo que no le había hecho nada, pero yo le dijo que sí. Me contestó que cuando estuvieran las pruebas que me daría con ellas en la cara. Le contesté que a lo mejor le daba yo con ellas».

La tía del bebé no llega a calificar a su cuñado de violento, pero si cuenta en una ocasión lo echó «de casa porque le cogió así por la cara al niño, le apretó la boca para que se tomara el biberón. Le eché porque en mi casa no iba a tratar a así a mi sobrino». «Que yo sepa nunca le hizo nada porque si le llega a ser algo delante nuestra se iba a enterar», añade. Asimismo, recuerda un par de episodios con su hermana, que acudió a su casa «diciendo que él le había pegado, le dije que lo dejara pero no me hizo caso y mira cómo ha terminado todo esto».

Brian, según la tía materna del niño, «se desesperaba mucho y eso que el niño cuando lloraba casi ni se escuchaba el pobre. Pero se ponía muy nervioso. Una vecina de la familia asegura que la madre «estaba entregada a su niño y también lo veía a él traerlo y con el carrito. Aunque él...», dice sin terminar la frase.