Conflicto

El cisma de Belorado: un obispo excomulgado, una operación inmobiliaria y unas monjas que abandonan la Iglesia

16 monjas clarisas de Belorado anuncian que abandonan al Papa, acusando a Roma de frenar la venta de un convento que tienen en propiedad

El arzobispo de Burgos pide a las clarisas "entablar diálogo" e insinúa que el obispo expulsado de la Iglesia al que deben obediencia se ha encerrado con ellas en el convento

La comunidad religiosa de Clarisas de Belorado (Burgos). / EFE

Roberto Bécares

El polémico abandono de las Clarisas de Belorado en Burgos y Orduña (Vizcaya) de la Iglesia Católica va camino de convertirse en el culebrón del verano. Las monjas, conocidas en su día por sus artes culinarias -famosas son sus trufas-, anunciaron el lunes que abandonaban la Iglesia Católica para pasar a estar bajo la tutela y jurisdicción de Pablo de Rojas Sánchez-Franco y su llamada Pía Unión Sancti Pauli Apostoli, que no están en comunión con Roma y cuyo fundador fue excomulgado en 2019. Detrás del trasunto, entre otras cosas, algo tan mundano como una operación inmobiliaria. 

"Ha sido todo de la noche al día", explicaba esta mañana en una entrevista en Espejo Público Mario Iceta, actual arzobispo de Burgos, que ya ha puesto en conocimiento de la Santa Sede la intención de esta comunidad de religiosas de abandonar la Iglesia. Iceta ha pedido a las clarisas "entablar un diálogo" que "hasta ahora no ha sido posible". 

Según explica el arzobispo, ha tratado sin éxito de llamar hasta en dos ocasiones a sor Isabel de la Trinidad, la abadesa de esta comunidad formada por dieciséis monjas que firmó el comunicado de abandono de la Iglesia reconociendo como último pontífice válido a Pio XII y acusando a los papas posteriores de herejía. Ayer, cerraron el convento a cal y canto, dejando sin la misa habitual a los fieles. 

Iceta, ha explicado que varios factores se han sumado en esta polémica. "En primer lugar se trata de unas religiosas que quieren salirse de la iglesia católica. Es un tema que hay que explorar en caso de que todas las monjas quieran abandonar la iglesia católica y someterse a la jurisdicción de Pablo de Rojas”, dice Iceta, que ha añadido que quieren conocer de verdad qué piensan todas las hermanas ya que el comunicado solo lo firma sor Isabel de la Trinidad: "Sor Isabel dice que todas las monjas están de acuerdo en abandonar la iglesia católica, pero solo aparece su firma, la de ninguna monja más. Me gustaría conocer si efectivamente esa firma está respaldada por las otras 15 monjas. Hoy por hoy, no me consta... No vamos a tomar medidas hasta tener un conocimiento profundo de la situación". El arzobispo ha revelado a su vez que se cree que el obispo excomulgado se ha encerrado en el convento con las clarisas.

Varias de las monjas clarisas durante Madrid Fusión, en una imagen de archivo. / EFE

De acuerdo al arzobispo, que se da la circunstancia de que fue quien excomulgó como arzobispo de Bilbao a Pablo de Rojas Sánchez-Franco, "parece ser que también se trata de un tema inmobiliario con unas propiedades. Nosotros no tenemos ningún problema con las propiedades, cada institución de la iglesia tiene sus propias propiedades y aquí el arzobispado ni entra ni sale”.

En su comunicado, las clarisas aseguraban que el origen de su decisión es la "persecución" que, según denuncian, sufren por parte de superiores, pastores, hermanas y sacerdotes como ejemplifica, según su comunicado, la decisión de Roma de "bloquear" su solicitud para poder vender un convento que tienen en propiedad y que está vacío en Derio, en Vizcaya, para poder así hacer frente a la compra del monasterio de Orduña, perteneciente a la Diócesis de Vitoria y con la que tenían un acuerdo de compraventa.

Al no obtener el permiso para vender el monasterio de Derio, plantearon como alternativa que un comprador ajeno a la orden abonara el millón de euros que queda pendiente para la compra del monasterio de Orduña, para que, cuando ellas pudieran devolver ese dinero, el benefactor transfiriera el convento a las Clarisas.

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Sin embargo, la operación no se llegó a cerrar ante las dudas de la Diócesis sobre la identidad del comprador interpuesto, lo que motivó la rescisión del acuerdo de compraventa por parte de la Diócesis de Vitoria. Desde la comunidad de Belorado se pidió entonces una indemnización de 1,6 millones de euros por supuestas obras realizadas, una reclamación que está actualmente en los tribunales.

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