Economía

Los tres requisitos para eliminar tus deudas de hasta 10.000 euros con la Ley de Segunda Oportunidad

La Ley de Segunda Oportunidad, también conocida como mecanismo de segunda oportunidad, es una herramienta legal que ofrece a particulares y autónomos la posibilidad de reestructurar o cancelar sus deudas de forma extrajudicial

Archivo - Billetes de 50 euros. / CAF - Archivo

El Correo

La Ley de Segunda Oportunidad, también conocida como mecanismo de segunda oportunidad, es una herramienta legal que ofrece a particulares y autónomos la posibilidad de reestructurar o cancelar sus deudas de forma extrajudicial.

¿Quiénes pueden acogerse a la Ley de Segunda Oportunidad?

Personas físicas que sean deudores de buena fe.

Trabajadores autónomos que se encuentren en situación de insolvencia.

Las deudas que no se pueden cancelar legalmente son:

Las deudas de alimentos, tanto a los hijos como a otros parientes.  

Deudas derivadas de condenas penales.

Deudas públicas por encima del límite legal. Desde la reforma de la Ley de Segunda Oportunidad de 2022 se ha fijado un límite máximo de 10.000 euros de deuda con Hacienda y otros 10.000 euros de deuda con la Seguridad Social.

Deudas con garantía real, por ejemplo la deuda por una hipoteca.

Las deudas que sí pueden cancelarse son:

Préstamos y créditos (préstamos ICO, créditos al consumo, microcréditos, préstamos de vehículos, etc.).

Deudas de tarjetas de crédito.

Facturas y deudas con proveedores.

Facturas y deudas de suministros.

PDE Real Decreto-ley 1/2015 | Ley de Segunda Oportunidad

PDE Real Decreto-ley 1/2015 | Ley de Segunda Oportunidad

Requisitos generales:

Situación de insolvencia: El deudor debe demostrar que se encuentra en una situación de insolvencia actual o inminente, es decir, que no puede hacer frente a sus obligaciones de pago de forma ordinaria.

Buena fe: El deudor debe actuar de buena fe durante todo el procedimiento. Esto implica no haber ocultado bienes, no haber realizado actos fraudulentos y haber intentado alcanzar acuerdos extrajudiciales con sus acreedores. El concepto de «buena fe» se refiere al comportamiento honesto, leal y sincero que la persona tiene al asumir sus deudas, es un principio general del Derecho que tiene especial validez en esta ley. Este principio obliga a que el deudor haya intentado, dentro de sus posibilidades, cumplir con sus obligaciones y buscar soluciones adecuadas antes de acogerse a la ley.

No haber sido condenado por delitos económicos: El deudor no debe haber sido condenado por delitos económicos, contra el patrimonio o contra la Seguridad Social en los últimos 10 años.

Mínimo dos deudas: Para acogerse a esta ley es necesario tener deudas con al menos dos acreedores diferentes. Estas deudas pueden haberse contraído con proveedores, entidades financieras, Hacienda, Seguridad Social, entre otras posibilidades.

No haber sido declarado culpable en concurso: El deudor no debe haber sido declarado culpable en un concurso de acreedores previo.

Carencia de patrimonio suficiente para pagar: La Ley de Segunda Oportunidad está pensada como salida para las personas que no cuentan con otras posibilidades de sanear su situación económica. Por lo tanto, el sobreendeudamiento no es razón suficiente para acceder a ella. 

Otros requisitos:

Intentos de acuerdos extrajudiciales: Es recomendable que el deudor haya intentado previamente llegar a acuerdos extrajudiciales de pago con sus acreedores.

Colaboración con el Juzgado: El deudor debe colaborar activamente con el Juzgado durante todo el procedimiento.

¿Qué se puede conseguir con la Ley de Segunda Oportunidad?

Reducción o exoneración de la deuda: En algunos casos, se puede conseguir la exoneración total o parcial de la deuda.

Plan de pagos: En otros casos, se puede establecer un plan de pagos viable para el deudor, que le permita saldar su deuda en un plazo determinado.

Limpieza del historial crediticio: Una vez finalizado el procedimiento de manera satisfactoria, se puede cancelar la inscripción de los impagos en el Registro de Morosos.

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Es importante tener en cuenta que la Ley de Segunda Oportunidad no es una solución automática para todas las personas con deudas. Se trata de un procedimiento complejo que requiere el asesoramiento de un abogado especializado en la materia.

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