La calle del terror de Paiporta: "Tres días después seguimos viendo cadáveres por la ventana"

Los vecinos de la calle Florida, en Paiporta, conviven con el horror desde el martes. La riada trajo una montaña de coches que sigue ahí tres días después. "Las dos primeras noches sonaban las alarmas y estaban con las luces puestas. Veíamos los cadáveres de hombres, mujeres y niños dentro", cuenta Sonia, una vecina.

Tres diás después aún yacen cadáveres sin levantar en la calle. Los ven desde la ventana. "Casi todos los bajos eran casas de gente mayor. Nadie avisó y la riada se los llevó a todos, esto podía haberse evitado", lamenta.

Añade que han visto sacar "decenas de cuerpos" de los garajes y que todavía hay muchas personas conocidas de la calle que están desaparecidos. "Aún no han venido a sacar muchos de los cadáveres", cuenta Sonia.

Terror nocturno

A esta situación hay que añadir los intentos de robo, que llegan sobre todo por la noche. "Los vecinos nos estamos brindando un apoyo brutal, sobre todo pasándonos agua unos a otros, pero por la noche sale toda la carroña. Llaman a tu puerta ofreciéndote agua pero en realidad quieren robarte", cuenta la vecina afectada.

El abandono, cuenta Sonia, es absoluto. "Tres días después no han venido nadie. Tenemos coches estampados en las puertas de la mayoría de patios y no podemos salir. Estamos haciendo nuestras necesidades en bolsas de basura porque no hay agua, y la luz va y viene", cuenta.

Sonia pide, simplemente, ayuda. "Estamos peor que animales, nadie ha venido a rescatarnos. El único día que tuvimos ayuda fue cuando llegaron unos chicos con Jeeps que pudieron retirar algunos coches, pero pronto se les hizo de noche y se tuvieron que ir", explica.

Aunqe los vecinos y gente de fuera les ayudan, la situación es crítica en algunos casos. "Tenemos una vecina de 80 años y el otro día sus nietos le tiraban la medicina por la ventana", cuenta. Para comer, se sirven de cuerdas que algunos vecinos les atan a bolsas de supermercado; "las subimos a pulso, y una vez arriba hacemos reparto de comida entre los vecinos en el rellano", cuenta la mujer.

Llamada de auxilio

Todos los vecinos agradecen haber salvado la vida, pero aún así insisten en que "no estamos nada bien, necesitamos ayuda, alguien que nos saque". Mas de uno se salvó agarrándose a una farola o una señal mientras por esa misma calle el agua arrastraba cuerpos sin vida.

Sonia explica que han llamado a todas las autoriades, pero que debido al colapso nadie ha podido acceder aún a ellos debido a la enorme cantidad de coches que hay acumulada. La calle Florida está muy cerca del río, lo que ha provocado que a los coches se sumen cañas, troncos, palets, barro y todo tipo de desechos del río que han creado dos barricadas que hacen el sitio inaccesible.

Gracias a la luz intermitente pueden subir a la terraza del edificio (que comunica varias escaleras) y llamar por el móvil. La solidaridad también ha cundido en la comunidad; "en mi casa está durmiendo gente que no conocía de nada", explica.

Tres días después entre cuerpos y barro, Sonia pide que alguien vaya a rescatarles, o al menos que empiecen las tareas de desescombro en la zona cero de la localidad más afectada por las lluvias torrenciales; "necesitamos que alguien venga a por nosotros, estamos aislados", clama.