Francisco Javier Muñoz Estévez, hijo del Coronel Médico Militar Antonio Muñoz Cariñanos, asesinado por ETA el 16 de Octubre de 2000 en Sevilla, ha conseguido ser reconocido oficialmente como víctima del terrorismo tras 19 años de pelea judicial y cobrar la correspondiente indemnización.
Así lo ha confirmado el propio afectado, que no ha desvelado la cantidad que ha recibido casi 20 años después del asesinato de su padre, y que ha conseguido el reconocimiento oficial después de reclamarlo al año siguiente del crimen, y tras protagonizar, entre otras medidas de presión, una huelga de hambre.
Para reclamar la indemnización, planteó en los tribunales un pleito en el que aportó, entre otras cosas, la sentencia que reconoce que nació de una relación extramatrimonial en la que su padre se hizo cargo de él, pero no reconocido o sin filiación, que no le fue reconocida hasta el 27 de septiembre del 2002 por la Audiencia Provincia de Sevilla.
La Sala de lo Penal de la Audiencia Nacional condenó el 26 de julio de 2002 a los asesinos de su padre, Igor Solana y Harriet Iragui, a indemnizar en concepto de responsabilidad civil con 901.518 euros a los herederos de Muñoz Cariñanos y, mientras los hijos reconocidos del asesinado cobraron esa indemnización, Francisco Javier Muñoz no.
En la sentencia no fue considerado heredero y por tanto merecedor de dicha indemnización, y no fue hasta la detención del etarra Juan Antonio Olarra, condenando el 7 de Abril del 2010 en la sala de lo penal de la Audiencia Nacional, cuando se recogió en el fallo que se indemnizara solidariamente al propio Muñoz Estévez junto a sus hermanos.
El denunciante demandó a los indemnizados que, a su vez, fueron beneficiados con la parte que entiende que le corresponde a él, aunque la demanda fue desestimada por el juzgado de primera instancia número 1 de Sevilla.
Muñoz Estévez ha agradecido la colaboración que ha tenido por parte de todas las personas que le han ayudado en este largo proceso, y ha dicho que, ahora, va a reclamar los intereses al Estado por los diez años que ha tardado en recibir el dinero.