Crisis hídrica

Gestión eficiente del agua, clave ante el desafío ambiental

Aqualia ofrece soluciones tecnológicas personalizadas para un uso eficiente de los recursos hídricos en el ámbito doméstico e industrial

Biofactoría de Mérida. / Aqualia

Al hablar de sostenibilidad empresarial, es habitual pensar en la huella de carbono y lo importante que es el cálculo y la reducción de emisiones a nivel corporativo. Sin embargo, el cuidado del medioambiente implica acciones centradas en muchas otras áreas, como la conservación de la biodiversidad, la buena gestión de recursos y el ahorro de agua.

La huella hídrica es un indicador que mide el volumen de agua utilizada, ya sea directa o indirectamente, para producir bienes y prestar servicios. Dicha medida es aplicable tanto a corporaciones como a países o individuos, y reducirla es fundamental para garantizar un uso responsable de los recursos naturales.

En el noveno aniversario de la declaración de los 17 Objetivos de Desarrollo Sostenible, que se celebró el pasado 25 de septiembre, Naciones Unidas pone el foco en el ODS 9, que se centra en la necesidad de construir infraestructuras resilientes, promover la industrialización sostenible y fomentar la innovación. Y, aunque se han logrado avances, el balance empresarial a mitad de la Agenda 2030 apunta que todavía existen desafíos importantes. Por ejemplo, el 80% de las aguas residuales se devuelven al medioambiente sin tratamiento adecuado y solo el 12% de las empresas encuestadas establecen objetivos de control de la contaminación del agua a nivel corporativo.

Compromiso con las empresas

Para mejorar esta tendencia, las industrias deben apoyarse en compañías especializadas con experiencia tanto en el tratamiento como en la depuración de aguas en casos heterogéneos y que promuevan la innovación para adaptarse a cualquier casuística. Desde hace más de 50 años, Aqualia presta servicio, a través de su filial Aqualia Industrial, a compañías alimentarias, químicas, farmacéuticas, petroquímicas, mineras, aeronáuticas y otros muchos modelos de negocio. De este modo, ofrece soluciones para garantizar el acceso al agua potable y asegurar su tratamiento adecuado antes de devolverla al medio ambiente, acompañando a sus clientes en el camino hacia la sostenibilidad y logrando que, gracias a una depuración eficiente, estas empresas mantengan la productividad.

Este espíritu se materializa en resultados concretos a través de distintas iniciativas:

Pulsa para ver más contenido para ti
  • Mediante el desarrollo de tecnologías limpias y ambientalmente responsables que den respuesta a la heterogeneidad del sector industrial, ya que cada empresa requiere de soluciones personalizadas. Así se hizo en el caso de la Central Termosolar de Villena (Alicante), donde es inevitable el uso de grandes cantidades de agua. Aqualia Industrial optó por implementar una batería de tecnologías de última generación que permitió dar funcionamiento completo a la planta a partir de aguas de distintos orígenes, incluida la residual bruta.
  • Fomentando la innovación tecnológica con una estrategia de I+D+i que incluye el desarrollo de nuevas tecnologías que mejoran la eficiencia y la sostenibilidad de sus servicios. Aqualia ha implementado en el mercado industrial productos como los flotadores de tercera generación (DAFAST), que se utilizan para mejorar la eficiencia en la separación de sólidos y líquidos en las plantas de tratamiento; o los filtros de arena de lavado en continuo (PURASAND), que permiten filtrar el agua de manera continua y automática, sin necesidad de detener el proceso para limpiar el filtro, lo que aumenta la productividad y reduce los costos operativos.
  • Desarrollando infraestructuras hidráulicas resilientes. Sistemas flexibles de gestión del agua capaces de adaptarse a las necesidades del sector y resistir desafíos, como fluctuaciones en la demanda, modificaciones en las leyes o efectos del cambio climático. Un ejemplo es el de la depuradora de AITASA, que Aqualia construyó y gestiona en el polígono petroquímico de Tarragona. Esta planta trata hasta 35.600 metros cúbicos de agua al día y maneja los efluentes (residuos líquidos) de veinte industrias diferentes, demostrando que una sola infraestructura puede adaptarse a diversas necesidades.
  • Modernizando la infraestructura e invirtiendo en I+D. La compañía impulsa programas modernos, como el proyecto NICE en su sede corporativa en Madrid, un sistema con el que se tratarán y reutilizarán las aguas grises de los lavabos del edificio para convertir la oficina en una de las más sostenibles de la ciudad.
  • Adaptándose a las exigencias regulatorias y de protección ambiental en compañías especializadas. Con proyectos de referencia como los emprendidos en el sector de la minería, donde se han aplicado tecnologías que permiten el tratamiento de aguas ácidas.
  • Participando en la economía circular mediante el desarrollo de tecnologías que posibilitan el aprovechamiento de desechos de la depuración para generar productos de alto valor añadido, como el biogás. Uno de estos casos es el de la depuradora del grupo Jealsa, empresa conservera con sede en A Coruña.

Premio al Proyecto de Tratamiento del año

Aqualia también emplea la tecnología para la gestión eficiente del agua urbana. La biofactoría de algas inaugurada este verano en la Estación Depuradora de Aguas Residuales (EDAR) de Mérida ha recibido el galardón “Proyecto de Tratamiento del Año” en los Premios iAgua 2024.

La instalación, una de las más grandes de Europa, se integra dentro del plan europeo de I+D “H2020 SABANA”, liderado por Aqualia. Tiene como principal objetivo el cultivo de microalgas utilizando los nutrientes presentes en las aguas residuales. A medida que crecen, estos organismos absorben los nutrientes contaminantes del agua, un proceso de depuración natural que hace posible el tratamiento de unos 2 millones de litros de aguas residuales al día y, al mismo tiempo, produce cerca de 200 toneladas de biomasa anuales.

Esta planta representa un cambio de paradigma en el mundo de la depuración, un ejemplo de economía circular aplicado a escala industrial, ya que el agua residual deja de ser un desperdicio para convertirse en materia prima de gran valor, como los biofertilizantes.

Además, pone de manifiesto la capacidad de Aqualia para desarrollar tecnologías e implantarlas localmente, en beneficio de los municipios más pequeños.