Un ‘Sí, quiero’ más maduro y por cuenta propia

Religiosa o civil, las bodas empiezan a repuntar. Novios mayores y con independencia económica

06 nov 2016 / 21:52 h - Actualizado: 07 nov 2016 / 08:00 h.
"Sociedad","La ciudad que enamora"
  • Una de las parejas sevillanas que el año pasado se dio el ‘sí, quiero’. / Inma Flores
    Una de las parejas sevillanas que el año pasado se dio el ‘sí, quiero’. / Inma Flores
  • Un ‘Sí, quiero’ más maduro y por cuenta propia
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  • Un ‘Sí, quiero’ más maduro y por cuenta propia
  • Un ‘Sí, quiero’ más maduro y por cuenta propia

Si está a punto de pasar por el altar o el juzgado, mejor no lea la siguiente información. No por nada, es sólo para no agobiarle. Pero si está pensando en casarse o acaba de decidir seguir los pasos que dieron el año pasado 7.493 parejas sevillanas, puede que las siguientes líneas le sirvan de ayuda.

Casarse es un momento único en la vida de una pareja. No es un tópico. Como bien explica Guillermo Fernández, uno de los creadores del portal web Zankyou, la boda es «una de esas pocas ocasiones en las que se reúnen todos los seres queridos de una persona». Quizá por eso, novios y novias de hoy se esmeran en hacer de su día B una jornada mágica y digna para el recuerdo.

La sociedad ha cambiado y con ella los matrimonios. Mientras que hace dos décadas era requisito indispensable pasar por capilla para hacer vida en pareja. Ahora es al revés, experimentar la convivencia antes de la formalización matrimonial es casi una obligación. Esa tendencia y la crisis provocaron que la nupcialidad cayera hace un par de años. Sin embargo, cada vez son más las parejas que deciden comprometerse.

Los contrayentes son cada vez más mayores –de los 30 para adelante–, tienen trabajo, independencia económica... Así que se acabó eso de que la boda corre a cuenta del padre de la novia. «La organizan y la pagan los novios», subraya Fernández.

Con la factura en la mano de la pareja, «se reduce el número de compromisos y de invitados». Sin embargo, el coste por persona es algo mayor, apunta el portavoz de Zankyou. Pero... ¿cuánto cuesta una boda? Es una gran incógnita. Algunos dicen 15.000, otros 25.000 de media, pero depende de la pareja, de la ciudad, el tipo de boda...

Todo vale a la hora de que el día B no se convierta en agujero sin fondo en la cuenta bancaria de los novios. Las bodas ya no es cosa de los sábados, también se celebran en viernes o domingo. De hecho, lugares de celebración y caterings suelen hacer precio especial en esos días. Eso sí, en martes, ni te cases ni te embarques.

Los «sí, quiero» tampoco entienden ya de estaciones. Aunque primavera y otoño suelen temporada de bodas, todos los meses se celebran bodas en la provincia. Junio, septiembre y octubre son los meses nupciales por excelencia, superando el millar de enlaces por mes (según los datos de 2015 de la Estadística del Matrimonios del INE). Enero es el menos popular entre los contrayentes, y el año pasado apenas se celebraron 167.

Si el romanticismo se midiese por los «sí, quiero», Andalucía sería la comunidad más romántica de España, ya que es donde más bodas se celebraron el año pasado (29.662). En la comunidad, Sevilla fue la que más enlaces celebró, superando los 7.400.

Bodas de todos los colores. Aquello de pasar por el altar ya es más un dicho que una realidad, y es que cada vez son menos las bodas católicas que se celebran (3.194 en Sevilla durante 2015). Ahora predominan los enlaces por lo civil (4.255). Aunque, el año pasado también se celebraron 13 por los ritos de otras religiones.

Tampoco se limitan a la unión entre una mujer y un hombre, desde su legalización en 2005, los enlaces entre personas del mismo sexo son cada vez más numeroso. Según los últimos datos oficiales, también extraídos del INE pero con fecha del año 2014, de los más de 7.000 enlaces que se celebraron, 130 fueron uniones de homosexuales. Aunque cuando se aprobó la ley eran más numerosas las bodas entre hombres –33 frente a 15 enlaces entre mujeres–, en la actualidad son más numerosas las uniones entre lesbianas (se celebraron 76 bodas frente a 54 entre hombres).

Civil, religiosa, entre homosexuales o entre hombre y mujer, las bodas se han convertido en un evento social por excelencia. Por eso, no escatimar en detalles es preciso para hacer de este día un momento inolvidable no solo para las parejas, sino también para todos los invitados.

El sector nupcial es cada vez más grande. Conforme varía las peticiones de los novios, aparecen nuevos proveedores. Ya no sólo vale con tener en cuenta el lugar de la celebración, el catering o los vestidos de los contrayentes. Una boda es un acontecimiento único e irrepetible y las redes sociales son un aliado para las parejas. Hay mil y un tableros de Pinterest, un sinfín de perfiles en Instagram y los blogs ayudan a tener en cuenta cada detalle, y alguno que se podía escapar. Las novias ya tienen hasta agenda y existen cientos de checklist descargables para tenerlo todo bajo control. Este exceso –en ocasiones– de información ha vuelto a los contrayentes más exigentes. No vale con casarse. La boda tiene que estar hecha a medida, «muy personalizada, cada vez más sofisticada y original y con un factor en la mente: la imagen», resume el portavoz de portal de bodas Zankyou, Guillermo Fernández.

No todos los casamenteros tienen el mismo tiempo para cuidar personalmente cada detalle de su día B. Para ayudarles surgió hace unos años la figura del organizador de bodas o wedding planner. Patricia Cardoso y Miriam Aranda crearon hace seis años BdeBodas, una empresa sevillana que hace realidad el sueño de las parejas que acuden a ellas. Ofrecen desde servicios integrales a parejas que acaban de comprometerse y que no saben por dónde empezar; preparativos a la carta –cuando los novios, por ejemplo, ya tienen el lugar de celebración o el catering– o la coordinación y el protocolo del día B (que empiezan a preparar un mes antes). ¿Encarece con sus servicios la factura? No. BdeBodas trabaja a precio cerrado y no añade cargos al precio de los proveedores. No obstante, puede coger ideas para su boda y conocer el trabajo de los organizadores en la feria Sevilla de Boda, que se celebra en Fibes del 25 al 27 de este mes.

Son muchos los ítems que componen la factura de una boda y es normal que alguno se pase por alto. Dos, en concreto, suelen dar sustos de última hora: el expediente matrimonial y el donativo a la iglesia. Como explican desde BdeBodas, no hay ningún precio estipulado. «En algunas iglesias sí tienen un donativo fijo, pero por lo general es según la voluntad de los novios». Las ceremonias civiles no se libran: algunos ayuntamientos estipulan una tasa por boda, también en los juzgados de paz o los notarios. Y si la ceremonia es en una hacienda u hotel, el precio que se paga es a cargo de la decoración. «Son gastos en los que las parejas al principios no caen», comenta Aranda. Aunque asegura que los lugares de celebración cada vez tienen más información sobre la documentación necesaria. Los papeles no es el único gasto que está en un segundo plano, muchas parejas dejan el tema de las flores para última hora.

Los vestidos de los novios seguirá siendo lo más comentado el día después del enlace. También el menú. Pero también, lo divertido que fue el DJ o grupo en directon o si hubo o no photocall. Como coinciden Aranda y Fernández las bodas cada vez tienen más detalles. No hablamos del alfiler, el típico espejo o el puro. No es criticable, pero son regalos que están desfasados. «Cada vez se reparte menos en las bodas», apunta una de las organizadoras de BdeBodas. Pero se cuidan más los detalles para que sea única y original. Espacios de maquillaje para retocarse las invitadas, cestas con tiritas, laca o desodorante en los baños para que todos sigan en perfecto estado. Bailarinas para ellas en el baile, sombreros panameños para ellos cuando el sol aprieta. Photocall que no falte. Chapas, tarjetas personalizadas con mensaje de agradecimiento para cada invitado, caricaturistas en directo... Y para completar el menú: foodtrucks o buffet libre de postres.

¡Qué gasto más desaprovechado!, les dirán. Cada cual tendrá su opinión. Muchas parejas ahorran durante años para regalarse ese día con sus seres queridos, pero no por ello dejan de ser conscientes de los males que asolan el mundo. Por eso, cada vez es más frecuente el regalo solidario. ¿En qué consiste? En detalles para los invitados cuyo coste se revierte en una acción social. Organizaciones como Intermon Oxfam, Aladina (que ayuda a niños con cáncer), Médicos Sin Fronteras, Semilla para el Cambio (que trabaja en la India) o Unicef, entre otras, ofrecen tarjetones, pulseras y una amplia variedad de detalles de comercio justo. También están las listas de boda solidarias. Dado que muchas parejas ya vivían juntas, lo de montar la casa le quita todo el sentido a las listas de bodas, pero las solidarias permiten a los invitados ‘comprar’ desde cabras, material didáctico o pastillas potabilizadoras de agua para poblaciones que lo necesiten.

Se acabaron las poses imposibles en los álbumes de fotos o las mil y una páginas interminables. Los vídeos ya no volverán a ser soporíferos. Hay una nueva industria audiovisual: la nupcial. Y hace verdaderas virguerías, apunta uno de los creadores de Zankyou. Son cientos los fotógrafos y videógrafos especializados en el día B. Todo vale. Dos o tres cámaras, drones, stadycams... Todo por hacer del vídeo de tu boda, una película digna de un Goya. Fotos y vídeos con un alto grado de romanticismo, siguiendo el estilo clásico, rompedoras o haciendo de todos los invitados unos verdaderos protagonistas. La imagen, como recuerda Fernández, es el centro de toda boda hoy en día. Por eso, el trabajo del fotógrafo y del videógrafo se complementa con photocalls, fotomatones, cámaras desechables en las mesas y los móviles de los invitados, que publican en directo y bajo hashtag todos los momentos del día.

Ya no vale con servir un buen menú. Ahora, además de preparar el atuendo de los contrayentes y de organizar la ceremonia, el banquete y la barra libre, tiene que tener en cuenta que muchos invitados vienen de fuera y tienen que alojarse en la ciudad. Un consejo, contrate a una organizadora de eventos. Como apunta Aranda, «el servicio de wedding planner no está pensado solo para los novios, también para los invitados». Ayudan a buscar peluquería, niñeras o incluso cuidadores de mascotas. Pero si se quiere liar la manta a la cabeza, dos consejos: busque hoteles cercanos entre ellos y que estén próximos al lugar de la ceremonia. Intente cerrar un precio con antelación; cuanto mayor sea el grupo, mejor. Y ahora dele a elegir a su invitado. ¿Por qué deben estar cerca los hoteles unos de otro? Porque los autobuses –servicio que no solo está de moda sino que previene muchos accidentes– suelen hacer solo una o dos paradas a la vuelta.

Sevilla es una de las ciudades más románticas del planeta. No hay discusión. La belleza de la ciudad, el clima cálido y unos precios más competitivos atraen a muchas parejas extranjeras hasta el Guadalquivir para darse el «yes, I do» («sí, quiero» en inglés). En torno al 40 por ciento de las bodas que organizan Cardoso y Aranda es de contrayentes extranjeros, explican. Parejas de estadounidenses, franceses y alemanes, sobre todo, eligen Sevilla como destino nupcial. De hecho, el año pasado nueve de ellas venían directamente desde la Gran Manzana. El 90 por ciento de los enlaces que organizan suelen ser de personas que viven fuera de la ciudad y que bien porque les gusta Sevilla (como en el caso de los extranjeros) o porque tienen familia aquí la eligen para casarse. Agencias como Bodas del Sur han visto en el público extranjero un filón, y son especialistas en convertir Andalucía en un escenario de ensueño para los contrayentes extranjeros.