FENÓMENO SOCIAL

BallerinaFarm, la 'tradwife' más viral de las redes: "Di a luz y a los 12 días me presenté a Miss Mundo"

La 'esposa tradicional', que acumula más de nueve millones de seguidores en redes, explica a la revista 'The Times' cómo pasó de ser una bailarina de ballet en la universidad más prestigiosa del mundo, a tener ocho hijos con 33 años y criarlos "sin ayuda"

Hannah Neeleman, o BallerinaFarm, la 'tradwife' con más seguidores en las redes sociales.

Hannah Neeleman, o BallerinaFarm, la 'tradwife' con más seguidores en las redes sociales. / Instagram

R.S

Los medios y las redes sociales llevan días saturando el debate sobre el caso de Roro, la joven tiktoker que acumula millones de seguidores en Instagram haciendo recetas imposibles a su novio, que suscita la eterna incógnita de si es (o no) una tradwife, o dicho de otra forma, una mujer tradicional.

Mientras este fenómeno crece como la pólvora en redes sociales enseñando un estilo de vida que promueve lo mejor de ser ama de casa, la pionera y más popular tradwife, Hannah Neeleman, madre de ocho hijos con 33 años, ha hablado por primera vez con la revista The Times, y su testimonio, de nuevo, ha despertado a los más reaccionarios protagonizando titulares en la prensa de todo el mundo.

La vida de Hannah Neeleman es digna del guion de una película. Reúne más de nueve millones de seguidores en Instagram (bajo el nombre @ballerinafarm), casi nueve en TikTok, y más de un millón en Youtube.

Lo ha conseguido a base de compartir su vida con ocho hijos en una granja de Utah, en la que está prohibido comer comida preparada y la leche que se bebe está recién ordeñada de las vacas.

'The Times' habla con BallerinaFarm

La revista The Times ha publicado en exclusiva una entrevista con Neeleman, y el éxito del reportaje ha sido tal, que la periodista Megan Agnew ha tenido que publicar una segunda entrega.

Tal como explica la periodista, Neeleman, quien es BallerinaFarm en las redes, nació en una familia mormona, una religión que no está aceptada por la Iglesia Católica y que tiene cánones muy conservadores y herméticos. Desde muy joven descubrió su vocación por el baile, y a los 18 años entró como estudiante de ballet en Juilliard, la universidad con el porcentaje de admisión más bajo del mundo, y que en su disciplina, solo admite 24 alumnos por curso.

Todo apuntaba a una carrera como bailarina de ballet prometedora. Sin embargo, al poco tiempo conoció a su actual marido, Daniel Neeleman, también criado en la religión mormona. Una jovencísima Neeleman de 20 años lo conoció en un avión porque Daniel, quien ya se había fijado en ella, movió hilos para coincidir en el mismo vuelo que ella.

Empezaron a salir, contrajeron matrimonio a los dos meses y a los tres meses de casados ella se quedó embarazada. Se convirtió en la primera alumna de Juilliard que se quedaba embarazada. Tuvo que dejar sus estudios, porque su ya marido le convenció de ello, y al abandonarlos, también abandonó sus sueños.

"No siempre quise esta vida. Me fui de casa a los 17 años y estaba emocionada de llegar a Nueva York, me encantaba la energía de la ciudad. Y quería ser bailarina, era buena", cuenta Neeleman en su entrevista en The Times.

La periodista, que intenta durante toda la entrevista estar a solas con Neeleman y no lo consigue, deja entrever la autoridad que muestra el marido en la familia y lo sacrificada que es la vida de esta tradwife instagramer. La exbailarina ha dado a luz ocho veces, pero no tiene ayuda en casa.

En sus vídeos, que tienen millones de visitas, se aprecia a una Neeleman haciendo pan de masa madre, pasteles, pasta artesanal, ordeñando vacas, y cocinando todo tipo de potajes, y siempre con sus hijos en brazos y apareciendo ante la cámara.

No siempre quise esta vida. Me fui de casa a los 17 años y estaba emocionada de llegar a Nueva York

Hannah Neeleman

— Tradwife y Miss America. Reúne millones de seguidores en su cuenta @ballerinafarm

De hecho, en la propia entrevista su marido asegura que su mujer a veces está tan cansada que enferma y no puede levantarse de la cama durante una semana.

No es sorprendente, llegados a este punto, que Hannah Neeleman afirme que ha tenido siete de ocho hijos sin ningún tipo de analgésico, por petición de su marido, y seis de ellos en la habitación de su casa. "Solo en una ocasión me pusieron epidural y mi marido no estaba conmigo", reconoce en la entrevista, a lo que confiesa "fue genial".

De ama de casa a Miss Mundo

Hannah Neeleman proyecta en redes sociales la imagen del ama de casa perfecta, según los cánones tradicionales y conservadores. Es guapa, tiene un cuerpo atlético, es buena madre, atenta, trabajadora, se sacrifica. A todo esto, se le suma su carrera en los concursos de belleza. En 2021 fue Miss Utah, en 2022 se convirtió en Miss America y en 2023 perdió ante Alemania el título de Miss Mundo.

Durante esas semanas alrededor del certamen Neeleman aumento significativamente sus seguidores en redes sociales por un motivo: se presentaba a Miss Mundo tras haber sido madre 12 días antes. Un acontecimiento que generó mucha controversia entre sus seguidores y no seguidores. Su contenido, muy explícito, la han convertido en un fenómeno que abre el debate sobre el feminismo y el rol de la mujer en el hogar.

A la pregunta de si es feminista, Neeleman no sabe responder con claridad, sobre quién dirige la casa asegura que es un rol repartido con su marido, pero los actos dejan entrever que no es así, y sobre su propia vida, como decidir su carrera profesional, o escoger cómo va a dar a luz a sus hijos, no puede tomar decisiones por sí misma o sola.

Este ejemplo de vida tradicional que recuerda a la que muchas mujeres vivieron en siglos pasados, acentúa muchos debates, pero a su vez, despierta un misterio: ¿por qué un estilo de vida tan alejado al que las mujeres feministas defienden en la actualidad genera millones de seguidores a una tradwife como Neeleman? ¿Qué consecuencias tiene el auge del fenómeno de la mujer tradicional?, ¿Se puede comparar el perfil de la tiktoker Roro al de una verdadera mujer tradicional?

Es un debate que no tiene una respuesta correcta o incorrecta y que está en pleno momento de análisis y de reflexión. Y si no, es tan sencillo como leer los cientos de miles de comentarios que se concentran en cada una de las publicaciones de la exbailarina estadounidense, donde se cuecen miles de debates a cerca de las consecuencias de este movimiento.

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