Una década ondulante de radio comunitaria

Radiopolis cumplió en octubre diez años en antena. Mantiene su sello cultural mientras diversifica su parrilla de contenidos

11 dic 2016 / 22:52 h - Actualizado: 12 dic 2016 / 07:00 h.
"Radio","Sevilla en las ondas"
  • Radiopolis lleva ya más de diez años como adalid de la cultura, con medio centenar de programas en antena. / El Correo
    Radiopolis lleva ya más de diez años como adalid de la cultura, con medio centenar de programas en antena. / El Correo
  • Ismael González y María Limón junto a Isabel Ojeda. / El Correo
    Ismael González y María Limón junto a Isabel Ojeda. / El Correo
  • El Gran Wyoming participó en un reciente programa. / El Correo
    El Gran Wyoming participó en un reciente programa. / El Correo
  • La torre de Cambio de Agujas, sede de la emisora Radiopolis. / El Correo
    La torre de Cambio de Agujas, sede de la emisora Radiopolis. / El Correo

Si dejamos al margen las emisoras convencionales y/o de cariz comercial y pensamos en una radio que identifique a Sevilla, enseguida nos vendrá a la mente Radiopolis. Adalid de la cultura desde que debutó en antena allá por el mes de octubre de 2006, ha atravesado –por mor de la desaparición de la subvención municipal– estos últimos ejercicios una ardua crisis económica que le ha obligado a redefinir su modelo y su gestión. Una «travesía del desierto», como lo define María Navarro Limón, su actual directora, de la que la emisora ha salido airosa gracias al tesón denodado de un grupo de fieles apasionados de las ondas.

Radiopolis empezó a emitir a finales de 2006 por iniciativa de la asociación Endanza, radicada en el barrio de San Luis, y merced al impulso otorgado por Izquierda Unida, que incluyó el proyecto en sus presupuestos participativos de 2005. Con un muy digno presupuesto anual de 50.000 euros, la emisora vivió unos años de crecimiento y desarrollo.

Así hasta 2010. De ese año quedó por liquidar parte de la subvención del Ayuntamiento. Entró en el gobierno de la ciudad el Partido Popular y comenzaron los problemas para Radiopolis. «Y eso que Zoido, cuando aún era candidato a la alcaldía, nos dijo que era un proyecto que le gustaba mucho». Adiós a las subvenciones, pues, que obligó a reinventarse a una emisora a la que hacía unos meses había llegado María para dirigir un programa a modo de agenda cultural con entrevistas y que lleva por nombre El limón revoltoso.

El entonces presidente de la asociación, Alfonso Caballero, convocó una asamblea de urgencia «para ver qué podíamos hacer. Se decidió organizar un festival en El Alamillo para recaudar fondos, en el que tocaron todos los grupos de rock de Sevilla, más de veinte», evoca orgullosa María Limón.

Poco después entró una nueva junta directiva, con ella al frente. «Estuvimos redefiniendo el medio, viendo otros modelos de radio comunitaria (Radiopolis pertenece a la red estatal), otras maneras de financiarnos». Y se optó por imponer un sistema de cuotas tanto para socios (cinco euros mensuales) como para los colectivos que estaban detrás de los programas (entre 30 y 60€).

CON EL TEJIDO ASOCIATIVO

Esta nueva, y obligada, realidad trajo consigo un nuevo enfoque, en el que la emisora reforzó sus vínculos con el tejido asociativo de la ciudad, entre otras cosas por la coincidencia en el tiempo con el movimiento 15M.

«La radio tenía al principio un componente esencialmente cultural y musical y ahora un perfil más equilibrado», con presencia de temas medioambientales, de mujer, de la memoria histórica, de economía social... que complementan los musicales (jazz, flamenco, hip hop, clásica y barroca, pop-rock) y la agenda cultural. En total, «unos 50 programas, va oscilando la cifra entre 48 y 52», apunta Limón, de los que «tenemos una decena de espacios musicales locales».

Uno de los veteranos de la emisora es Ismael González, vocal de Cultura y Música de Radiopolis y que presenta El legado de Gracita Morales, un programa de los más longevos junto a Sintonía Laica, hasta el punto de que en octubre de 2017 cumplirá nada menos que diez años.

Es, por otro lado, una emisora «abierta a la ciudadanía» en la que cualquier persona o colectivo puede participar. Es más, si el interesado no tiene experiencia en la radio se le da formación (asesoría con la escaleta, guión, locución...), algo que «antes no se hacía y que me parece importante», dice María, ya que Radiopolis defiende como uno de sus valores más sólidos «la reivindicación del derecho a la comunicación».

Un equipo de profesionales (cuatro o cinco personas) se encarga a diario de gestionar el medio, que tiene «un grupo de colaboradores amplio» que además ayuda «por ejemplo, cuando se organiza el festival anual de música».

Un evento ya clásico (empezó en 2012 y van seis ediciones) con el que se pretende «visibilizar la música local». Y que, por cierto, podría sufrir un giro para el año que viene. «Ahora mismo hay tal proliferación de grupos que lo estamos repensando, quizás hagamos varios eventos pequeños durante el año en vez de uno de mayor entidad, ya que se van tres meses de trabajo intensísimo. Hasta ahora había sido rentable, pero hay una sobredosis de oferta musical», razona.

LA TORRE ENCENDIDA

Otras actividades ya asentadas son los conciertos en la planta superior de la torre (La Torre Encendida se llaman), el maratón anual de radio en primavera, que lleva tres años (en 2016 se celebró durante 10 horas por los 10 años de la emisora, de 10 a 22 horas); o la Semana de la Cerveza Artesana, con firmas andaluzas y conciertos.

En el 88.0 del dial, Radiopolis emite de 8 a 2 de la madrugada, aunque la producción en directo va de 17 a 23 horas, además de espacios puntuales por las mañanas y un informativo local a la semana (viernes de 14 a 15 horas, repetido los sábados).

Con el actual gobierno del PSOE se ha recuperado una subvención a través de Participación Ciudadana, la cual combinan con las cuotas, que «nos sirven para sostener la viabilidad e independencia del medio. No somos competencia ni lo queremos ser de las radios comerciales», concluye María Limón.

A VUELTAS CON LA SEDE

La llegada del PSOE al Consistorio a mediados de 2015 acabó con la zozobra que vivía en los últimos tiempos Radiopolis, que se libró por los pelos de tener que abandonar la que ha sido su sede desde los inicios, la Caseta de Cambio de Agujas de Renfe. María Limón recuerda que «acabando el mandato de Zoido vino un funcionario de Urbanismo diciendo que nos teníamos que ir porque iba a ocupar ese emplazamiento la compañía de teatro La Imperdible. Hubo una campaña muy sonada que se llamó Radiopolis se queda, en la que recibimos muchos apoyos que nos ayudaron a resistir». Los gestores de la emisora tuvieron que ingeniárselas: «Estuvimos mareándoles para dilatar el tema y se acabó el mandato», evoca traviesa.

A raíz de la salida del PP del Ayuntamiento cambiaron las cosas, sobre todo porque «IU y Participa Sevilla incluyeron nuestra petición en el compromiso que facilitó la investidura de Espadas».

Aunque hay «buena sintonía» con la delegación de Cultura que dirige Antonio Muñoz, y con Isabel Ojeda, directora general, la incertidumbre sigue ahí. «Nos reunimos en octubre con Muñoz y quedó en que el tema –la cesión del espacio durante 20 años– estaría solucionado en noviembre. Sabemos que hay una voluntad expresa y un documento cerrado, pero no entendemos a qué se debe esta dilación, resulta cansino», se queja Limón, que espera una pronta solución «porque nos están impidiendo desarrollar proyectos».