La custodia compartida de los hijos en caso de divorcio ha dejado de ser excepcional tras la última reforma del Código Civil que impulsó su normalización. La fórmula que se establezca para ello la determinan los jueces, siempre que sea posible previo acuerdo de las partes. Ante la petición del padre de una niña de fijar un régimen de custodia compartida, la titular del juzgado de Primera Instancia número 6 de Sevilla, María José Cuenca, ha dictado un auto de medidas cautelares, hasta determinar un régimen definitivo que obliga a una niña a cambiar de casa a diario para vivir cada día con uno de sus progenitores, siendo la pequeña la que cambia de domicilio.

El auto, al que ha tenido acceso este periódico, fija que la niña viva los lunes y miércoles con su padre, que actualmente reside en casa de los abuelos de la pequeña, y los martes y jueves con su madre, a la que en principio se ha atribuido el domicilio familiar en el acuerdo de divorcio. Los fines de semana, desde el viernes a la salida del colegio, los pasa alternativamente con cada progenitor, al igual que las vacaciones.

La custodia compartida fue solicitada por el padre cuyo abogado, Fernando Galisteo, del bufete Gavidia, reconoció que su propuesta inicial fue que la niña alternara su estancia con cada progenitor por semanas.

No obstante explicó que la jueza decidió este sistema que admitió que no es habitual teniendo en cuenta factores que lo facilitan como la proximidad entre ambos domicilios y de éstos con el colegio de la niña, la jornada laboral de ambos progenitores y la buena relación entre ellos.

En este sentido, el letrado mostró su satisfacción por haber logrado la custodia compartida y señaló que con este sistema, si se constata que no afecta a la niña, se logra mantener una relación «fluida» con ambos padres que es el objetivo. De momento asegura que la niña se ha adaptado bien y en cada casa tiene su propio cuarto y ropa por lo que «no está con la maleta a cuestas». Con todo, en la vista definitiva se valorará el funcionamiento de esta fórmula y se escuchará a la niña.