Voto de calidad, la llave municipal

En el Ayuntamiento hispalense se ha recurrido a esta fórmula en distintas ocasiones, aunque nunca para un presupuesto. Monteseirín la empleó durante su gobierno en coalición con IU

13 mar 2017 / 07:58 h - Actualizado: 13 mar 2017 / 08:02 h.
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  • En julio de 2010, Monteseirín recurrió al voto de calidad para continuar con las obras de las Setas. / Javier Cuesta
    En julio de 2010, Monteseirín recurrió al voto de calidad para continuar con las obras de las Setas. / Javier Cuesta
  • Muñoz ya empleó la fórmula en los presupuestos de Urbanismo de 2016. / J.L. Montero
    Muñoz ya empleó la fórmula en los presupuestos de Urbanismo de 2016. / J.L. Montero
  • Para el PP fue clave en algunas juntas de distrito. / Javier Díaz
    Para el PP fue clave en algunas juntas de distrito. / Javier Díaz

El alcalde de Sevilla, Juan Espadas, tendrá que recurrir al voto de calidad para sacar adelante sus segundos presupuestos. Los votos de los concejales en el Ayuntamiento de las distintas fuerzas políticas municipales supondrán un empate que solo podrá dirimirse gracias a esta fórmula contemplada en el reglamento.

Hasta la fecha, el regidor hispalense, que gobierna en minoría, solo cuenta con el apoyo de los tres concejales de Ciudadanos. Sus votos junto a la abstención de los tres ediles de Participa Sevilla, que esperan que se confirmen las cuatro condiciones que pusieron al gobierno local, propiciarían un empate en el pleno del próximo martes ya que tanto PP como IU darán un no a las cuentas de este 2017.

El uso de este recurso es más usual de lo que parece. En la reciente historia del Consistorio hispalense son varias las ocasiones en las que se ha recurrido a este privilegio para sacar adelante decisiones. Si bien es cierto que hasta el momento nunca se había empleado para dar luz verde a un presupuesto municipal también lo es que sí se recurrió a él en decisiones de calado.

Al igual que ha sucedido este año, en 2016 los presupuestos de la Gerencia de Urbanismo han salido adelante gracias a que el delegado de Hábitat Urbano, Cultura y Turismo, Antonio Muñoz, hizo uso de esta fórmula. El Consejo de Administración está compuesto por tres representantes de PSOE y PP así como con uno de Ciudadanos, Participa Sevilla e IU. Una distribución que propició un empate en las votaciones. El pasado año fueron PSOE y Ciudadanos quienes apoyaron las cuentas y PP junto a Participa Sevilla quienes las rechazaron. IU optó por la abstención. Muñoz, por tanto, hizo uso del voto de calidad para sacarlas adelante. Esto mismo ha sucedido este año aunque fue IU quien votó en contra junto al PP y Participa Sevilla el que votó por la abstención.

El voto de calidad es, como resulta evidente, una posibilidad a la que han recurrido los gobiernos locales cuando han estado en minoría en Plaza Nueva. Aunque también tiró de él el PP durante su mandato. Si bien es cierto que la mayoría absoluta con la que contaba en el pleno del Ayuntamiento facilitó la aplicación de su política, algunos de sus concejales emplearon el voto de calidad en las juntas municipales de distrito.

El artículo 35 del reglamento de las juntas municipales de distrito contempla que, en el caso de una votación con resultado de empate, será el voto de calidad del delegado del distrito el que decida. En el año 2013, fue el entonces delegado del distrito Este-Alcosa-Torreblanca, Ignacio Flores, quien solventara el empate con su voto de calidad a una propuesta del grupo socialista en la que se pedía al Ayuntamiento de Sevilla iniciar los trámites para la reversión del solar de la Asociación Remar en Sevilla Este, por haber «incumplido» el convenio sobre el derecho de superficie de la parcela municipal.

Un año después, esta normal fue la que salvó a José Luis García, delegado entonces del distrito Sur, de una propuesta presentada por cinco entidades vecinales y apoyada por el grupo socialista e IU, en la que pedían su inmediata dimisión «ante su pésima actitud en las sesiones plenarias».

Pero si hay alguien que haya recurrido al voto de calidad en momentos clave ese ha sido el exalcalde socialista Alfredo Sánchez Monteseirín. Fue durante su último mandato, en el que estuvo gobernando en coalición con IU, en el que la fórmula, también recogida en el reglamento del pleno del Ayuntamiento hispalense, resultó clave en momentos decisivos.

El entonces regidor de la ciudad hizo uso de esta posibilidad allá por junio de 2010. El pleno debatía entonces la segunda modificación de las cuentas que harían posible la construcción, o la finalización, de las Setas de la Encarnación. Eran 13 los millones de euros necesarios, que se sumarían a los 17 de la primera modificación, para hacer frente a la ejecución del modificado elaborado por el arquitecto alemán Jürgen Mayer. En el plenario se produjo un empate a 15 debido a que IU se abstuvo y dejó a su socio de gobierno solo en la votación. Monteseirín decidió entonces y con su voto de calidad la modificación fue aprobada.

Solo ocho meses después se produjo un nuevo empate. De nuevo un 15 a 15 (PP-PSOE) debido a que la formación de izquierdas, entonces liderada por Antonio Rodrigo Torrijos, volvió a optar por la abstención en la votación de una moción presentada por el PP en la que se pedía la creación de una comisión de investigación política de las irregularidades en la gestión de Mercasevilla. Era la cuarta vez que los populares llevaban al pleno la petición y Monteseirín usó su voto de calidad para impedir que saliera adelante.

En el pleno de mañana, Espadas volverá a recurrir a esta fórmula más habitual de lo que parece para gobernar.