Una testigo protegida reconoce a los acusados del crimen de las cuñadas: «Yo sé que son ellos»
Durante su declaración, esta mujer ha asegurado que vio a la víctima esa misma mañana sobre las 9,00 en la guardería y a las 9,30 en la panadería y que cuando llegó a su casa, unos minutos después, una vecina le dijo que en la vivienda de la fallecida «pasaba algo» y fue cuando, desde su propia casa, situada en frente, escuchó los gritos: «Socorro, que me matan».
Una testigo protegida ha reconocido este martes en la segunda sesión del juicio del crimen, conocido como el de las cuñadas, a los tres acusados --dos hermanas y el que era novio de una de ellas-- como las personas que presuntamente le asestaron 61 cuchilladas a la que era su cuñada en su vivienda de La Rinconada el 19 de abril de 2016. "Ahora que los he visto cara a cara, yo sé que son ellos. No tengo dudas, lo digo con seguridad absoluta", ha señalado esta testigo en la vista, en la que ha declarado por videoconferencia y tras una mampara en otra sala de la Audiencia de Sevilla.
Durante su declaración, esta mujer ha asegurado que vio a la víctima esa misma mañana sobre las 9,00 en la guardería y a las 9,30 en la panadería y que cuando llegó a su casa, unos minutos después, una vecina le dijo que en la vivienda de la fallecida "pasaba algo" y fue cuando, desde su propia casa, situada en frente, escuchó los gritos: "Socorro, que me matan".
Por estos hechos, la Fiscalía pide para cada investigado --los tres se encuentran en libertad-- una pena de 25 años de cárcel al considerar que estas tres personas la golpearon "violentamente" y la apuñalaron "en la espalda y cuello de forma repetida hasta que al arma utilizada se le rompió la hoja tras asestar hasta 61 cuchilladas", según recoge en su escrito, consultado por Europa Press.
Esta fue la misma testigo que dos años después de los hechos, en 2018, tras una nueva rueda de reconocimiento aseguró que otra hermana de las acusadas, E.N.S., con la que guarda un parecido físico y que llevaba 26 meses en prisión preventiva por estos hechos, "no era la que había salido aquella mañana de la casa y se había montado en un coche", quedando archivada su causa, sino que era otra hermana, C.N.S., que entró en la cárcel tras esta declaración y tras reconocerla en otra rueda fotográfica. De hecho es una de las que está siendo juzgada.